¿Fumas cannabis por diversión? Esto es lo que los expertos quieren que sepas

Las variedades de cannabis actuales no son las hierbas de tu abuela, y pueden estar afectando a tu salud mental, cardíaca y mucho más.

Por Meryl Davids Landau
Publicado 25 mar 2024, 10:11 CET
Un cliente fuma mientras hace cola frente a la Housing Works Cannabis Co. en Nueva York

Un cliente fuma mientras hace cola frente a la Housing Works Cannabis Co. el primer día de venta legal de marihuana recreativa en Nueva York, EE.UU.

Fotografía de Jeenah Moon, Bloomberg, Getty Images

Unos 23 estados de EE. UU. han legalizado el cannabis recreativo en los últimos años, y otros, entre ellos Florida, votarán para hacerlo en noviembre. Este panorama cambiante no es exclusivo del país norteamericano. 

En España, por ejemplo, el uso personal para fines medicinales en espacios privados no está penalizado, permitiendo a los individuos consumir sin enfrentar sanciones legales. Sin embargo, la tenencia y consumo en lugares públicos se consideran infracciones administrativas, sujetas a multas económicas. Pero la legalización del cannabis no significa que su consumo regular sea completamente seguro.

Un creciente número de pruebas ha documentado una serie de problemas de salud que van más allá de la sequedad de boca y la fatiga e incluyen enfermedades tanto mentales como físicas. Un estudio reciente llega a relacionar el consumo de cannabis con enfermedades cardíacas.

"La gente piensa en Bob Marley cuando piensa en el cannabis. Piensan que es natural, que es la Madre Naturaleza, que no va a hacer ningún daño", afirma Marco Solmi, psiquiatra de la Universidad de Ottawa (Canadá). Sin embargo, su estudio sobre esta sustancia, publicado en la revista BMJ, revela numerosos problemas potenciales.

El cannabis no es tan peligroso como los opiáceos, afirma Deborah Hasin, epidemióloga de la Universidad de Columbia (EE. UU.) que ha investigado su consumo y abuso. "La gente no muere por sobredosis de cannabis", afirma; "pero puede tener muchas otras consecuencias para la salud física y psicológica".

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Abundan las variedades más potentes

Algunos de los problemas pueden atribuirse a las variedades más potentes disponibles en la actualidad. Como dijo Maria Rahmandar, directora médica del programa de uso y prevención de sustancias del Hospital Infantil Lurie de Chicago, en un reciente debate sobre el cannabis en la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina, los productos actuales "no son la hierba de tu abuela".

"Estos productos son mucho más potentes y vienen en tantas fórmulas diferentes, que son muy diferentes de los de los 1960 e incluso de los 1990", afirma Rahmandar.

La forma en que se consume el cannabis hoy en día aumenta la cantidad del principio activo, el tetrahidrocannabinol (THC), que se ingiere. Según Rahmandar, el vapeo y los comestibles suelen proporcionar mayores cantidades que los porros.

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El malestar psicológico es un problema importante

Uno de los riesgos menos conocidos pero problemáticos del consumo habitual de cannabis es la psicosis por abuso de sustancias, en la que la persona sufre delirios o paranoia, oye voces y pierde temporalmente el contacto con la realidad. La psicosis suele resolverse en pocos días, pero en algunos casos requiere hospitalización.

Este trastorno puede producirse con cualquier sustancia que altere la psicología, pero el riesgo con el cannabis es mayor incluso que con la cocaína, afirma Solmi.

"Tienes más probabilidades de desarrollar psicosis por abuso de sustancias si consumes cannabis a diario, pero no puedo decirte que haya una cantidad segura que lo evite", afirma. Los adultos jóvenes y los varones son los más propensos.

Y lo que es especialmente preocupante, hasta un tercio de las personas que sufren psicosis por abuso de sustancias acaban desarrollando esquizofrenia, una enfermedad más permanente, afirma Solmi.

Los estudios observacionales también relacionan otros trastornos mentales con el consumo frecuente de cannabis. La revisión de Solmi descubrió que la depresión aumenta, al igual que la violencia entre las parejas de novios. Y como el cannabis provoca trastornos cognitivos y visuales, han aumentado los accidentes de coche entre los consumidores que conducen bajo sus efectos.

