Descubren que las abejas pueden sumar y restar
A través de un experimento con colores, un grupo de investigadores ha descubierto que las abejas tienen la capacidad de aprender a realizar operaciones aritméticas complejas.
Una Andrena perplexa macho en Maryland.
Las abejas tienen la capacidad de elaborar operaciones matemáticas simples como sumar o restar, según un estudio recién publicado en la revista científica Science Advances. Entrenando a los insectos con colores, los científicos han descubierto estas habilidades gracias a un experimento realizado con un laberinto de pruebas.
Hace algunos meses, en junio de 2018, otro estudio sobre las abejas melíferas nos sorprendía incluyendo a este insecto en la limitada lista que comprende el concepto de la nada, siendo capaces además de ubicar el cero en la base de una secuencia de números positivos.
Muchos animales entienden los números a un nivel básico para realizar sus tareas básicas diarias tales como guardar alimento o proteger la manada. Sin embargo, las operaciones aritméticas complejas, como la suma y la resta o el uso de la simbología, solo se han demostrado en un número limitado de vertebrados no humanos en el que ahora se incluyen las abejas.
Colores simbólicos
A través de un experimento con un laberinto, los investigadores capacitaron a las abejas para identificar un color prominente (azul o amarillo) como forma de simbolizar la suma y la resta, respectivamente.
El laberinto, cuyo circuito tenía forma de “Y”, contaba con una entrada en la que las abejas veían un estímulo visual de ejemplo con un conjunto de elementos aislados, y posteriormente eran conducidas a una “cámara de decisión”, donde se les presentaban dos opciones.
Si los elementos eran azules, es decir, suma, las abejas debían elegir el camino en el que el estímulo tenía un elemento más que la muestra. Si fueran amarillos, o resta, las abejas tenían que elegir el camino del estímulo que contenía un elemento menos.
Durante la fase de aprendizaje, hubo un “aumento significativo del número de elecciones correctas hechas sobre las 100 elecciones condicionadas, demostrando que las abejas aprendieron a sumar o restar simultáneamente en base al color de la muestra”, afirma el estudio. “Cada abeja individual parece aprender de manera diferente, posiblemente debido a la presentación aleatoria de estímulos y por las diferencias individuales en las capacidades cognitivas”
Un hito en el estudio de los insectos
Los investigadores demostraron que, con su pequeño cerebro, estos insectos pueden aprender a usar los colores como representaciones de la suma y la resta y comprender sus conceptos. “Este despliegue de numerosidad requiere que las abejas adquieran reglas a largo plazo y usen memoria de trabajo a corto plazo”, afirman los autores en su estudio. “Dado que las abejas y los humanos están separados por más de 400 millones de años de evolución, nuestros hallazgos sugieren que la cognición numérica avanzada puede ser más accesible para los animales no humanos de lo que se sospechaba anteriormente”.
Hay estudios que demuestran que los monos vervet, los chimpancés, los orangutanes, los monos Rhesus, el loro gris africano, las palomas, las arañas y los bebés humanos tienen la capacidad de sumar y restar. “Algunos estudios muestran capacidades de suma y resta muy sofisticadas, como en el caso de un chimpancé y un loro gris africano que podrían etiquetar el resultado de una suma de suma usando símbolos árabes o una etiqueta inglesa, respectivamente, que constituirían una cognición numérica exacta”, afirman los autores del estudio.
Otros estudios demuestran que algunos animales realizan estas operaciones de forma espontánea, sin entrenamiento, como podrían hacer las arañas con sus presas. Sin embargo, las abejas son un modelo para el conocimiento de los insectos al haber demostrado tener la capacidad de aprendizaje y comprensión de conceptos como “izquierda, derecha”, “arriba, abajo”, “igual, diferente”, “más grande, más pequeño”.
Esta capacidad está vinculada a la atención de las abejas, un aspecto clave en las capacidades de procesamiento espacial en el cerebro de los humanos. Se trata por tanto de un nuevo descubrimiento muy importante en la combinación de las habilidades de aprendizaje aritmético y simbólico de un insecto, que ha identificado numerosas áreas nuevas de investigación, así como ha planteado si estas comprensiones complejas pueden ser accesibles a otras especies.
En el debate científico actual sobre las diferentes habilidades numéricas en animales, la investigación sobre insectos con cerebros tan pequeños permite valiosas comparaciones de lo que pueden lograr a nivel de aprendizaje y comprensión cerebros de diferentes tamaños y estructuras.