Imágenes: Una curiosa jirafa blanca y otros animales extrañamente pálidos
Los animales albinos y leucinos abundan en el reino animal, desde las ardillas hasta los cangrejos.
28 de enero del 2016
Omo, la cría de jirafa de color blanco que ha sido localizada recientemente en el Parque Nacional Tarangire de Tanzania, es un animal especial. Sin embargo, es relativamente frecuente encontrar ejemplares blancos de otras especies, desde águilas hasta cangrejos. Esto puede suceder por tres motivos: albinismo, leucismo e isabelinismo.
Los albinos verdaderos no producen pigmentos de ningún tipo, de ahí su color blanco y sus ojos rojizos, cuyo color se debe a que quedan a la vista los vasos sanguíneos que normalmente estarían tapados por el color del ojo.
El albinismo es una particularidad genética recesiva, lo que significa que para que se manifieste, ambos progenitores tienen que haber transmitido la mutación a los descendientes. Copito de nieve, el gorila albino, tuvo unos padres que le transmitieron copias de un gen que también se ha encontrado en otros animales albinos como ratones, caballos y pollos.
Los animales leucinos son en general blancos, pero pueden producir pigmentos. Por ejemplo, muchos tienen una coloración normal en los ojos. Es probable que los dos monos araña de color blanco vistos recientemente en Colombia estén afectados por esta particularidad.
El tercer caso es el del isabelinismo, en el que una mutación genética hace que desaparezca el color de las plumas pigmentadas de los pingüinos. Los animales que lo padecen se distinguen de los albinos en que son capaces de producir pigmentos. Leucino e isabelino se usan a veces indistintamente para describir el color marrón pálido o casi rubio de los pingüinos afectados por la mutación.