¿Por qué se diagnostica ahora el TDAH a tantos adultos?

Las tasas de trastorno por deficit de atención e hiperactividad en adultos se han disparado en las dos últimas décadas. Los investigadores estudian si el uso ininterrumpido de la tecnología puede estar contribuyendo a ello.

Por Daryl Austin
Publicado 8 ene 2024, 13:16 CET
Joven sentado ante un ordenador

La tecnología ha facilitado que podamos hacer cada vez más cosas a la vez, pero ¿podría estar contribuyendo también al aumento de las tasas de TDAH en adultos?

Fotografía de Edwin Tan, Getty Images

Cada vez más adultos padecen el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Y tenemos un gran sospechoso como posible responsable: la tecnología podría estar poniendo a prueba sus cerebros.

Mientras que este trastorno es diagnosticado a casi el 10% de los niños en Estados Unidos y entre el 5 y el 7% de los niños y adolescentes españoles, un metaanálisis reciente de numerosos estudios realizados en Estados Unidos muestra que casi el 6,8% de los adultos padecen TDAH, frente al 4,4% de 2003.

"Eso supone unos 366 millones de adultos en todo el mundo que viven actualmente con TDAH, lo que equivale aproximadamente a la población de EE. UU.", afirma Russell Ramsay, cofundador del programa Penn Adult ADHD Treatment and Research de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos).

En 2020, una guía sobre TDAH en adultos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) apuntaba a que la baja incidencia entre la población adulta de España (1,2%) "podría deberse al infra diagnóstico".

El TDAH (conocido como ADHD en inglés) es un trastorno crónico del neurodesarrollo que se caracteriza porque una persona tiene dificultades de falta de atención, hiperactividad/falta de control de los impulsos, o ambas. Se considera un trastorno del neurodesarrollo porque "los genes y el desarrollo temprano predisponen a tener dificultades", dice Lidia Zylowska, psiquiatra de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota y autora del libro The Mindfulness Prescription for Adult ADHD.

Hay hipótesis que explican la creciente prevalencia del trastorno en adultos, como una mayor concienciación y diagnósticos que antes pasaban desapercibidos. Pero un factor ambiental poco estudiado puede ser el TDAH relacionado con la tecnología.

Tanto en niños como en adultos, los síntomas del TDAH pueden ir de "muy leves a muy graves", afirma Jill RachBeisel, médico y jefe de psiquiatría del Centro Médico de la Universidad de Maryland (EE. UU.).

Las causas del TDAH no se conocen del todo, pero las investigaciones más recientes demuestran que la genética desempeña un papel importante. "También hay factores ambientales que pueden dar lugar al TDAH", señala RachBeisel.

El papel de la tecnología

Uno de los factores ambientales menos estudiados del TDAH en adultos es el uso excesivo de la tecnología. Se han publicado algunos estudios sobre el tema, pero la investigación sigue su curso.

Un estudio publicado por la revista Journal of the American Medical Association muestra que el uso frecuente de medios digitales como las redes sociales, los juegos, los mensajes de texto y el streaming de películas, música o televisión aumenta el riesgo de desarrollar síntomas de TDAH en casi un 10%. Otros estudios han medido la conexión entre la tecnología y el TDAH (incluido uno que explora cómo varía el uso de la tecnología entre hombres y mujeres) y existen varias investigaciones que miden las consecuencias para la salud mental del uso frecuente de la tecnología. Un amplio estudio de población muestra que para prevenir los déficits atencionales relacionados con el uso de la tecnología, se debería limitar el uso del smartphone a 60 minutos al día.

"Es legítimo considerar la posibilidad de un déficit de atención adquirido", afirma John Ratey, médico, neuropsiquiatra y profesor clínico asociado de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos). Señala que hoy en día las personas se ven empujadas a realizar varias tareas a la vez, bombardeadas por la constante estimulación tecnológica y la adicción a las pantallas. "Esto podría reducir la capacidad de atención", afirma.

