¿Cómo reaccionaríamos si descubriéramos vida extraterrestre?

Un nuevo estudio señala que las reacciones de caos e histeria podrían ser más improbables de lo que parece.

Por Nadia Drake
Publicado 19 feb 2018, 17:11 CET
Extraterrestre
Un «extraterrestre» posa en la convención de ovnis de 1987 en Nueva York.
Fotografía de Michael Norcia, New York Post Archives, NYP Holdings, Getty Images

Todos las hemos visto: escenas de caos, pánico e histeria tras descubrir vida extraterrestre. Los edificios se desploman, incendios por todas partes, estallan revueltas, las sociedades se desmoronan. Si es así como los terrícolas vamos a lidiar con la noticia de que hay vida más allá de la Tierra, ¿por qué seguimos buscándola pese a este riesgo?

Bueno, pues porque quizá no sea tan horrible al fin y al cabo. Cuando los humanos encuentren pruebas de vida extraterrestre, «nos lo tomaremos bien». Eso sugieren los resultados de un estudio presentados en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) en Austin, Texas.

«Claro que yo también predeciría que si un ejército hostil apareciera cerca de Júpiter, no estaríamos muy contentos», afirmó el autor Michael Varnum, de la Universidad Estatal de Arizona, durante un comunicado de prensa en la reunión de la AAAS.

Examinando una mezcla de titulares de noticias y respuestas a encuestas, Varnum y sus colegas determinaron que las reacciones de la gente ante la detección de vida extraterrestre, tanto hipotéticamente como al famoso hallazgo falso de fósiles de microbios marcianos, son bastante positivas en general.

«La verdad es que no estaba para nada seguro de qué descubriríamos», contó Varnum a National Geographic. «Cabe señalar que en la ficción, el descubrimiento de vida extraterrestre suele representarse con consecuencias sociales o psicológicas negativas».

Pero otros son escépticos respecto a si los resultados, publicados en Frontiers of Psychology, representan la realidad al completo, citando su enfoque principal en la vida microbiana, así como un grupo no representativo de encuestados.

«Apenas me sorprende el hecho de que a una (escasa) mayoría de personas no les parezca tan escandaloso la idea de microbios en Marte o en otro lugar», afirma Seth Shostak del Instituto SETI. «Los estudios realmente interesantes son los que tratan de medir la reacción ante una detección de SETI o el descubrimiento de hardware extraterrestre, algo más espectacular».

¿Alegría o revueltas?

Primero, Varnum y sus colegas analizaron una serie de noticias de este tema a través de un programa de análisis del lenguaje y para comprobar si las palabras de esas historias reflejaban las emociones que eran más positivas (por ejemplo, «feliz», «agradable», «bueno») o más negativas (por ejemplo, «preocupado», «nervioso», «molesto»).

Las historias que escogió el equipo cubrían el descubrimiento de púlsares en 1967, las extrañas estrellas muertas que al principio se creía que eran señales de extraterrestres inteligentes; la famosa Señal Wow! detectada por investigadores del SETI en 1977; el «hallazgo» en 1996 de microbios fosilizados en el meteorito marciano ALH 84001; el extraño comportamiento de la estrella de Tabby, que en 2015 se sugirió que se debía a megaestructuras alienígenas (ahora sabemos que es solo polvo); y el descubrimiento en 2017 de varios exoplanetas del tamaño de la Tierra en la zona habitable de una estrella.

Según el equipo, en estos casos las palabras que usaron eran más positivas que negativas, independientemente de si el tema era la vida extraterrestre microbiana o tecnológica. También se presentaron trabajos adicionales en la reunión de la AAAS que analizaban noticias acerca de la posibilidad de que el asteroide interestelar Oumuamua fuera una nave extraterrestre, y los resultados fueron iguales.

A continuación, el equipo pidió a los usuarios de Amazon Mechanical Turk que predijeran sus propias reacciones al descubrimiento de vida extraterrestre microbiana y que dieran su opinión sobre si su respuesta coincidiría más o menos con la de la humanidad en general. Más de 500 encuestados describieron sus reacciones, que fueron analizadas de la misma forma que las noticias.

«Me interesaría mucho. Buscaría en Internet toda la información que pudiera encontrar. La seguiría hasta ver fotos de los extraterrestres. Luego probablemente perdería el interés», escribió una persona.

Como antes, los encuestados usaron más palabras que indicaban sensaciones positivas, tanto para sí mismos como para la humanidad en general.

