¿Sería legal el «ejército espacial» anunciado por Trump?

El presidente exige la creación de una nueva división: la Fuerza Espacial. En este artículo repasamos sus pros y contras y te contamos lo que ya hacen los militares estadounidenses fuera del planeta.

Por Michael Greshko
Publicado 20 jun 2018, 16:22 CEST
Donald Trump en el Consejo Nacional del Espacio
El lunes, 18 de junio de 2018, el presidente Donald Trump firmó una directiva sobre la gestión del tráfico en el espacio. Durante esa misma reunión en el Consejo Nacional del Espacio, Trump defendió un «ejército espacial» como una división militar independiente y de categoría equiparable.
Fotografía de Brendan Smialowski, AFP, Getty Images

El lunes, el presidente estadounidense Donald Trump expresó su apoyo por un «ejército espacial», una sexta división del ejército estadounidense que se centraría en todas las cuestiones del mundo exterior, provocando un ciclo de noticias que se parecía al principio de una peli de ciencia ficción.

«Por la presente, ordeno al Departamento de Defensa y al Pentágono que comiencen de inmediato el proceso necesario para establecer un ejército espacial como sexta división de las fuerzas armadas. Es una gran declaración», afirmó Trump en declaraciones al Consejo Nacional del Espacio. «Vamos a tener la Fuerza Aérea y vamos a tener la Fuerza Espacial, separadas, pero iguales».

A raíz de la directiva de Trump, quizá tengas algunas preguntas. ¿Tiene ahora Estados Unidos brigadas espaciales? ¿Cuáles son los pros y contras de una Fuerza Espacial? ¿Y es legal una división militar según los tratados internacionales? Sigue leyendo para averiguarlo.

¿Ha creado el presidente Trump un ejército espacial?

No, solo una ley aprobada por el Congreso estadounidense puede crear una división militar.

El presidente Trump ha contemplado la idea de guerreros espaciales antes, primero en un discurso en marzo de 2018 y más adelante en la ceremonia en el Rose Garden en mayo de 2018. Pero el año pasado, su gabinete se opuso a la idea.

«El Pentágono ya es lo bastante complicado», contó a los periodistas la secretaria de las Fuerzas Aéreas Heather Wilson en 2017. «Esto lo haría más complejo, añadiría más casillas al gráfico de organización y costaría más. Si tuviera más dinero, lo invertiría en letalidad, no en burocracia».

En julio de 2017, el secretario de Defensa Jim Mattis escribió al Congreso para pronunciarse en contra de la propuesta del ejército espacial, idea que finalmente fue descartada por los legisladores.

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Desde su composición rocosa a su potencial para albergar vida, Marte ha intrigado a la humanidad durante miles de años. Aprende cómo el planeta rojo se formó a partir de gas y polvo y qué implican sus casquetes polares para la vida tal y como la conocemos.

La idea todavía cuenta con partidarios dentro y fuera del Congreso, que argumentan que el espacio es demasiado importante como para no tener una división militar específica.

«El espacio es un lugar donde hay decenas de miles de millones de dólares» en infraestructura, afirma Mark Albrecht, secretario ejecutivo del Consejo Nacional del Espacio entre 1989 y 1992. «Desde las transacciones financieras hasta el GPS que guía tu coche, todo se controla desde el espacio, o al menos se facilita por el espacio».

La actividad militar en el espacio, según dice, «no es materialmente diferente de la Armada estadounidense, que va por el Pacífico, el Atlántico y el Mediterráneo, no para crear problemas o provocar guerras, sino para garantizar que aquello de lo que disfrutamos esté protegido».

En la Ley de autorización de la defensa nacional (National Defense Authorization Act) de 2018, el Congreso ordenó al Pentágono que al menos estudiase si debía reorganizar los programas espaciales existentes, y cómo debería hacerlo. Una versión provisional del estudio se publicó en marzo y es evasiva respecto a la idea del denominado «Cuerpo Espacial» unificado. El informe completo se publicará el 1 de agosto.

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    «Antes de que el Congreso haga algo, creo que van a querer ver ese informe y ver lo que dice el Departamento de Defensa al respecto», afirma Michael Dodge, experto en legislación espacial del departamento de Estudios Espaciales de la Universidad de Dakota del Norte.

    El Washington Post informa que la Junta de Jefes de Estado Mayor y el Departamento de Defensa han empezado a discutir la última directriz de Trump, aunque no está claro si la Casa Blanca sugerirá aprobar la legislación, ni cuando lo hará en caso afirmativo.

