Las estrellas de mar pueden ver

Por Redacción National Geographic
La estrella de mar
La estrella de mar no es en realidad un pez, es un equinodermo. Estas criaturas de cinco extremidades también tienen la capacidad de regenerar sus brazos y algunas veces sus cuerpos enteros.
Fotografía de Creatas, Photolibrary, National Geographic Stock

9 de enero de 2014

Las estrellas de mar tienen ojos en las puntas de sus brazos, pero hasta ahora se desconocía su utilidad. De hecho, siempre han sido considerados animales de estructura simple, con ojos primitivos y sin cerebro, por lo que no ha sido fácil saber si podían ver.

Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que pueden visualizar imágenes muy sencillas para no alejarse demasiado de su entorno.

«Esta investigación representa un gran paso en nuestro conocimiento sobre estos animales y su percepción del mundo», afirma Christopher Mah, del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural de Washington D.C. (Estados Unidos).

Según el experto, que no participó en el estudio, las expectativas no eran altas, pues las estrellas de mar siempre se han considerado criaturas sencillas de comportamiento simple.

Sin embargo, «su comportamiento y morfología han resultado ser muy complejos», añade.

Anders Garm, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) afirma que los científicos saben de la existencia de las estrellas de mar desde hace aproximadamente 200 años, pero además de estudiar su estructura no han profundizado en sus investigaciones.

Una de las razones, señala, es que no era posible obtener información sobre sus ojos hasta la época más reciente, gracias a los avances científicos.

Estudios anteriores sugerían que los ojos eran sensibles a la luz, lo que les permitía distinguir puntos oscuros y claros de su entorno.

«Las imágenes que perciben los ojos de las estrellas de mar son muy tenues. No tienen más de 200 píxeles», comenta Garm. Sin embargo, son suficientes para permitirles reconocer estructuras grandes e inmóviles.

Estas criaturas se mantienen pegadas a los arrecifes de coral; si se alejan podrían no encontrar alimento, por lo que es importante para ellas ser capaces de localizarlos de nuevo.

El ojo que tienen en la punta de cada brazo es compuesto, similar a los de los artrópodos, como los insectos, aunque los parecidos terminan ahí. Por ejemplo, los ojos de la estrella de mar azul no tienen lentes, a diferencia de los de los artrópodos.

Para su estudio, Garm y su equipo combinaron medidas físicas de los ojos con experimentos relacionados con el comportamiento.

Así, alejaron unos ejemplares de un arrecife cerca de Okinawa, en Japón, para ver si eran capaces de volver.

Aquéllos que se encontraban a una distancia de un metro, volvían siguiendo una línea más o menos recta; sin embargo, los colocados a dos o cuatro metros se movían sin sentido. Por último, los situados a un metro durante la noche, también se movían sin rumbo fijo, probablemente, según Garm, porque no podían ver el arrecife.

Christopher Mah afirma que la investigación se encuentra en una fase inicial, pero está deseando ver si la visión juega un papel importante en otras especies de estrellas de mar.

Garm, por su parte, quiere estudiar las estrellas llamadas corona de espinas (Acanthaster planci), que se alimentan de corales y habitan las costas de Australia y Asia.

«Nos gustaría ver si utilizan la visión para localizar los arrecifes», pues afirma que la información sería muy útil para proteger, por ejemplo, la Gran Barrera de Coral.

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