¿Qué significa que haya cambiado el norte magnético?
El Modelo Magnético Mundial, la base de muchos sistemas de navegación, se ha actualizado tras el fin del cierre del gobierno estadounidense.
El norte magnético nunca está quieto. En los últimos cien años, aproximadamente, la dirección en la que apuntan nuestras brújulas se ha desplazado más al norte, un movimiento provocado por el revuelto núcleo externo y líquido de la Tierra a unos 2.900 kilómetros bajo la superficie. Con todo, en los últimos años, se ha observado algo insólito: el movimiento rutinario del polo magnético se ha acelerado y ha emprendido un viaje por el hemisferio norte, pero nadie puede explicar el porqué.
Los cambios han sido tan grandes que los científicos empezaron a trabajar en una actualización de emergencia del Modelo Magnético Mundial, el sistema matemático que sienta las bases de la navegación, en teléfonos móviles, aerolíneas o barcos, por ejemplo. Pero entonces se produjo el cierre del gobierno de Estados Unidos, lo que dejó pendiente la publicación oficial del modelo, como informó Nature News a principios de año.
Ahora, la espera por un nuevo norte ha terminado. El lunes se publicó la actualización oficial del Modelo Magnético Mundial y el norte magnético tiene de nuevo una ubicación precisa.
Todavía abundan las incógnitas: ¿por qué cambia tan rápidamente el norte magnético? ¿Cuáles han sido los efectos del retraso de la actualización? ¿Existía realmente una razón geológica para que Google Maps me desviara? Te lo explicamos a continuación.
¿Qué es el norte magnético?
El norte magnético es uno de los tres «polos norte» de nuestro planeta. Para empezar, está el norte verdadero, que es el límite norte del eje sobre el que gira nuestro planeta.
Pero la burbuja magnética que protege nuestro planeta, o magnetosfera, no está alineada a la perfección con este giro. La dínamo del núcleo terrestre genera un campo magnético ligeramente inclinado respecto al eje de rotación del planeta. El límite norte de este imán del tamaño de un planeta es lo que se conoce como norte geomagnético: un punto ubicado en la costa noroeste de Groenlandia que apenas ha cambiado de posición a lo largo del último siglo.
Después está el norte magnético, localizado por las brújulas y que se define como el punto en el que las líneas del campo magnético apuntan verticalmente hacia abajo. A diferencia del norte geomagnético, esta posición es más susceptible a las sobretensiones y flujos del remolino de hierro líquido en el núcleo. Estas corrientes tiran del campo magnético y hacen que el norte magnético salte por todo el planeta.
«El polo norte magnético es un lugar bastante sensible», afirma Phil Livermore, geofísico de la Universidad de Leeds.
¿Qué es el Modelo Magnético Mundial?
En 1831, James Clark Ross fue el primero en localizar el norte magnético en las islas dispersas del territorio canadiense de Nunavut. Desde entonces, el polo se ha desplazado hacia al norte y ha atravesado cientos de kilómetros a lo largo de las últimas décadas. (Curiosamente, su polo opuesto, el sur magnético, se ha movido poco en este periodo.)
Para adaptarse a estos cambios, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) estadounidense y el Servicio Geológico Británico (BGS) desarrollaron lo que se conocería como Modelo Magnético Mundial, «para, básicamente, estar sobre el mismo mapa», explica Ciaran Beggan, geofísico del BGS.
El modelo se actualiza cada cinco años y su última actualización data de 2015. Entre cada actualización, los científicos comparan la precisión del modelo con datos de observatorios magnéticos terrestres y la misión Swarm de la Agencia Espacial Europea, tres satélites que cartografían el campo magnético y que orbitan la Tierra entre 15 y 16 veces al día. Hasta ahora, esto parecía suficiente para adaptarse a la marcha del norte magnético hacia Siberia.
A mediados del siglo XX, el polo norte magnético se desplazaba menos de 30 metros al día, lo que equivale a una diferencia de 11 kilómetros anuales. Pero esto empezó a cambiar en los 90. A principios de siglo, el norte magnético se desplazaba unos 55 kilómetros al año.
«Estaba ocurriendo algo extraño en latitudes altas», afirma Livermore, que señala que este aumento pareció coincidir con una intensificación del chorro en el núcleo líquido exterior del planeta. Aunque los fenómenos podrían estar vinculados, no es posible determinarlo a ciencia cierta.
Para principios de 2018, los científicos se dieron cuenta de que el modelo pronto excedería los límites aceptables de la navegación magnética. Debían hacer algo antes de la siguiente actualización regular del modelo, programada para 2020.
¿Alteró la navegación el cierre del gobierno estadounidense?
Para corregir el modelo, los científicos de la NOAA y el BGS lo ajustaron basándose en tres años de datos. Esta versión actualizada se prepublicó en línea en octubre de 2018. Como explica Beggan, se incluyó en la actualización a los principales usuarios del modelo, defensa y el ejército: el Departamento de Defensa estadounidense, el Ministerio de Defensa británico y la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
“«Estaba ocurriendo algo extraño en latitudes altas»”
El cierre del gobierno estadounidense retrasó la difusión pública e integral de la información, que incluye calculadoras, software y una nota técnica que describe los cambios. Arnaud Chulliat, experto en geomagnetismo de la Universidad de Colorado, Boulder, y afiliado de la NOAA que colaboró en la actualización, explica que, en principio, todo el que use navegación magnética podrá beneficiarse de esta actualización.
Beggan añade que el modelo ha llegado a nuestros sistemas de mapas modernos, como los de Google y Apple. Pero la diferencia es mínima para la mayoría de las aplicaciones civiles y los cambios se limitan principalmente a latitudes superiores a 55 grados.
«El usuario medio no va a verse muy afectado por eso, a no ser que estuviera caminando por el Ártico», afirma Beggan.
¿Qué ha provocado estos fenómenos?
El interés por estas sacudidas inesperadas no solo tiene que ver con la cartografía. La danza de las líneas del campo magnético terrestre es una de las pocas ventanas con las que cuentan los científicos para estudiar procesos que tienen lugar a miles de kilómetros bajo nuestros pies.
En la reunión de otoño de 2018 de la Unión de Geofísica de los Estados Unidos, Livermore presentó lo que denomina un «tira y afloja» del campo magnético que podría ser una explicación del reciente comportamiento inusual. Explica que el polo norte magnético parece estar controlado por dos franjas del campo magnético, una bajo el norte de Canadá y otra bajo Siberia. Históricamente, la que está bajo el norte de Canadá parece ser más intensa y mantiene controlado el polo magnético. Pero esto parece haber cambiado recientemente.
«La franja siberiana parece estar ganando la batalla», afirma. «Está tirando del campo magnético hacia su lado del polo geográfico».
Afirma que podría ser la consecuencia de un chorro dentro del núcleo que arrastra y, por lo tanto, debilita el campo magnético bajo Canadá. El aumento de velocidad del chorro parece coincidir con las últimas décadas de desplazamiento del polo magnético hacia el norte. Pero recomienda no sacar conclusiones precipitadas.
«Quizá exista algún vínculo», afirma. «No es seguro, pero podría ser».
¿Qué le espera al norte magnético?
Robyn Fiori, científico e investigador del Departamento de Recursos Naturales de Canadá, es difícil predecir qué ocurrirá con el polo norte magnético o si mantendrá su velocidad conforme se desplace hacia Siberia. Lo único que parece seguro sobre el norte magnético es que es impredecible.
Las rocas registran mapas geológicos o movimientos aún más raros de los polos magnéticos, lo que sugiere que, en los últimos 20 millones de años, el norte y el sur magnéticos han cambiado de posición varias veces. Esto parece ocurrir cada 200.000 o 300.000 años. Las causas exactas de estas inversiones son inciertas. Pero el desplazamiento más reciente no debería ser motivo de preocupación de un cambio inminente.
«No hay indicaciones de que se produzca una inversión», afirma Beggan. «Y, aunque ocurriera, los registros geológicos muestran que estas cosas suelen llevar miles de años, como mínimo».
Fiori añade que los modelos del norte magnético sugieren que este último cambio no es ni siquiera lo más extraño que ha hecho el polo en su historia más reciente. Antes del año 1900, es probable que sus andanzas fueran más pronunciadas y podrían incluir varias curvas en el norte de Canadá que podrían haber colocado el polo más al sur durante un breve periodo.
«Todo tiene que ver con los cambios en la dinámica de los fluidos del núcleo exterior», afirma. Por lo tanto, es complicado decir si la nueva velocidad del polo magnético es la nueva norma.
«Sabemos que el polo se mueve más rápido de lo que ha hecho en décadas, pero ¿cuántas veces ha ocurrido eso en el largo registro histórico?», pregunta Geoff Reeves, científico espacial del Laboratorio Nacional de Los Álamos.
«No tenemos ni idea. Lo que sabemos es que lo que hace ahora es diferente y eso siempre resulta emocionante desde el punto de vista científico».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.