2 de agosto de 2012
Bostezar ayuda a mantener la cabeza fría, según un nuevo estudio. Las conclusiones podrían contener alguna esperanza para quienes sufren de insomnio, migrañas e incluso epilepsia.
Aunque los científicos han propuesto varias causas de porqué bostezamos (por fatiga o falta de oxígeno) ninguna ha conseguido resolver la duda.
"Podemos poner un hombre en la Luna, pero no entendemos qué función tiene bostezar” dijo el coautor del estudio Gary Hack, de la Universidad de la Facultad de odontología de Maryland en Baltimore.
Ahora, Hack y su coautor Andrew Gallup, de la Universidad de Princeton, proponer que al bostezar se expanden y contraen las paredes del seno maxila para bombear aire al cerebro, lo que hace disminuir su temperatura. Ubicado en nuestros pómulos, el maxilar es una de las cuatro cavidades más grandes en las cabezas humanas.
“Al igual que los ordenadores, el cerebro humano es muy sensible a las temperaturas y debe permanecer fresco para operar eficientemente”, dijo Hack, cuyos datos recopilados previamente se combinaron combinadas con los de Gallup en el nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Medical Hypotheses.
¿Son los senos nasales la solución?
Además de resolver potencialmente el misterio del bostezo, el estudio también puede revelar por qué tenemos senos.
“Es una teoría unificada donde se explica el motivo de los bostezos y el funcionamiento de los senos nasales y la ventilación cerebral”, dijo Hack.
Ryan Soose, doctor de oído, nariz y garganta así como también director de la Universidad de división de estudio del sueño de la unidad de Pittsburgh Medical Center, agregó, "la hipótesis de que estas dos cosas pueden estar relacionadas, para mí, es muy intrigante".
Pistas
Hack, coautor del estudio de 2002 y su equipo realizaron una autopsia a un cadáver cuando descubrieron que la pared posterior del seno maxilar era mucho más fina (y, por tanto, más flexible) de loque se describe en muchos libros de medicina.
Los investigadores postularon que cuando la mandíbula se mueve las paredes del seno se reviste, ventilando de este modo los senos.
A través de la investigación postdoctoral de Gallup en Princeton, se convirtió en 2007 en el primero en sugerir la teoría de enfriamiento cerebral del bostezo.
Desde 2007, Gallup testó la teoría tanto en animales como en humanos).
Gallup y su equipo implantaron sondeos en los cerebros de ratas y registraron los cambios de temperatura del cerebro antes, durante y después del bostezo de las ratas.
El equipo descubrió que la temperatura cerebral sufría de cambios abruptos en los prolegómenos de un bostezo, donde la temperatura empezaba a declinar y finalmente retomaba la temperatura antes del bostezo.
Esto sugiere que los bostezos se provocan por un aumento en la temperatura cerebral y ayudan a enfriar el cerebro.
Gallup también estudió a dos mujeres que sufrían episodios crónicos de exceso de bostezos. Pidió a una de las pacientes (quien conocía cuando estaba a punto de sufrir una episodio) que se tomara la temperatura antes y después de sus episodios.
Los resultados mostraron que su temperatura corporal era elevada antes el bostezo y posteriormente caia.
El coautor del estudio Hack intuye que la teoría será muy polémica dado que toca un tema poco conocido.
La teoría acerca de los bostezos pueden influir en la medicina
En general, comprender el bostezo puede ser una herramienta útil para el diagnóstico de ciertas condiciones médicas, tales como la epilepsia y las migrañas, ambas se pueden predecir por un exceso de bostezos, según dicen los científicos.
Soose de la Universidad de Pittsburgh añadió que el descubrimiento podría ayudar algún día a médicos en el tratamiento de pacientes con insomnio, el trastorno del sueño más común en U.S.
Insomnes a menudo tienen problemas para regular su temperatura corporal, que debe descender para conciliar el sueño.
"Se podría prever algún mecanismo por el cual se pudieran enfriar los senos para tratar el insomnio", dijo Soose. "Esto abre las puertas para ayudar a tratar el insomnio de una manera diferente."