La NASA revela nuevas imágenes de Júpiter totalmente surrealistas
Los primeros hallazgos científicos de la sonda espacial Juno nos muestran un mundo de nubes intrincadas, un intenso magnetismo y un núcleo potencialmente eruptivo.
El planeta más grande del sistema solar nos resulta cada vez más espectacular y misterioso.
Aunque hemos sabido durante siglos que Júpiter está elegantemente decorado con bandas de nubes coloridas y manchas tormentosas, las imágenes que ha enviado la sonda espacial Juno de la NASA, que ha estado orbitando Júpiter desde julio de 2016, revelan filigranas de nubes nunca antes vistas en el sistema solar.
Los primeros resultados científicos de la misión Juno, publicados en 46 artículos en las revistas Science y Geophysical Research Letters, también componen la imagen de un planeta que no funciona tal y como los científicos creían, desde sus cúmulos de nubes hasta su núcleo descomunal y potencialmente eruptivo.
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«Creo que todos esperábamos aprender mucho, pero no creo que nadie del equipo de científicos esperase descubrir que todas las partes de Júpiter albergaran estas enormes sorpresas», afirma Scott Bolton, investigador principal de la misión Juno.
Estos primeros resultados, recopilados durante la órbita que Juno realizó el 27 de agosto de 2016, incluyen la revelación de que el campo magnético de Júpiter es casi dos veces más fuerte de lo que se esperaba y que hay enormes ciclones que erupcionan y giran en torno a los polos del planeta.
Más datos sugieren que el núcleo del planeta podría ser más grande y diluido de lo que se había anticipado, con metales pesados y roca disolviéndose lentamente en una capa de hidrógeno metálico líquido.
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Juno también ha podido observar las poderosas auroras que brillan cerca de los polos, que curiosamente están desprovistos de bandas nubosas y en su lugar son agitados revoltijos de tormentas y espirales de colores pastel, muy diferentes entre sí.
Además, cuando penetró en la atmósfera de Júpiter, la sonda espacial detectó amoníaco brotando desde las profundidades del velo gaseoso del planeta. Las cáusticas y sofocantes columnas de gas podrían estar creando sistemas meteorológicos que transforman las nubes del planeta en la obra de arte que podemos observar.
«Me encanta el aspecto de los polos de Júpiter en nuestras imágenes, tan hermosos y diferentes de Saturno», afirma Candy Hansen del Instituto de Ciencias Planetarias. «Estamos muy acostumbrados a ver los cinturones y las zonas de Júpiter. No ver esa estructura en sus polos me desconcertó al principio».
Júpiter, más tormentoso y colorido que su vecino Saturno, es también mucho más grande, tanto que sería posible que lo estén modelando procesos que son más estelares que planetarios, según explica Bolton.
A medida que Juno gira en torno a Júpiter –una docena veces más–, continuará respondiendo a preguntas que ni siquiera podríamos predecir. Y quizá, al final de su misión, la sonda habrá ayudado a los científicos a resolver el misterio de lo que se esconde bajo esas nubes serpenteantes.
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