Esta fue la última entrevista a Bruce McCandless, la primera persona en dar un paseo espacial sin ataduras
El astronauta Bruce McCandless nos da su opinión sobre su fotografía emblemática en su última entrevista con National Geographic.
Las fotografías de un muñeco llamado Starman dando una vuelta por el espacio en un coche de lujo cautivaron ayer a los terrícolas, pero hace 34 años, una fotografía igualmente surrealista de un astronauta real también fue objeto de admiración.
El 7 de febrero de 1984, Bruce McCandless se convirtió en el primer humano en flotar libre de ataduras cuando salió del transbordador espacial Challenger y se alejó de la nave. En una imagen impresionante de la NASA de esa misión, un McCandless sin ataduras cuelga a casi 100 metros del Challenger, suspendido sobre nuestro planeta azul y con un aspecto al mismo tiempo fuerte y frágil ante la enorme inmensidad del cosmos.
McCandless, que falleció el 21 de diciembre de 2017, tuvo una trayectoria larga y legendaria en el programa espacial de la NASA. Antes de sus famosos paseos espaciales, trabajó como comunicador en el centro de control durante la misión del Apolo 11 a la Luna en 1969. Dicha experiencia hizo que se mosqueara con Neil Armstrong por no revelar antes de tiempo lo que Armstrong pretendía decir cuando sus botas tocaran la superficie lunar. Más adelante ayudó a poner en órbita el telescopio espacial Hubble desde el transbordador espacial Discovery en 1990.
Pero los paseos espaciales más memorables de McCandless, inmortalizados en una foto sacada durante la misión, tuvieron lugar en su primer vuelo espacial. Le habían pedido que probase una nueva Unidad de Maniobra Tripulada, o MMU, por sus siglas en inglés, de 135 kilos. Básicamente es una mochila propulsora impulsada con nitrógeno que permite a los astronautas dar vueltas por el espacio como hizo el personaje de George Clooney en la película Gravity. Pero el caso de McCandless no era un largometraje y no es exagerado decir que todos estaban nerviosos por si se producía una avería irrecuperable.
Por eso McCandless decidió contar un chiste privado cuando empezó a hablar con el centro de control de Houston.
«Creo que puedo afirmar que mi comentario —es posible que hubiera sido un pequeño paso para Neil, pero es un salto de narices para mí— fue a) pensado detenidamente, b) una forma de venganza porque Neil no compartía conmigo lo que pensaba al pisar la Luna, y c) una forma de decir que todo iba bien, que no se preocupase», dijo McCandless. «Eso alivió la tensión».
En el aniversario de su primer paseo espacial sin ataduras, contamos qué opinaba McCandless sobre esa foto, declaraciones grabadas en su última entrevista con National Geographic el pasado julio.
¿En qué piensas cuando te ves en esa foto?
En realidad tenía puesto mi visor solar para que el sol no me diera en los ojos, así que ese podría ser cualquiera. Y creo que ese es parte del atractivo. Supongo que es justo decir que me ha sorprendido la cantidad de gente que se me acerca y me dice: «Oye, tengo tu foto en mi habitación». Se ha convertido en un icono del programa espacial y, de alguna forma, parece representar la personificación del deseo de la humanidad de liberarse de la gravedad y ser capaces de volar por el cosmos.
Sé que ya te lo ha preguntado muchísima gente, pero...
¿Cómo fue estar ahí fuera? Lo único que me preocupó fue que cuando me alejé del transbordador, de repente tuve muchísimo frío. Temblaba, me castañeteaban los dientes. La razón es que la posición H, o hot (caliente), del sistema de soporte vital no está realmente caliente. Es una especie de frío mínimo, y el traje está diseñado para mantener a un astronauta fresco y cómodo en un entorno cálido cuando trabaja duramente. [En este paseo sin ataduras], en realidad no realizas ninguna tarea ardua. Volar en el MMU es como mover los dedos. No generas una gran cantidad de calor metabólico y el remedio para eso es apagar por completo el sistema de refrigeración.
¿Fue divertido estar ahí fuera?
Fue divertido. Aunque la verdad es que pensé que sería etéreo, en términos de silencio, pero me equivocaba. Tenía comunicaciones por radio y había tres personas hablando conmigo... no fue precisamente pacífico y silencioso.
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Has estado dos veces en el espacio. ¿Es cierto que ver la Tierra desde el espacio puede alterar la percepción que tiene un astronauta del planeta?
Como afirmación general, creo que puedo decir con seguridad que la percepción de casi cualquier persona que haya volado al espacio y contemplado la Tierra ha cambiado. Y la sensación predominante parece ser que, cuando miramos hacia abajo desde el espacio, no podemos ver las subdivisiones políticas y nos preguntamos por qué no podremos aprender a colaborar los unos con los otros para salir adelante.
¿Y, cuando estabas flotando en el espacio, eras más consciente del planeta que había bajo tus pies?
Respecto a mi vuelo en la MMU, si te digo la verdad, no miré demasiado hacia abajo. Mi punto de referencia era el transbordador espacial Challenger, y me orientaba respecto al Challenger como si fuera un avión volando en formación con otro. En un momento dado, miré hacia abajo para ver si podía reconocer algo y, por una cuestión de azar o suerte, resultó que estaba sobre Florida. No hay ningún rasgo terrestre parecido a la península de Florida —su forma distintiva, el lago Okeechobee—, por eso fue inequívocamente reconocible de inmediato. A partir de ahí pasamos por encima de las Bahamas y por el Atlántico sur y alcanzamos tierra de nuevo, sobre Namibia.
¿Crees que alguna vez volverás a la Luna o a Marte?
El transporte desde la superficie terrestre se está comercializando, y creo que es algo bueno. Estamos a punto de empezar lanzamientos comerciales tripulados, pero creo que es responsabilidad del gobierno promoverlos. El 20 de julio de 1989, George Bush —conmigo entre el público junto a miles de personas— se comprometió a regresar a la Luna y a llegar a Marte en 30 años; 2019 es 30 años después. Estoy seguro de que entonces aún no estaremos listos para ir a Marte.
[La cápsula espacial de última generación de la NASA] Orion está preparándose y finalmente nos llevará a las lunas de Marte. Probablemente son el primer paso, porque es más fácil llegar hasta ellas y, a partir de ahí, puedes controlar las cosas sobre la superficie sin apenas tiempo de retraso. Además, cuando lleven a humanos a Marte, habrá que saber con seguridad si hay vida en Marte. No pretendo ofender, pero la gente está sucia.