¿Se emborrachan los animales?
Ciertas especies se sienten atraídas por las frutas demasiado maduras y el néctar rico en alcohol.
Esta semana, respondemos a la pregunta: ¿consumen los animales frutas y cereales fermentados u otras sustancias que les puedan emborrachar? Sí, lo hacen. Y con frecuencia. Desde moscas y mariposas hasta algún que otro mamífero (más allá del ser humano), son varias las especies que pueden acabar ebrias, consciente o inconscientemente.
Las mariposas, por ejemplo, disfrutan de la buena cerveza, según afirma Katy Prudic, entomóloga de la Universidad de Arizona: “No sería la primera vez que saco una mariposa de una lata de cerveza”. Los machos probablemente beben cerveza para potenciar sus espermatóforos, paquetitos ricos en nutrientes que dan a las hembras como “regalo nupcial”, explica Prudic.
Y no son solo las mariposas: muchos entomólogos ponen cerveza como cebo en las trampas para insectos. Pero si no les queda cerveza, no pasa nada: un buen pinot funcionaría igual de bien. De hecho, un estudio de 2008 descubrió que 35 especies de polillas se sentían atraídas tanto a las trampas con vino como a las que tenían cerveza.
Dándose a la bebida
Otros insectos, sin embargo, recurren a la bebida cuando son rechazados sexualmente.
En 2012, en un estudio en la revista Science, un equipo de investigadores comparó las preferencias alimentarias de las moscas de la fruta macho que habían conseguido aparearse frente a aquellas de los machos que no se habían apareado.
Los resultados demostraban que los machos sin apareamiento preferían comida con contenido alcohólico, algo que no ocurría con los machos apareados.
Otros estudios mostraban que los machos apareados tenían niveles más altos de una sustancia química en el cerebro, conocida como neuropéptido F, que podría alcanzar un pico cuando la mosca recibe una recompensa, como sería el sexo.
Los machos no apareados tenían niveles más bajos de neuropéptido F, la posible razón de que recurrieran al alcohol para aumentar su sentimiento de satisfacción.
Además, cuando proporcionaron dosis artificiales de neuropéptido F a las moscas macho no apareadas, estas evitaban el alcohol, hecho que apoya esta teoría.
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¡Los mamíferos también se emborrachan!
Ciertos mamíferos también se emborrachan de forma accidental, normalmente a partir del néctar de fruta fermentada.
Don Moore, director asociado del Smithsonian National Zoo en Washington D.C. (Estados Unidos) afirmaba en un email que había observado de primera mano el efecto de frutas demasiado maduras sobre algunos animales. “He visto a ciervos de cola blanca comiendo manzanas fermentadas en frutales”, explica Moore. Se empiezan a “adormecer” e incluso “tropiezan”. Se trata de una observación común en regiones de cultivo de manzanos, añade.
En 2011, varios canales de noticias hablaron de un alce ebrio que se había quedado atascado en un manzano en Suecia. Mientras que un vídeo de Youtube afirmaba que se podía ver a una una ardilla probando una compota fermentada de manzana silvestre, aunque Moore cree que lo más probable es que el animal estuviese herido.
Volar bajo la influencia del alcohol
Otros animales poseen una mayor tolerancia para las bebidas fermentadas.
La tupaya de Malasia, por ejemplo, se alimenta del néctar de las flores de la palmera betram, que posee uno de los niveles de alcohol más altos registrados en alimentos naturales: un 3,8 por ciento según un estudio de 2008 publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Las tupayas aguantan las grandes cantidades de néctar: a pesar de emborracharse cada noche con un néctar de alto contenido en alcohol, no muestran síntomas de embriaguez.
Del mismo modo, muchos murciélagos que comen fruta fermentada y néctar se encuentran perfectamente para volar. Un estudio de 2010 en la revista PLOS ONE descubrió que las habilidades de ecolocalización y vuelo de los murciélagos de nariz hojosa no se ven afectadas por su consumo de etanol. Pero déjales a ellos lo de beber y volar.
Definitivamente, no sería muy recomendable para los humanos.