Cómo hacer "baños de bosque" para mejorar la salud mental de tu hijo

Esta práctica japonesa aporta una serie de beneficios (desde dormir mejor hasta reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés), además de sacar a los niños al aire libre.

Por Kelly DiNardo
Publicado 8 ene 2025, 13:00 CET
Freja, de 8 años, juega en su jardín

Freja, de 8 años, juega en su jardín en plena campiña danesa, rodeada de bosques y lagos. La práctica japonesa del baño en el bosque anima a las personas a estar más atentas cuando pasan tiempo en la naturaleza, y los estudios demuestran que es especialmente beneficiosa para los niños.

Fotografía de Capucine Chandon

En un soleado día de primavera, Ruth Nazarian condujo a un grupo de 24 alumnos de 7-8 años a una pequeña arboleda de acacias en su escuela primaria de San Diego (Estados Unidos). Cuando los niños estaban sentados con los ojos cerrados, Nazarian planteó al grupo una serie de preguntas destinadas a sintonizar con sus sentidos:

Presta atención a la piel de tu cara; ¿qué sientes? ¿Puedes encontrar un sonido lejano? ¿Puedes encontrar un sonido cercano? ¿Qué hueles? Abre suavemente los ojos; ¿qué colores ves?

“Cuando realmente prestas atención a la naturaleza con los niños, muchas cosas ordinarias se convierten en mágicas”, dice Nazarian, profesora de primaria durante más de 25 años y guía certificada de terapia forestal.

Nazarian forma parte de un grupo cada vez más numeroso que ha descubierto la práctica del shinrin-yoku, o baño de bosque, que fue reconocida oficialmente por el Gobierno japonés en los años 80 y desde entonces se ha extendido a más de 60 senderos certificados. Es diferente del senderismo, que consiste en llegar a un destino, o de los paseos por la naturaleza, que se centran en identificar plantas y animales. El baño de bosque anima a los participantes a relacionarse lenta y deliberadamente con la naturaleza.

Las buenas noticias son que puedes probar esta práctica basada en la naturaleza vivas donde vivas, y que tiene verdaderos beneficios para la salud física y mental de los niños.

(Relacionado: Los baños de bosque están muy bien pero, ¿has probado la terapia forestal?)

Beneficios de los baños de bosque para la salud

El baño de bosque consiste en sumergirse en el entorno y practicar la atención plena en la naturaleza, ya sea en el jardín, en el parque o en un bosque. Cada vez son más las investigaciones que demuestran que este acercamiento a la naturaleza tiene beneficios para la salud que van desde un mejor sueño hasta la reducción del cortisol, la hormona del estrés.

Esto puede deberse a que el baño de bosque combina esencialmente los beneficios de la meditación con los de estar al aire libre en la naturaleza. Por ejemplo, tanto el baño en el bosque como la meditación son prácticas de atención plena que ayudan a concentrarse en el momento presente. Los estudios demuestran que cultivar la atención plena puede potenciar la memoria y la concentración, fomentar la empatía, reducir el estrés y mejorar la atención y el comportamiento en el entorno escolar.

Pero la meditación tradicional puede ser un reto, sobre todo para los niños más pequeños que tienen problemas para permanecer sentados. “Las actividades de baño de bosque nos llevan al momento presente sin necesidad de estar quietos”, explica Nazarian. “Esto ayuda a los niños a ser más conscientes de su cuerpo. A medida que aprenden a ser conscientes de cómo se siente su cuerpo, empiezan también a reconocer cómo reacciona a las emociones. Es una estrategia valiosa para tranquilizarse y controlar el estrés”, añade.

La otra ventaja del baño en el bosque: lleva a los niños al exterior y a los espacios verdes. Cientos de estudios han investigado los efectos positivos de la naturaleza en la salud y el desarrollo físico, mental y emocional de los niños, desde el aumento de su cociente intelectual hasta la mejora de su salud mental.