Finalmente, el equipo pidió a un grupo diferente de casi 500 usuarios de Amazon Mechanical Turk que leyeran dos artículos del New York Times y escribieran sus reacciones. Un grupo leyó una noticia de 1966 sobre el hallazgo (erróneo) de microbios marcianos fosilizados en un meteorito recuperado en la Antártida, y la otra era una noticia de 2010 sobre la creación de formas de vida sintéticas en la Tierra. Como antes, sus respuestas se analizaron en busca de palabras positivas o negativas, y como antes, las respuestas fueron más positivas que negativas, especialmente las de los microbios extraterrestres.

De nuevo, Shostak no se muestra particularmente sorprendido. Señala que, durante unos días frenéticos, parecía que se había descubierto a extraterrestres marcianos en 1996.

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    «Nadie provocó disturbios en las calles, pese a que eran extraterrestres a apenas 56 millones de kilómetros del centro de Peoria (Illinois)», afirma. «Creo que fue porque, independientemente de La amenaza de Andrómeda, para la mayoría de personas los extraterrestres microscópicos no son ni amenazantes ni esclarecedores». Probablemente sea cierto si esos microbios ya están muy muertos.

    Varnum y sus colegas dicen que sus resultados sugieren que es probable que las reacciones ante extraterrestres tecnológicos sean igualmente positivas. Este estudio llega en un momento crucial en la investigación astrobiológica, según el psicólogo Doug Vakoch, que trabaja elaborando comunicados interestelares con el proyecto METI (Messaging Extraterrestrial Intelligence).

    «Cada mes aprendemos más sobre los exoplanetas que orbitan alrededor de otras estrellas, y muchos de ellos son potencialmente habitables. Los anuncios rutinarios del descubrimiento de más exoplanetas alrededor de otras estrellas ha hecho que parezca más plausible que exista vida distribuida por el universo», afirma. «Saber que se ha descubierto vida en Marte no sería una gran revelación para mucha gente».

    Las limitaciones del estudio

    Pero no todo el mundo está de acuerdo en que se pueda generalizar con los resultados del estudio. Vakoch y otros reconocen que hay años luz de diferencia entre reconocer la presencia de microbios inofensivos en el planeta más cercano y enfrentarnos a una raza extraterrestre avanzada y tecnológica. La extrapolación de una situación a otra no va a ser necesariamente precisa.

    Del mismo modo, es probable que las reacciones ante extraterrestres vivos, sean o no microbios, sean bastante diferentes a las reacciones ante fósiles, que es la hipótesis que probaron los autores las noticias sobre el meteorito marciano.

    A la antropóloga Kathryn Denning de la Universidad de York también le preocupa que los usuarios de Mechanical Turk —la mayoría de los cuales están identificados como estadounidenses blancos con estudios universitarios— no representen a la toda humanidad ni de lejos.

    «El salto que suponía generalizar desde una muestra muy específica a una reacción humana más amplia es muy problemático», afirma. «Otra limitación del estudio es que los encuestados estadounidenses probablemente asumían que los descubrimientos procedían de fuentes estadounidenses. Es fácil imaginar que habría sido una situación más compleja si fuera más allá de sus fronteras».

    Los autores dicen que esperan replicar su investigación entre culturas por esta razón y Vackoch señala que ya existen ciertos estudios en este campo que comprueban las diferencias entre las actitudes chinas y las estadounidenses ante una situación de contacto inicial con extraterrestres.

    Denning tampoco está convencida con la categorización de las palabras empleadas en las noticias como sencillamente «positivas» o «negativas» y el uso de esos resultados para deducir algo tan complejo. «Yo diría que lo realmente jugoso se encuentra en los matices, no en la media global», afirma.

    Y en el caso de una detección, la forma en que las noticias influyan en la opinión será mucho más complicada que el que una persona lea una noticia y registre su reacción. Las conversaciones, las redes sociales y las noticias contradictorias, «esto tiene una importancia enorme y apunta a la necesidad de más investigaciones sobre los problemas posteriores a una detección, investigaciones que profundicen en esos matices de "cómo se mueve la noticia". Es difícil estudiarlo», afirma.

    Para ayudar a abordar esas preguntas, Vakoch señala el trabajo de Ted Peters, teólogo que ha explorado cómo afectaría el descubrimiento de vida extraterrestre a las creencias religiosas. Su trabajo sugiere que las personas seguras de sus propias creencias religiosas podrían asumir la existencia de un hipotético ET, lo que según Vakoch significa que hasta algo tan espinoso y aparentemente contrario a la ciencia como la religión podría sobrevivir a la llegada de los extraterrestres.

    «La gente podrá asumir descubrimientos científicos de más impacto sin que se derrumbe su imagen del mundo», afirma.

    Y si eso es cierto, quizá las conclusiones del estudio no sean tan amplias al fin y al cabo.

    Victoria Jaggard contribuyó a esta historia desde Austin.

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