¿Por qué tenemos canas?

Las canas son uno de los signos más evidentes del envejecimiento: ¿sería posible que la ciencia encontrase algún día la forma de revertir el fenómeno?

Por Erin Blakemore
Publicado 21 jun 2024, 10:05 CEST
Una mujer disfruta del sol en Marin, California

Una mujer disfruta del sol en Marin, California. Aunque la mayoría de las canas son consecuencia del envejecimiento, el tabaquismo, la exposición a los rayos UV y las enfermedades tiroideas también pueden ser culpables.

Fotografía de Keenpress

¿Existe la fuente de la juventud? Dado que la ciencia aún no ha dado con una cura universal para el envejecimiento, son muchos los que han encontrado un antídoto contra la implacable marcha del tiempo en forma de bote de tinte para el pelo.

Cubrir las canas es un negocio multimillonario en todo el mundo, un monstruo de la belleza que promete un aplazamiento temporal de uno de los signos más evidentes del envejecimiento. Pero, ¿por qué encanecen los cabellos? Y, quizás más importante: ¿encontrará algún día la ciencia la forma de revertir las canas?

Lo más probable es que la respuesta esté en el interior de los folículos pilosos, el lugar donde comienza la pigmentación del cabello y, para muchos, donde desaparece. Las células que vuelven gris el pelo, los melanocitos, son las mismas que producen el pigmento melanina, responsable del color del pelo, la piel y los ojos.

"Su única función es producir pigmento y depositarlo en el tallo del pelo a medida que crece", explica Melissa Harris, profesora asociada de biología de la Universidad de Alabama (Estados Unidos). Al igual que ocurre con el color de la piel, se cree que el color del pelo evolucionó como parte de la protección del cuerpo contra los rayos solares.

El propósito evolutivo original del color del pelo puede ser sencillo, pero la ciencia que hay detrás de su tono es cualquier cosa menos eso. Cientos de genes desempeñan un papel, y se cree que el color del pelo es uno de nuestros rasgos hereditarios más visibles, ya que hasta el 99% del color del pelo está determinado genéticamente.

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Dato 1: Las canas están llenas de aire

Cada pelo de la cabeza se encuentra en un ciclo de crecimiento que consta de cuatro partes: una fase anágena, de años de duración, en la que las células pilosas crecen desde el folículo; la fase catágena o de transición, en la que el crecimiento se ralentiza y el pelo se separa del folículo; la fase telógena o de reposo, en la que el folículo se prepara para soltar el pelo y que crezca uno nuevo; y la fase exógena, durante la cual se desprenden del cuero cabelludo docenas, y a veces cientos, de pelos al día. Este ciclo regenerativo es continuo y cada folículo tiene su propio calendario.

La pigmentación del cabello se produce durante la fase anágena, que es crítica. Al iniciarse el ciclo capilar, las células madre del bulbo del folículo piloso generan melanocitos, que a su vez producen pigmento. Estos melanocitos mueren al final del ciclo capilar, y el folículo produce nuevos melanocitos a partir de células madre a medida que se repite el ciclo de crecimiento.

Pero con el tiempo, explica Harris, los melanocitos pueden perder fuerza y producir menos pigmentación, o incluso ninguna. "Dejan de cumplir su función", afirma. "La población de células madre también disminuye. Si esas células madre desaparecen, no tendrás melanocitos durante el siguiente ciclo capilar". Como resultado, en lugar de estar lleno de melanina, el tallo del pelo se llena de aire, y nuestros ojos perciben el tallo semitransparente como desvaído, plateado o blanco.

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Dato 2: Las canas no se deben sólo al proceso de envejecimiento

Dado que las canas se producen en el folículo piloso, el pigmento de un pelo no puede modificarse una vez que ha salido del folículo. Pero algunos procesos alimentan el viejo mito de que el estrés puede hacer que la gente se vuelva canosa "de la noche a la mañana". De hecho, el estrés puede desencadenar una afección conocida como efluvio telógeno, esencialmente un aumento del número de cabellos que ya no crecen activamente y que provoca una caída del cabello mayor de lo habitual. Los cabellos que quedan pueden parecer más evidentes, poniendo las canas existentes en primer plano.

La edad no es el único factor que puede hacer que los melanocitos pierdan fuerza. La genética también desempeña un papel en la pérdida de pigmentación, y la raza y el origen étnico están relacionados con la edad a la que el pelo encanece: las personas de raza blanca encanecen hasta una década antes que las de raza negra. El estilo de vida también es importante, señala Harris: "Hay algunos factores ambientales claros que pueden aumentar el riesgo de encanecimiento prematuro", afirma.

