8 de mayo de 2012
El cocodrilo más grande conocido medía 8,3 metros y, según un nuevo estudio, podía tragar humanos de un solo bocado.
El Crocodylus thorbjarnarsoni vivía en los profundos lagos cercanos al actual Lago Turkana, Kenia hace entre dos y cuatro millones de años.
Los fósiles de este cocodrilo gigante fueron encontrados en esa región en los años 60 y 70 y se conservaban en el Museo Nacional de Kenia, en Nairobi. Sin embargo, no descubrieron que se trataba de una nueve especie hasta hace poco.
Según los investigadores, el animal se parecía al temible cocodrilo del Nilo, que podía llegar a medir 6 metros.
Otras especies de los llamados crocodiliformes son más grandes, como el cocodrilo emperador, que puede alcanzar los 12 metros.
Sin embargo, según el director del estudio y paleontólogo de la Universidad de Iowa, Christopher Brochu, éste es el cocodrilo más grande jamás descubierto, siendo probablemente Lolong el más grande capturado vivo hasta ahora, que mide 6,1 metros y fue descubierto en Filipinas en 2011.
Dieta humana
Posiblemente, este cocodrilo prehistórico recién descubierto era tan grandes gracias a que se alimentaba de presas de gran tamaño, incluidos nuestros ancestros, que entonces median aproximadamente 1,2 metros.
Según Brochu, los cocodrilos los atrapaban cuando se acercaban al lago a coger agua. «Estaban en una posición delicada: morían si no bebían agua, pero podían morir también si iban a por ella».
De momento no hay pruebas de estos encuentros, puesto que no se han encontrado, por ejemplo, marcas de mordiscos en restos humanos.
Sin embargo, para Alex Hastings, de la Universidad de Florida, esto no significa nada: cuando el Crocodylus thorbjarnarsoni comía humanos, «probablemente se tragaba el cuerpo entero, así que no habría marcas». Hastings, que no participó en el estudio, descubrió en 2011 una especie de cocodrilo prehistórico.
«Los cocodrilos tienen estómagos muy fuertes, tragan rocas para poder machacar huesos», señala.
Según Hastings el nuevo hallazgo «nos ofrece una visión mucho más clara del peligro y la amenaza a la que se enfrentaban los primeros hombres».
«Solemos pensar en nosotros mismos como depredadores y reyes de nuestro entorno, pero en muchas situaciones hay que reconocer que no estamos en lo más alto de la cadena alimenticia».
Un grupo muy variado
Este hallazgo también «ayuda a desmontar la teoría de que los cocodrilos son fósiles vivientes», comenta Brochu, cuyo estudio fue publicado el 3 de mayo en la revista Journal of Vertebrate Paleontology.
En los últimos años, Brochu y otros científicos han descubierto una gran cantidad de cocodrilos y otros parientes extintos de distintos tamaños y formas, lo que sugiere que se trata de un grupo mucho más diverso de lo que se pensaba.
«La evolución de los cocodrilos es igual de compleja que la de cualquier otro grupo», señala Brochu. «Tenemos que olvidar la idea de que son especies del pasado de lenta evolución».