La misión espacial de la India fracasa a escasos segundos de llegar a la superficie lunar
El primer módulo de aterrizaje de la misión Chandrayaan-2 casi rozaba el inexplorado polo sur de la Luna cuando perdió la conexión con la Tierra.
A escasos metros por encima de los dos kilómetros de altura sobre la superficie lunar se encontraba el robot de aterrizaje Vikram cuando perdió toda conexión con nuestro planeta durante la madrugada del sábado.
Bautizado como “los 15 minutos del terror”, el aterrizaje ya había sido advertido como el momento de mayor complejidad de la misión india Chandrayaan-2, que despegó el pasado julio hacia el espacio con el objetivo de arrojar luz sobre la inexplorada cara de la luna.
Tras la noticia, la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) anunció ayer que el módulo de aterrizaje había sido finalmente localizado en la superficie lunar por el orbitador de la misión, que ha logrado tomar una imagen términca del módulo. La ISRO vuelca ahora sus esfuerzos en tratar de restablecer la conexión con el módulo de aterrizaje Vikram a través del orbitador.
"El descenso de Vikram fue según lo planeado, y se observó un rendimiento normal, hasta una altitud de 2,1 kilómetros", afirmó el presidente de ISRO, Kailasavadivoo Sivan, en un comunicado. "Los datos se están analizando".
Siete años por el espacio
Con el planeta entero en vilo, la ISRO ha asegurado que aunque la reconexión no fuera posible, el orbitador aún tiene una larga y compleja misión por delante, aunque su objetivo principal es obtener más información sobre la composición mineral de nuestro satélite natural y la presencia de agua en su superficie.
Tras el aterrizaje, un pequeño vehículo de energía solar denominado Praygan debía descender del módulo de aterrizaje para explorar la superficie lunar. Sin embargo, por el momento, todo apunta a que India no logrará convertirse en el cuarto país que logra alunizar tras EEUU, Rusia y China.
El Primer Ministro de la India, Narendra Modi, ha transmitido su orgullo hacia los científicos de la misión, afirmando que “tan importante como el resultado final es el viaje y el esfuerzo”, según publica en su cuenta de twitter. “Nuestro esfuerzo y viaje a la luna valió la pena. Mantenemos la esperanza y continuaremos trabajando duro en nuestro programa espacial”.
A pesar del fallo, el orbitador aún podrá crear mapas de alta resolución de la superficie lunar, localizar hielo que pueda encontrarse en la superficie con sus radares y estudiar elementos como el magnesio. "El conjunto de instrumentos orbitadores ampliarán el horizonte de información, con una cobertura extendida en el rango infrarrojo para capturar con mayor precisión [el] carácter de hidratación de la superficie lunar", afirma Deepak Dhingra, científico planetario del Instituto Indio de Tecnología de Kanpur, en declaraciones a National Geographic.
Inserción orbital y alunizaje
La nave espacial Chandrayaan-2 ha pasado las últimas semanas acercándose lentamente a la luna hasta que, el pasado 20 de agosto, logró entrar en órbita alrededor del satélite. Dos semanas más tarde, el módulo de aterrizaje se separó del orbitador para descender hacia la superficie. Uno de los momentos más tensos de cualquier viaje al espacio es el momento de posar los módulos de aterrizaje sobre una superficie.
En el caso de Vikram, era un movimiento muy arriesgado del que ya había hablado Sivan en una conferencia el pasado agosto.
Para finalizar el viaje con éxito, Vikram debía realizar el alunizaje de manera autómata, desacelerando de forma progresiva hasta posarse sobre la superficie. Para ello, debía escanear el suelo lunar en busca de obstáculos para poder evitarlos. Debido a la complejidad de esta operación, la mayoría de alunizajes fracasan en algún punto de la misión.
“Siempre estamos emocionados y nerviosos, porque sabemos que es muy difícil de hacer", declara Dana Hurley, científica planetaria del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en National Geographic. "Es un asunto difícil".
Si a dos kilómetros de la superficie no se hubiera perdido la conexión, Vikram y Pragyaam se encontrarían ahora mismo a una latitud de unos 70 grados al sur, en una montaña entre los cráteres Manzinus C y Simpelius N.
El futuro de la exploración lunar
Los expertos señalan que las misiones que no logran alunizar no son en vano: la información obtenida de esos vuelos espaciales ayuda a los científicos a pulir posibles errores en los siguientes viajes.
Aunque la misión anterior de India, Chandrayaan-1, no trató de alunizar, sí lanzó pequeños disparos contra la superficie lunar que levantaron nubes de materia con el objetivo de que los orbitadores pudieran analizar el polvo que llegaba hasta ellos.
Con este mismo objetivo de sacar el máximo partido a la misión, Dhingra se muestra positivo sobre la posibilidad de rescatar datos parciales del descenso de Vikram hasta la superficie. "Se ha invertido una década de esfuerzo en Chandrayaan-2, y deseo que podamos extraer todo lo que tiene para ofrecer, incluso si se trata de un fallo de cualquier tipo", afirma a National Geographic.
Mientras tanto, la exploración lunar continúa su rumbo, imparable. Con nuevos horizontes en mente y proyectos privados diseñando nuevos objetivos, son varios los países que planean nuevos viajes espaciales durante la próxima década. Además de China, Japón, Rusia o Corea del Sur, EEUU organiza también el envío de instrumentos científicos a lo largo de los próximos años.