El tabaquismo, la exposición a los rayos UV, ciertas deficiencias nutricionales, la exposición a la contaminación atmosférica y el consumo excesivo de alcohol se asocian a una pérdida más temprana de pigmentación, al igual que enfermedades como la neurofibromatosis, una enfermedad hereditaria que provoca el crecimiento de tumores por todo el cuerpo, y la enfermedad tiroidea. Otras personas, como las que padecen vitíligo, una forma rara de albinismo, o el síndrome de Griscelli, una enfermedad genética que afecta a la pigmentación de la piel y el cabello, pueden desarrollar canas en la infancia o al principio de la vida.

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Dato 3: Puede darte un aspecto distinguido o demacrado, dependiendo de tu sexo.

A pesar de su propósito evolutivo original, la importancia y frecuencia del color del pelo (y la preferencia de los seres humanos por peinados de distintos colores) se debe a nuestro impulso reproductivo. Aunque la ciencia está dividida, se cree que los hombres han desarrollado una preferencia evolutiva por los colores de pelo más raros, como el rubio, y las personas de ambos sexos ven el color del pelo como un indicador tanto de salud como de edad.

Para bien o para mal, las canas se asocian a la edad y pueden afectar profundamente a la forma en que nos vemos a nosotros mismos y a los demás. Aunque hasta el 23% de las personas de todo el mundo tiene al menos un 50% de canas a los 50 años, quienes no se cubren las canas son muy discriminados. Y la percepción que la sociedad tiene de las canas puede variar en función del sexo de la persona que las luce. En general, se considera que los hombres son más distinguidos y atractivos a medida que envejecen, un fenómeno apodado "efecto George Clooney" en honor al siempre apuesto actor. Las mujeres, sin embargo, se enfrentan a prejuicios por las canas visibles, y hasta un 75% se tiñe el pelo.

Un estudio publicado en 2022 en la revista Journal of Women Aging descubrió que las mujeres experimentan un conflicto entre la percepción de sabiduría y competencia de las canas, su deseo de mostrar su yo auténtico y las expectativas sociales de mantenerse jóvenes y envejecer "con éxito", es decir, envejecer sin que aparezcan arrugas ni canas. Cuando encuestaron a mujeres que habían abandonado el tinte capilar y los intentos de parecer más jóvenes, los investigadores descubrieron que "en su lugar, se cubrían mediante una cuidadosa atención al peinado, los cosméticos y la ropa, en un intento de reducir cualquier impresión de haberse dejado llevar". Como resultado, concluyeron los investigadores, las mujeres acabaron gastando tanto tiempo, dinero y esfuerzo en parecer "competentes" y "arregladas" a medida que envejecían como el que antes dedicaban a teñirse el pelo.

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Dato 4: Es posible que algún día podamos revertir las canas

No es de extrañar, por tanto, que muchas personas vean las primeras canas visibles como un hito inoportuno. Pero la ciencia podría revertir pronto el mismo proceso que provoca la decoloración del cabello, afirma Harris, que ha trabajado intensamente con células madre productoras de melanocitos.

Hasta ahora, ha descubierto que el encanecimiento del cabello puede estar relacionado con una respuesta inmunitaria y ahora trabaja en posibles formas de reactivar las células madre. El trabajo de Harris se apoya en otras investigaciones que demuestran que estas células madre pueden manipularse en el laboratorio, junto con un sorprendente estudio que muestra la repigmentación en un grupo de pacientes con cáncer de pulmón cuyo pelo recuperó el color tras recibir un tratamiento de inmunoterapia.

La clave puede estar en una proteína llamada PD-LI, que suprime el sistema inmunitario y se expresa más en las células madre productoras de melanocitos en estado latente que en las que están en fase de división activa.

"En realidad, podría tener funciones novedosas que aún no hemos apreciado", reflexiona Harris; "¿qué hace esta proteína en las células madre? ¿Podríamos utilizarla para activar [la pigmentación del pelo]?".

Por ahora, el trabajo continúa, y no es sólo cosmético. Harris cree que el proceso de pigmentación del cabello humano tiene lecciones que enseñar a la ciencia sobre otras formas en que nuestros cuerpos envejecen y responden al estrés y a factores ambientales, con implicaciones mucho más amplias para la salud humana en general. Si tenemos suerte, descubrir cómo revertir el encanecimiento del cabello podría suponer una ventaja aún mayor: la posibilidad de mantenernos sanos durante más tiempo y sacar más partido a una vida que, para la mayoría, conlleva unas cuantas canas.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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