La relación entre el uso de la tecnología y los problemas de atención también podría atribuirse al hecho de que las personas que utilizan constantemente la tecnología tienen menos oportunidades de permitir que su cerebro descanse en su modo por defecto.

Elias Aboujaoude, psiquiatra conductual y jefe de la Sección de Trastornos de Ansiedad de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (EE. UU.), explica que "durante mucho tiempo, la asociación entre el TDAH y el uso intensivo de Internet fue la pregunta del huevo y la gallina en nuestro campo: ¿las personas se convierten en grandes consumidores online porque tienen TDAH y la vida online se adapta mejor a su capacidad de atención, o desarrollan TDAH como resultado de un consumo online excesivo?" La experiencia clínica y la investigación, dice, "sugieren cada vez más que este último escenario puede ser más relevante."

Su colega de Stanford, el popular neurocientífico Andrew Huberman, también ha llegado a la misma conclusión, diciendo a sus seguidores del Huberman Lab que "el uso del smartphone puede inducir el TDAH en adultos".

Aunque algunos estudiosos no están tan seguros, si el uso de la tecnología realmente causa TDAH en adultos, Ramsay dice que tendría implicaciones significativas. "Si tenemos en cuenta que el consenso es que el trastorno es un síndrome del neurodesarrollo", explica; "este tipo de TDAH 'adquirido'...(tendría) un origen diferente y podría requerir intervenciones y apoyo diferentes."

Zylowska afirma que la tecnología también puede exacerbar los síntomas existentes del TDAH en algunas personas. "El exceso de tecnología puede empeorar un TDAH preexistente o hacer que un cerebro que no padece TDAH se sienta disperso", explica.

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Un trastorno que a menudo se pasa por alto

Independientemente de lo que cause o contribuya al TDAH en cada individuo afectado, se trata de un trastorno que a menudo se pasa por alto en los niños y que puede no identificarse hasta que la persona llega a la edad adulta. Según la última edición del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders [Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales] (DSM), la guía autorizada que utilizan los médicos para diagnosticar y tratar las enfermedades mentales, para que se diagnostique un trastorno deben haberse identificado síntomas específicos antes de los 12 años (la edad de determinación pasó de 7 a 12 años entre la 4ª y la 5ª edición del DSM).

Pero eso no quiere decir que haya que diagnosticarlo a los 12 años, sino que los síntomas tienen que estar presentes a esa edad, aunque se detecten retroactivamente años o décadas después revisando diarios antiguos o notas de profesores, entrevistando a familiares o a partir de los recuerdos de la infancia del propio paciente, descubiertos con la ayuda de un psiquiatra cualificado.

"A veces, el TDAH no se detecta hasta que la persona es mayor porque los síntomas pasaron desapercibidos cuando era más joven o quedaron enmascarados por otros factores", explica Margaret Sibley, profesora de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (EE. UU.).

Estos factores van desde que los padres o los profesores no reconozcan los síntomas hasta que el niño desarrolle soluciones provisionales o simplemente no se esfuerce lo suficiente como para preocuparse.

"No es infrecuente que un niño desatento no moleste en clase y, por tanto, pase desapercibido", dice Zylowska. Los horarios fijos, las actividades estructuradas y la ayuda proporcionada por los padres también pueden hacer que sea fácil pasar por alto el trastorno hasta que una persona pierde esa estructura y ayuda una vez que llega a la edad adulta.

RachBeisel explica que cuando el TDAH pasa desapercibido y el niño crece y se va de casa y pierde la ayuda que tenía en casa, a veces empieza a tener dificultades o "nota que tiene que esforzarse el doble o el triple para alcanzar el mismo nivel de éxito que sus compañeros."

