26 de enero de 2015
Según ha anunciado el gobierno de Sudáfrica, hábitat de la mayoría de los rinocerontes salvajes del mundo, el año pasado murieron en manos de cazadores ilegales más ejemplares que nunca, concretamente 1215, lo que supone un aumento de 21 % con respecto a los 1004 de 2013.
«Con este ritmo, la población podría extinguirse en una o dos décadas», afirma Matthew Lewis, del Programa de Conservación de Especies del Fondo Mundial para la Naturaleza.
El aumento de la caza ilegal es consecuencia de la demanda de cuernos de rinoceronte en Asia, especialmente en Vietnam y China, donde muchos les atribuyen poderes curativos.
En Sudáfrica viven aproximadamente 18 000 rinocerontes blancos y unos 1800 negros. El país no ha especificado cuántos de los muertos el año pasado eran blancos o negros, pero Lewis afirma que en años anteriores más del 90 % eran blancos. Los miembros de esta especie son más grandes y suelen pasar más tiempo al aire libre, donde se convierten en objetivo fácil para los cazadores furtivos. Aproximadamente 26 000 rinocerontes en total viven en otros países de África, donde también se enfrentan al problema de la caza.
Casi dos tercios de los muertos el año pasado en Sudáfrica fueron alcanzados por cazadores en el Parque Nacional Kruger, donde viven la mayoría de los ejemplares del país. Se trata de uno de los parques más grandes del mundo, con 19 485 kilómetros cuadrados, y linda con Mozambique, uno de los países más pobres del mundo.
«Los cazadores pueden cruzar la frontera con facilidad y hacerse ricos en una noche», afirma Lewis.
El porcentaje de muertes ha aumentado de manera espectacular desde 2007; antes, solamente se cazaban entre 10 y 15 rinocerontes al año en el país. El motivo es que los precios de rinoceronte no han dejado de subir en el mercado negro (casi 30 000 dólares el medio kilo, precio similar al de la cocaína), en parte debido al aumento de la riqueza en Asia Oriental, según el experto.