¿Cazaba el Spinosaurus como las aves zancudas?
Un nuevo estudio refuta las alegaciones de que el temible dinosaurio de 15 metros de largo podía perseguir a sus presas bajo el agua.
¿Era el Spinosaurus un «monstruo de río» capaz de nadar? En el último capítulo de un largo debate científico, un nuevo estudio publicado en Palaeontologia Electronica sostiene que el dinosaurio cazaba como las aves zancudas.
Más de 95 millones de años después de merodear en los antiguos sistemas fluviales de Norteamérica, el dinosaurio depredador Spinosaurus todavía crea controversia al avivar un prolongado debate científico sobre cómo vivía y cazaba.
El año pasado, un grupo de investigadores dirigido por el explorador de National Geographic Nizar Ibrahim alegó que el Spinosaurus, una bestia escamosa de 15 metros de largo con una vela en la espalda, era un «monstruo de río» que perseguía a sus presas activamente mientras nadaba. En cambio, en un nuevo estudio publicado el martes en la revista Paleontologia Electronica, dos de los mayores expertos mundiales en espinosáuridos —el grupo al que pertenecen el Spinosaurus y sus parientes— defienden un modelo diferente.
Su evaluación de las evidencias anatómicas aboga por la idea de que el Spinosaurus era un depredador ribereño que introducía la cabeza en el agua en busca de presas, de forma similar a las cigüeñas o las garzas modernas.
El Spinosaurus tenía vínculos tanto con el agua como con la tierra. Las pruebas, como las firmas químicas de dientes fosilizados aislados o la estructura de su mandíbula, dan a entender que el Spinosaurus comía peces y otras presas ribereñas a menudo. Al mismo tiempo, algunos registros fósiles sugieren que los espinosáuridos no tenían problemas a la hora de engullir dinosaurios terrestres e incluso pterosaurios alados. Asimismo, si los huevos del dinosaurio hubieran quedado sumergidos, las crías se habrían ahogado, lo que quiere decir que, como mínimo, los Spinosaurus habrían puesto los huevos en tierra.
El nuevo estudio demuestra que los expertos siguen divididos respecto a cómo el dinosaurio dividía el tiempo entre tierra firme y la vida acuática, y cómo se desplazaba y cazaba en el agua una vez dentro.
En un correo electrónico a National Geographic, Tom Holtz, coautor del estudio y paleontólogo de la Universidad de Maryland en College Park, indicó que está de acuerdo con la idea de que el Spinosaurus es el dinosaurio más acuático de su clase descubierto hasta la fecha, incluso entre sus parientes piscívoros. «Pero los animales acuáticos y semiacuáticos se encuentran en un espectro», escribe.
Ningún animal vivo es una analogía perfecta del Spinosaurus, pero algunos científicos creen que el dinosaurio podría haber vadeado en aguas poco profundas como el jabirú africano moderno (Ephippiorhynchus senegalensis), al que vemos en Tanzania.
«En nuestra interpretación, es probable que el Spinosaurus nadara mejor que el oso polar, pero no igual que un lobo marino», añade Holtz.
En un correo electrónico a National Geographic, Ibrahim acogió con agrado la propuesta alternativa, pero advirtió que el Spinosaurus no habría necesitado una agilidad similar a la de los peces para cazar mientras nadaba y que su equipo no había interpretado al Spinosaurus de esa forma.
«Nadie ha sugerido que el Spinosaurus fuera como un delfín, como un depredador que nadaba a la velocidad del rayo... Habría que analizar a los animales presa en el sistema fluvial del Spinosaurus, que incluyen celacantos enormes y otros animales acuáticos lentos», escribe Ibrahim.
«El T. rex no era un corredor rápido, pero era lo bastante grande para perseguir Triceratops o Ankylosaurus, y eso es lo único que importa», añade.
Un misterio desconcertante
El hecho de que los científicos no puedan ponerse de acuerdo en cómo vivía y se comportaba exactamente el Spinosaurus no es ninguna sorpresa. Forma parte del reto interpretativo ineludible de la paleontología: los expertos trabajan con fragmentos fósiles limitados y, sin el lujo de una máquina del tiempo, no hay forma de verificar su esfuerzo.
Algo que dificulta la situación es que el Spinosaurus es una criatura especialmente desconcertante. El animal es raro en lo que a dinosaurios atañe y no se parece a ningún ser vivo moderno: era un depredador escamado de 15 metros de largo con una vela de dos metros de alto en la espalda. Los científicos ya no tienen acceso a algunas pruebas fundamentales. Los fósiles egipcios que definieron al Spinosaurus a principios del siglo XX fueron destruidos durante un bombardeo en Múnich, Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial.
Con todo, para el 2014, los paleontólogos estaban a gusto con la idea de un Spinosaurus piscívoro. Tras décadas descubriendo y estudiando a parientes cercanos del Spinosaurus en África, Asia, Europa y Sudamérica, los paleontólogos consideraban que los espinosáuridos eran especialistas piscívoros que quizá vivían junto a las orillas y los lechos fluviales y se alimentaban en agua poco profunda. El equipo de Ibrahim impulsó esta idea y argumentó que el Spinosaurus se había adaptado a pasar la mayor parte del tiempo en el agua.