Independientemente de cuándo se diagnostique, el TDAH suele tener un aspecto distinto en los adultos que en los niños. Craig Surman, médico y psiquiatra que dirige el programa de investigación del TDAH en adultos del Hospital General de Massachusetts, afirma que aunque la naturaleza impulsiva e hiperactiva del trastorno suele disminuir en la edad adulta, "los rasgos de falta de atención suelen persistir."

Los adultos también suelen controlar mejor su inquietud y suelen ser más disciplinados para conseguir hacer algo, señala RachBeisel. Por eso, el trastorno suele manifestarse de forma diferente en los distintos grupos de edad.

"Mientras que un niño puede no ser capaz de sentarse tranquilamente en un aula y levantarse continuamente de su asiento, un adulto puede mostrarse muy impaciente en los semáforos en rojo o esperando en las colas del supermercado", dice RachBeisel; "y donde un niño puede levantar la mano impacientemente en clase e interrumpir el flujo, un adulto puede interrumpir las conversaciones de los demás".

Otros factores que influyen en el TDAH en adultos 

Pero puede que no sea tan sencillo como que los síntomas simplemente se hayan pasado por alto durante la infancia, ya que algunos factores, más allá del uso de la tecnología, también pueden estar contribuyendo o causando síntomas de TDAH en adultos.

Ratey, neuropsiquiatra de Harvard, afirma que los cambios hormonales relacionados con la menstruación o la menopausia son otro ejemplo de ello y suelen hacer aflorar síntomas latentes de TDAH en las mujeres.

"Las mujeres adultas son uno de los grupos demográficos menos diagnosticados de TDAH y a menudo se les administran antidepresivos y ansiolíticos cuando, en realidad, padecen síntomas relacionados con el hecho de tener TDAH", explica.

La tendencia de los síntomas del TDAH a solaparse con otros trastornos mentales no es exclusiva de las mujeres.

"En los adultos, el TDAH rara vez va solo", dice Zylowska; "igual que una fiebre puede tener distintas explicaciones, los problemas de atención pueden deberse a distintos motivos". Dice que comportamientos y factores como el estrés, los efectos secundarios de la medicación y el sueño insuficiente también pueden dificultar la concentración. "Del mismo modo, otros síntomas de salud mental o física como la ansiedad, la depresión, la apnea del sueño, los cambios cognitivos relacionados con la edad y los problemas de tiroides pueden imitar el TDAH", dice.

Hay muchas formas de obtener ayuda una vez que se ha identificado correctamente el TDAH.

"El TDAH no tratado no es una afección benigna y suele venir acompañado de otros problemas", dice Mark Stein, médico y director del Programa de TDAH y Trastornos Relacionados del Hospital Infantil de Seattle (Estados Unidos); "por eso, mi consejo más importante es que te hagas una buena evaluación".

RachBeisel está de acuerdo y señala que, una vez diagnosticado el TDAH, "es una enfermedad muy tratable." Los tratamientos suelen incluir medicación o enfoques terapéuticos como la terapia cognitivo-conductual. "Hablar con un profesional que diagnostique y trate el TDAH puede determinar si la medicación o terapias específicas sin medicación pueden ser útiles", ofrece Surman.

En cuanto al impacto de la tecnología en el TDAH, Ramsay afirma que "los adultos con TDAH a menudo deben tomar medidas activas para desarrollar una relación sana con la tecnología", lo que puede incluir pasar menos tiempo con el smartphone.

Si se toman medidas para tratar adecuadamente el trastorno, no hay razón para que una persona con TDAH no pueda sobrevivir e incluso prosperar.

"El TDAH tiene sus retos, pero también viene acompañado de tremendos dones que incluyen la creatividad, el entusiasmo, la curiosidad, la lealtad y la concentración orientada a proyectos cuando algo es de interés", dice Ratey. "Se trata de encontrar el trabajo adecuado, los amigos adecuados y el compañero adecuado para aprovechar los puntos fuertes del cerebro con TDAH y hacerlo volar".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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