Estudios de ADN muestran a un antiguo primo de los humanos con dientes enormes
Un nuevo estudio genético muestra como el homínido de Denisova habitó Eurasia durante milenios.
16 de noviembre de 2015
El análisis de unos dientes fosilizados encontrados en Siberia muestra un misterioso homínido llamado Denisován, descubierto hace cinco años, que convivió con Neandertales y humanos durante miles de años.
El sorprendente dato revela que podríamos estar ante varios tipos de homínidos que convivían en la misma época en el mundo. Durante cientos de miles de años, los humanos modernos y los neandertales coincidieron, y ahora, también los Denosivanos, que perecerían hace 40.000 años pero ya forman parte del árbol familiar.
El ADN de los huesos de un dedo y los dientes analizados anteriormente muestran que los Denisovanos dejaron su huella en los humanos modernos, aportando alrededor del cinco por ciento del genoma de los melanesios modernos, que viven en Papúa Nueva Guinea y otras partes del Pacífico.
EL PRIMO PERDIDO
Aunque todavía no sabían casi nada acerca de los homínidos, aparte de su existencia y la sombra genética que arrojaron. ¿Qué fueron los Denisovanos? ¿Cuánto tiempo estuvieron en las montañas de Altai? Y ¿tenían los Denisovanos realmente esos enormes dientes, o son una rareza biológica? Por suerte, la cueva donde se encontraron los restos tenía más que decir sobre el asunto. En 2010, los investigadores encontraron una segunda muela del juicio, enterrada profundamente en el fondo de ella.
El análisis dental lo hizo Bence Viola, un antropólogo de la Universidad de Toronto que había examinado la primera muela del juicio Denisován e inicialmente pensó que estaban ante una confusión con un diente de un oso de las cavernas, dado su tamaño y sus enormes raíces extendidas.
Viola encontró que los dos dientes eran coherentes entre sí y diferentes de los de los humanos modernos y los neandertales, lo que daba a entender que eran del Denisován, que para poder soportarlos tendría que tener enormes mandíbulas. Los resultados también ponen de relieve datos genéticos innovadores que los antropólogos están utilizando cada vez más para obtener nuevas perspectivas.
EL MISTERIO DEL ADN
Los restos de ADN encontrados, proporcionaron al equipo una base importante de trabajo, gracias a ellos, lograron la calibración de un cronómetro en el que se acumulan mutaciones genéticas, y a través de ellos se ha podido desvelar que los Denisovanos más antiguos tenían más en común con los humanos que los más tardíos.
El colmillo recientemente descubierto, tenía la mitad de mutaciones que los restos del dedo, con lo que es fácil que viviese 60.000 años antes que el otro. Como mínimo, este esquema nos muestra que los Denisovanos eran un solo grupo biológico que esporádicamente habían habitado la región durante al menos tanto tiempo como los humanos modernos.
Ante esto, se abren varias incógnitas ¿Cómo eran? ¿Qué efecto tuvieron sobre nosotros? Aún queda mucho por aprender, por el momento tenemos pocos datos, como su edad o que forman parte de nuestro árbol familiar, y está claro que habrá que colocarlos en su lugar dentro de la escala evolutiva, sabiendo que entre 40.000 y 120.000 años, había en Asia un pariente del que aún tenemos mucho que aprender