“Hay algo en la naturaleza que mejora el desarrollo cognitivo y la salud física y mental”, afirma Richard Louv, cofundador de Children and Nature Network y autor de varios libros, entre ellos Last Child in the Woods: Saving Our Children from Nature-Deficit Disorder [El último niño en el bosque: Salvar a nuestros hijos del trastorno por déficit de naturaleza]. “Concretamente, las investigaciones sugieren con rotundidad que el tiempo en la naturaleza puede ayudar a los niños a adquirir confianza en sí mismos, enseñarles a calmarse, mejorar la concentración, disminuir los síntomas del déficit de atención, mejorar la creatividad y reducir el estrés”.

(Relacionado: Sonidos para tranquilizar la mente y potenciar la meditación)

Guía para principiantes sobre los baños de bosque

¿Listo para probar el baño en el bosque con tus hijos? Aquí tienes algunas pautas para empezar.

1. Sé flexible

Helene Gibbons, guía de baños de bosque en Saranac Lake, Nueva York (Estados Unidos), ha adaptado muchas de sus prácticas a pausas de cinco a 15 minutos que los profesores pueden hacer con los niños a lo largo del día. “No siempre es realista dar un paseo de una hora con los niños”, dice.

Acortar el tiempo que se dedica a una actividad de baño de bosque es una forma de mantenerla relajada, sobre todo en el caso de los niños más pequeños. Darles permiso para hablar y moverse, independientemente de la actividad, es otra forma de ser más flexible.

“Llamamos a las actividades 'invitaciones' porque siempre se pueden adaptar. Los niños necesitan autonomía para tomar decisiones por sí mismos. Les gusta tener esa libertad”, dice Gibbons.

2. Llama la atención sobre la experiencia sensorial

Usar los sentidos consiste en darse cuenta del entorno, estar alerta y presente, cosas que también hace la meditación, dice Katy Bowman, biomecánica y autora de Grow Wild: The Whole-Child, Whole-Family, Nature-Rich Guide to Moving More [Crecer en estado salvaje: La guía para el niño, toda la familia y la naturaleza para moverse más].

“Cuando escuchas todos los sonidos de la naturaleza, te centras en algo que no es el parloteo de tu cabeza”, dice.

Haz preguntas que animen a los niños a centrarse en sus sentidos. ¿Cómo se siente la hierba? ¿Qué formas ves? ¿A qué huelen las agujas de los pinos?

(Relacionado: Estos son los beneficios de la naturaleza para los niños)

3. Conviértelo en un juego 

Estas actividades ayudan a crear una estructura divertida y suelta que anima a los niños a ser más conscientes de su entorno natural:

  • Nazarian utiliza una cuerda o un aro de hula-hula para crear un círculo en la hierba y anima a los niños a explorar la pequeña zona con una lupa.
  • Nazarian pide a los niños que caminen muy despacio y se fijen en lo que está en movimiento mientras ellos están en movimiento. A menudo se fijan en movimientos grandes, como los pájaros, y luego en otros más pequeños, como las hormigas. “Una vez sopló una brisa y dispersó cientos de semillas de helicóptero”, cuenta. “Llevábamos semanas pisándolas, pero prestar atención a cómo flotaban sobre nuestras cabezas fue delicioso”.
  • Bowman sugiere dar un paseo y buscar ingredientes como agujas de pino o abeto, hierba luisa o menta que puedan servir para hacer infusiones.
  • En el Juego de la cámara, un niño es el fotógrafo y el otro es la cámara. Éste cierra los ojos y el fotógrafo guía la cámara hacia una escena natural, como el tronco de un árbol. Cuando el fotógrafo hace una señal, la cámara abre los ojos y capta todos los detalles posibles de la escena. Dependiendo de la edad de tu hijo, anímale a que escriba o dibuje lo que ve.
  • Túmbate boca arriba, observa cómo flotan las nubes y fíjate qué formas e imágenes ves.
  • Para una actividad en un día lluvioso, Gibbons sugiere sentarse junto a una ventana abierta y escuchar la lluvia durante unos minutos. Después, pídeles que dibujen cómo se sienten.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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