A los expertos les preocupan especialmente las consecuencias para la salud mental de los adolescentes. Alrededor del 17% de los estudiantes estadounidenses de entre 15 y 16 años declaran consumir cannabis, a pesar de que ningún estado ha legalizado la droga para los menores de 21 años.

Los adolescentes que consumen cannabis con regularidad tienen un 37% más de probabilidades de sufrir depresión en la edad adulta que los que no lo consumen. Las tasas de suicidio también son más elevadas.

"Los cerebros adolescentes están pasando por un momento de madurez y formación, por lo que cuando se introducen sustancias en ellos, tienen más influencia que en los cerebros adultos", afirma Rahmandar.

El cannabis daña el corazón

El consumo habitual de cannabis también puede acarrear importantes problemas físicos.

Las personas que consumen la droga con regularidad tienen un mayor riesgo de sufrir ataques al corazón, derrames cerebrales y otras enfermedades cardiacas, según un amplio estudio poblacional publicado en febrero en el Journal of the American Heart Association. Los investigadores descubrieron que el índice de infartos de miocardio aumentó un 25% y el de accidentes cerebrovasculares un 42% en este grupo.

Esto ocurre probablemente porque el THC afecta al flujo sanguíneo en las arterias y porque existen receptores de cannabinoides en todo el sistema cardiovascular, afirman los autores. Las personas que fuman hierba también aumentan el riesgo de enfermedad cardiaca por las partículas que inhalan junto con el THC.

Otros estudios han relacionado el cannabis con la mejora de las náuseas y los vómitos tras la quimioterapia, pero la revisión del BMJ descubrió que los consumidores habituales pueden sufrir en realidad un cuadro de vómitos prolongados conocido como hiperémesis. "Esto es poco frecuente, pero está aumentando a medida que más personas consumen la droga", afirma Hasin.

Las mujeres embarazadas que consumen cannabis con regularidad tienen más probabilidades de tener partos prematuros y bebés peligrosamente pequeños. Se necesitan más investigaciones para determinar si esto se debe a la droga en sí o a otros factores relacionados con el estilo de vida de quienes deciden consumir cannabis durante el embarazo, afirma Solmi.

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La adicción al cannabis es preocupante

Muchas personas consideran que el cannabis es más seguro que el alcohol, pero uno de cada cinco consumidores de cannabis desarrolla una adicción a la droga. Los síntomas del trastorno por consumo de cannabis son como los de otras sustancias.

"Si las personas experimentan síndrome de abstinencia, sienten que necesitan cada vez más para conseguir los mismos efectos, han tenido intentos infructuosos de dejarlo o reducirlo", o presentan cualquiera de los otros síntomas, "eso es una advertencia", dice Hasin.

Como ocurre con el alcohol, la adicción al cannabis puede acarrear problemas personales, económicos, legales y de salud.

Ciertos grupos corren un riesgo especialmente elevado de sufrir esta adicción. Hasin descubrió en su investigación que los índices entre los veteranos de guerra [un grupo social que integra a casi 20 millones de personas en Estados Unidos] han aumentado sustancialmente desde 2005. Ella lo atribuye a una combinación de mayor potencia y mayor aceptación de la droga desde su estatus legal, así como al probable uso del cannabis para automedicarse el dolor crónico y los trastornos psiquiátricos. "La Administración de Veteranos ha hecho un buen trabajo reduciendo la prescripción innecesaria de opiáceos a los veteranos, por lo que algunos de ellos podrían estar recurriendo al cannabis", afirma.

Los jóvenes también corren el riesgo de desarrollar este trastorno. Los jóvenes que empiezan a consumir la droga a edades más tempranas o que tienen antecedentes familiares de adicción aumentan especialmente sus probabilidades de tener problemas.

"Los menores de 25 años deberían evitar el cannabis por completo", afirma Solmi; "no tienen ni idea de cómo reaccionarán al cannabis. Están jugando con su cerebro y su salud".

Para todos los demás, la moderación es la clave.

"No se trata de una sustancia benigna que no tiene riesgos", dice Rahmandar. "La mayoría de los consumidores estarán bien, pero no podemos predecir quién desarrollará problemas".

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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