    ¿Es el ejército espacial una propuesta totalmente nueva?

    No. La propuesta de un ejército espacial lleva décadas circulando. En un documento normativo de 1999, el senador Bob Smith contempló la idea, y al año siguiente, una comisión dirigida por Donald Rumsfeld sugirió crear un Cuerpo Espacial dentro de la Fuerza Aérea, análogo al Cuerpo de Marines en la Armada estadounidense.

    Desde Eisenhower a Obama, Estados Unidos ha considerado el espacio como zona de actividades militares de autodefensa, no agresivas. Sin embargo, según los observadores, al defender una Fuerza Espacial, Trump está tomando una vía muy descarada.

    «Manda un mensaje a otros países del mundo de que Estados Unidos ve nuestro futuro en el espacio con agresividad en lo que respecta a defensa nacional», afirma Dodge. «Lo que quiero decir con “agresividad” es el hecho de indicar que para Estados Unidos el espacio es un posible dominio para luchar guerras, algo que no es nuevo, pero que probablemente no conviene debatir».

    ¿Cómo sería un ejército espacial?

    Con toda probabilidad, un ejército espacial se crearía a partir de programas estadounidenses existentes. Su centro sería el Mando Espacial de la Fuerza Aérea, que ha dirigido las operaciones espaciales militares estadounidenses desde 1982.

    Incluso ahora, el mando da empleo a más de 36.000 personas y mantiene tecnología militar en el espacio, como al red satelital de GPS y el misterioso avión espacial X-37B. La consultora Avascent afirma que la Fuerza Aérea gasta anualmente más de 6.000 millones de euros solo en sistemas espaciales no clasificados.

    En su forma más elaborada, una Fuerza Espacial estaría en igualdad de condiciones con el Ejército y la Armada, contando con oficinas en el Pentágono y una academia de servicio como West Point. Pero su estructura exacta dependería de la legislación promulgada, que no se aprobará dentro de poco. Albrecth estima que, como mínimo, llevaría un año convertir a la Fuerza Espacial en una entidad legal.

    ¿Serían legales las acciones militares en el espacio?

    En pocas palabras: sí. Pero si se activase una Fuerza Espacial, los expertos legales señalan que la legislación internacional limitaría sus funciones.

    Las principales potencias espaciales, como Estados Unidos, Rusia y China, han firmado el Tratado sobre el espacio ultraterrestre de 1967. El pacto afirma que ningún país puede reclamar como territorio propio nada que se encuentre el espacio e impide que los países coloquen armamento nuclear o armas de destrucción masiva en el espacio exterior, incluida la órbita terrestre.

    El tratado es más estricto respecto a los «cuerpos celestes» como la Luna y Marte. Las partes pueden construir bases militares, llevar a cabo maniobras militares o probar armas de cualquier tipo —incluso armas convencionales— en otro mundo. Si te estás imaginando un refrito de Las brigadas del espacio o de The Expanse, prepárate para una decepción.

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    Pero el Tratado sobre el espacio ultraterrestre sí da a los países margen de maniobra. Dodge afirma que este tratado de la época de la Guerra Fría no prohíbe explícitamente los misiles balísticos intercontinentales, que entran y salen del espacio cuando van hacia sus objetivos. El tratado tampoco especifica si se pueden usar armas convencionales en el espacio abierto o en estaciones espaciales. Y esto se ha hecho, al menos una vez: en enero de 1975, la Unión Soviética probó en secreto un cañón modificado en la estación espacial Almaz.

    «No creo que eso violase el tratado necesariamente, pese a ser contrario al espíritu del documento en sí mismo», afirma Dodge.

    Dicho esto, el Tratado sobre el espacio ultraterrestre y otros tratados espaciales no son las únicas leyes en el vacío.

    «El espacio es como alta mar, como la Antártida, un bien común mundial. Eso significa que se rige por la legislación internacional», afirma Joanne Gabrynowicz, experta en legislación espacial y profesora emérita en la Universidad d Mississippi. «Además del Tratado sobre el espacio ultraterrestre, toda la legislación internacional se aplica en el espacio, y eso incluye la legislación humanitaria [como los Convenios de Ginebra] y la legislación sobre conflictos armados».

    Gabrynowicz añade que hasta el nombre propuesto para esta división podría plantear dudas legales. «Hay un término técnico en legislación llamado “uso de la fuerza”, y esa frase tiene una legislación amplísima sobre qué significa», afirma.

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