A la ballena azul le podría haber salido un competidor enorme

Estos huesos fósiles, de 37 millones de años de antigüedad, eran tan grandes que los expertos pensaron que se trataba de rocas y podrían proceder del animal más pesado que jamás haya existido y que sería más grande que la ballena azul.

Por Riley Black
Publicado 3 ago 2023, 10:19 CEST
La antigua ballena 'Perucetus colossus' representada en su hábitat costero.

La antigua ballena Perucetus colossus representada en su hábitat costero.

Fotografía de Illustration by Alberto Gennari

La ballena azul ha ostentado durante mucho tiempo el título de animal más grande de todos los tiempos, un gigante oceánico que alcanza más de 30 metros de longitud y pesa más de 200 toneladas. Pero ahora, los paleontólogos han descubierto un inmenso cetáceo que era más corto pero posiblemente aún más pesado, una especie que nadaba por la costa del antiguo Perú hace más de 37 millones de años.

Bautizada como Perucetus colossus por el paleontólogo de la Universidad de Pisa (Italia) Giovanii Bianucci y sus colegas, la ballena prehistórica podría haber pesado más de 300 toneladas. La ballena, de unos 18 metros de largo, ha sido descrita esta semana en la revista Nature.

El paleontólogo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima (Perú) y coautor del estudio, Mario Urbina, encontró el esqueleto parcial hace 13 años entre las rocas del valle de Ica, en el sur de Perú. El hallazgo no resultó impresionante de inmediato porque los huesos eran tan grandes que parecían más bien cantos rodados.

Reconstrucción del cuerpo y el esqueleto de 'Perucetus colossus' con los huesos recuperados en rojo.

Reconstrucción del cuerpo y el esqueleto de Perucetus colossus con los huesos recuperados en rojo.

Fotografía de Illustration by Giovanni Bianucci

Huesos que parecían piedras

"Al principio, tuvo que convencer a los demás miembros del equipo de que lo que había encontrado era en realidad algún fósil, por su extraña forma", relata Eli Amson, coautor del estudio y paleontólogo del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart (Alemania). Pero cuando los investigadores examinaron secciones finas de fragmentos del yacimiento, las extrañas piezas resultaron ser huesos, y los equipos de campo se pasaron los 10 años siguientes liberando a Perucetus de la roca.

En total, los fósiles excavados en el valle de Ica incluyen 13 vértebras, cuatro costillas y parte de la cadera. La anatomía de los huesos, así como la época en que la ballena nadaba frente a las costas de Sudamérica, indican que era pariente del Basilosaurus, una ballena totalmente acuática que tenía un largo hocico lleno de dientes perforadores y cortantes. Comparando los huesos conocidos de Perucetus con los esqueletos más completos de ballenas vivas y fósiles, Amson y sus colegas pudieron estimar el tamaño del gigante.

Aunque no era muy larga, Perucetus debió de ser una ballena muy pesada. Los fósiles recuperados muestran signos de paquiosteoesclerosis, un trastorno caracterizado por huesos gruesos y densos que se observa en los manatíes y otras ballenas primitivas. Estos huesos densos ayudan a los mamíferos marinos a mantener el peso suficiente para permanecer sumergidos sin ser demasiado pesados para volver a la superficie.

más popular

    ver más
    Espécimen de Perucetus colossus siendo transportado hasta el Museo de Historia Natural de Lima.

    Espécimen de Perucetus colossus transportado desde el lugar del descubrimiento en el sur de Perú hasta el Museo de Historia Natural de Lima.

    Fotografía de Giovanni Bianucci

    "Un cuerpo demasiado denso obliga que, al hundirse hasta el fondo, tienen que gastar energía constantemente para volver a subir", afirma Amson. Para contrarrestar estos huesos pesados, los mamíferos marinos necesitan suficientes tejidos flotantes, como músculos y grasa, para mantenerse en un punto óptimo en el que puedan flotar fácilmente en la columna de agua sin gastar energía excesiva para subir o bajar nadando. "Utilizamos la relación entre el tejido esquelético y el resto de tejidos conocidos en varias especies vivas de mamíferos marinos para calcular la masa corporal total de Perucetus", explica Amson, que sitúa a la ballena entre 93 y 370 toneladas.