No todos los investigadores siguieron el ejemplo de Ibrahim. En 2018, el paleontólogo canadiense Donald Henderson empleó simulaciones informáticas para argumentar que la flotabilidad, el centro de masa y la gran vela de la espalda del dinosaurio habrían convertido al Spinosaurus en un nadador más bien torpe.
Sin embargo, el Spinosaurus nos desvelaría más sorpresas. Ya se sabía que el esqueleto en el que se basaba el estudio de Ibrahim —hallado en un afloramiento de arenisca en el Sáhara marroquí— poseía una serie de rasgos intrigantes, como un cráneo cocodriliano, extremidades traseras inusualmente cortas y huesos con paredes gruesas, como los de los pingüinos. En abril del 2020, Ibrahim y sus colegas revelaron en la revista Nature que este espécimen también tenía una cola de forma extraña y muy flexible, que interpretaron como un remo con el que el animal podría haberse propulsado por el agua.
Las pruebas en un laboratorio de biorrobótica de Harvard demostraron que el contorno de la cola del Spinosaurus generaba empuje en el agua de forma más eficiente que las colas de otros dinosaurios relacionados, aunque era menos eficiente que las colas de los cocodrilos modernos. Por su parte, un estudio independiente publicado en septiembre del 2020 halló una cantidad desproporcionada de dientes de Spinosaurus dentro de sedimentos fluviales antiguos de Marruecos.
En busca de respuestas
Con el hallazgo de estos nuevos fósiles, Holtz y su colega David Hone, paleontólogo de la Universidad Queen Mary en Londres, reevaluaron el modelo del vadeo analizando la anatomía del Spinosaurus, desde el hocico hasta la punta de la cola. Estudiaron cada rasgo para comprobar si se inclinaba más hacia que el dinosaurio era un vadeador o un cazador acuático activo, o si el rasgo encajaba en ambas interpretaciones.
Hone y Holtz sostienen que el cuello largo y en forma de ese del dinosaurio sugiere que el Spinosaurus era un depredador adaptado para emboscar a sus presas desde arriba, bien nadando en la superficie, bien de pie en aguas poco profundas, como las garzas. Los depredadores que persiguen activamente presas en el agua, como los lobos marinos modernos, tienen cuellos más cortos y regordetes.
Es más, el equipo señala que los ojos y las fosas nasales del Spinosaurus no habían evolucionado para situarse en la parte superior del cráneo, lo que significa que necesitaba mantener la mayor parte de la cabeza fuera del agua para ver y respirar. Sin embargo, las fosas nasales del dinosaurio evolucionaron para situarse más atrás en su hocico, lo que quiere decir que el dinosaurio podría haber respirado fácilmente mientras mantenía la punta del hocico en el agua durante periodos prolongados, una posición idónea para esperar y emboscar presas en aguas poco profundas.
Los autores añaden que, aunque la cola del Spinosaurus podría haberlo ayudado a nadar, podría no haber sido lo bastante muscular y eficiente para proporcionar el impulso necesario para perseguir peces bajo el agua. «Todos estamos de acuerdo en que la cola del Spinosaurus podría haberlo ayudado a nadar», escribe Holtz. «Pero su eficiencia ni siquiera llega al nivel de depredadores de emboscada como los cocodrilianos, ni mucho menos de depredadores persecutores».
Hone y Holtz sugieren que la cola podría haber servido para otros fines. Otros animales, como el basilisco común moderno, tienen colas altas y en forma de remo que utilizan más para funciones sociales y sexuales que como estructuras natatorias.
Ibrahim y sus colegas han rechazado la interpretación de Hone y Holtz, y argumentan que el estudio no presentó datos nuevos que refutaran explícitamente el estudio de Nature.
«En mi opinión, la combinación de características anatómicas indica adaptaciones acuáticas sólidas, un animal semiacuático capaz de nadar en el agua», escribe en un correo electrónico la paleobióloga de Harvard Stephanie Pierce, autora principal del estudio del Spinosaurus del 2020. «No creo que fuera un depredador persecutor como definen tan limitadamente en el artículo, sino un animal que supuestamente podía nadar y precipitarse hacia sus presas, capturándolas en la columna de agua. Se quedan atrapados en definiciones».
El estudio de Hone y Holtz no será la última palabra sobre cómo cazaba el Spinosaurus, sobre todo con posibles descubrimientos de fósiles en el futuro. En el 2019 y el 2020, Ibrahim y sus colegas recopilaron más partes del Spinosaurus marroquí, entre ellos huesos del pie y el tobillo, que podrían ayudar a los científicos a comprobar si el dinosaurio tenía pies palmeados.
«Así que si queréis saber cómo era el Spinosaurus en realidad, estad atentos», escribe Ibrahim. «Porque... ¡tenemos los huesos!».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.