    Si Perucetus se encontrara en el extremo más pesado de estas estimaciones, sería el animal más grande conocido ya que una ballena azul, considerada hasta ahora el animal más grande que jamás vivió en la Tierra, puede pesar hasta 180 toneladas.

    (Relacionado: ¿Cuánto come una ballena?)

    Uniendo las piezas

    Se necesita más material fósil para determinar con exactitud el tamaño de la antigua ballena. "Al espécimen le falta la mitad superior del esqueleto, por lo que no tenemos una imagen completa del tamaño de esta especie, lo que constituye un reto fundamental para estimar su peso", afirma Nicholas Pyenson, investigador de ballenas del Museo Nacional de Historia Natural de Washington D.C. (Estados Unidos), que no participó en el nuevo estudio.

    El hecho de que Perucetus perteneciera a un grupo extinto de ballenas con proporciones corporales diferentes a las de las ballenas vivas también complica las estimaciones de peso. Estas antiguas ballenas eran probablemente más ligeras para su longitud que las ballenas modernas, dice Pyenson. "Las estimaciones superiores de 300 toneladas me parecen increíbles, e incluso la inferior, de 60 a 80 toneladas, es espectacularmente grande", añade.

    Incluso si Perucetus no resulta ser más enorme que la ballena azul, el cetáceo seguía siendo un gigante para su época. "Lo que está claro es que se trataba de un animal enorme, y de hecho parece que su masa corporal estaba en torno a la de la ballena azul a pesar de hacer las cosas de una manera completamente diferente", dice el investigador de ballenas Travis Park, del Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido), que no participó en el nuevo estudio.

    Hasta ahora los científicos pensaban que las ballenas empezaron a evolucionar hacia tamaños gigantescos hace unos cinco millones de años, cuando los cambios en la circulación oceánica permitieron el crecimiento de enormes filtradores que se alimentaban de copiosas cantidades de krill y otros alimentos planctónicos. Pero Perucetus pertenecía a un grupo de ballenas que eran depredadores activos, que generalmente se alimentaban de presas más grandes, como peces.

    "El hallazgo demuestra que subestimamos el pico de tamaño corporal de las primeras ballenas de finales del Eoceno", afirma Pyenson, lo que plantea la cuestión de cómo Perucetus capturaba suficiente alimento para alimentar su enorme cuerpo.

    Aunque los científicos han aprendido mucho sobre este colosal cetáceo, aún no está claro cómo vivía exactamente Perucetus. Un cuerpo tan grande requería sin duda enormes cantidades de alimento, pero aún se desconoce qué comía la ballena. "La cabeza de Perucetus es un completo misterio", afirma Amson.

    Sin embargo, la extrema masa corporal del animal apunta a algunas dietas posibles. A diferencia de los basilosaurios que perseguían a sus presas por los océanos, Perucetus no parece haber sido un ágil nadador, dice Amson, por lo que no habría cazado presas rápidas como los peces. Tampoco es probable que comiera plantas, ya que no se conocen ballenas herbívoras.

    Es posible que este gran mamífero marino se alimentara en el fondo, buscando almejas, crustáceos y otros bocados en la arena. Un cráneo con dientes ayudaría mucho a resolver la cuestión, señala Park, porque "si Perucetus se alimentaba de muchas presas bentónicas de caparazón duro, cabría esperar que el cráneo y los dientes estuvieran adaptados para ello".

    Por ahora, los expertos sólo pueden hacer conjeturas sobre lo que comía el animal en los antiguos mares. "Personalmente, mi idea favorita, aunque es sólo una especulación, es que Perucetus era un carroñero", dice Amson, "alimentándose de los cadáveres de otros animales grandes".

    Es probable que futuros hallazgos añadan un nuevo contexto a lo que hacía esta inusual ballena y por qué evolucionó con un esqueleto tan grueso. Si ha aparecido una de estas ballenas inusuales, es probable que haya otras.

    Aunque los nuevos hallazgos fósiles han esbozado algunos de los principales momentos de la evolución de las ballenas, dice Pyenson, "en realidad aún no hemos descubierto todas las formas de ser una ballena".

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved