Dos astronautas de la NASA regresan a la Tierra en la cápsula SpaceX: así fue su misión en la estación espacial

Los astronautas Doug Hurley y Bob Behnken han amerizado en el golfo de México tras convertirse en las primeras personas en pilotar una cápsula Crew Dragon de SpaceX.

Por Nadia Drake
Publicado 3 ago 2020, 13:07 CEST

La Estación Espacial Internacional es una mera silueta mientras pasa frente al Sol, vista desde Frederiscksburg, Virginia. Los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley, a bordo de la estación desde el 31 de mayo, regresaron a la Tierra ayer a bordo de la cápsula Crew Dragon de SpaceX.

Fotografía de Joel Kowsky, NASA

Tras más de dos meses a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley volvieron a la Tierra el 2 de agosto, surcando los cielos del planeta en una cápsula Dragon de SpaceX. Amerizaron en el golfo de México a las 14:48 EST (20:48 en hora peninsular española), en un lugar en la costa de Florida situado lo bastante al oeste para evitar los vientos y las lluvias del huracán Isaías.

El regreso de los astronautas pone fin a un vuelo de prueba histórico llamado Demo-2, que ha devuelto las capacidades de vuelo espacial tripulado a los Estados Unidos tras un parón de casi una década. La misión despegó el 30 de mayo, que supuso la primera vez que los astronautas de la NASA pilotaban una nave propiedad de y operada por una empresa comercial, no por la propia agencia espacial.

Ahora, ante el éxito del viaje de ida y vuelta, SpaceX lanzará al menos otros seis vuelos de la NASA a la Estación Espacial Internacional. El primero de ellos, llamado Crew-1, está programado para septiembre, como pronto. En el segundo vuelo —programado para la primavera de 2021—, la astronauta Megan McArthur despegará a bordo de la misma cápsula Crew Dragon que voló Behnken, su marido.

«Está muy entusiasmada por que la hayan asignado a una misión de SpaceX», dijo Behnken desde la EEI antes de la reentrada. «La verdad es que tengo algunos consejos sobre cómo es vivir dentro de la Dragon y dónde es mejor colocar los objetos personales».

El primer vuelo tripulado de Dragon

Behnken y Hurley despegaron desde Cabo Cañaveral, Florida, dejando a su paso una columna cegadora de fuego y humo que formó una curva en el cielo. Acoplaron la cápsula a la EEI el 31 de mayo y se unieron al equipo de tres personas que ya estaba en la estación.

La cápsula Crew Dragon de SpaceX, a la derecha, acoplada a la Estación Espacial Internacional el 1 de julio. La cápsula llevó a los astronautas de la NASA Doug Hurley y Bob Behnken a la estación espacial tras su lanzamiento el 30 de mayo de 2020. Se trata de la primera nave que transporta a humanos al espacio desde suelo estadounidense en nueve años. Durante los 63 días que han pasado a bordo de la EEI, los dos astronautas, junto al astronauta de la NASA Chris Cassidy y los cosmonautas rusos Anatoly Ivanishin e Ivan Vagner, sacaron muchas fotografías de la tripulación trabajando y de la Tierra.

Fotografía de Chris Cassidy

Hurley trabaja en el sistema de ventilación intermodular de la Estación Espacial Internacional el 7 de julio, supervisando la circulación del aire e inspeccionando los componentes.

Fotografía de NASA

Behnken se saca un «selfi espacial» con su traje espacial y con el visor del casco levantado el 21 de julio.

Fotografía de Bob Behnken

Behnken fotografió el amanecer desde la EEI el 27 de julio en esta secuencia de cuatro fotos. La estación espacial completa una vuelta a la Tierra cada 90 minutos.

Fotografía de Bob Behnken

«Ha sido fantástico tener compañeros para comentar el día, pensar en el mañana y hablar sobre los eventos del mundo a la hora de comer», contó desde la EEI el astronauta estadounidense Chris Cassidy, que voló al espacio en una Soyuz rusa en abril.

Durante su estancia, la tripulación de la Demo-2 ayudó en las labores de mantenimiento de la estación y en los experimentos científicos. Behnken y Cassidy salieron en paseos espaciales, actualizaron los sistemas eléctricos y prepararon la estación para una nueva esclusa. Y, por supuesto, los astronautas pusieron a prueba la Crew Dragon.

«Hicimos pruebas de habitabilidad, probamos las interfaces, probamos las comunicaciones de emergencia... en general, cómo trabajamos con la Dragon acoplada», contó Hurley. «La mayor parte de las tareas fueron según lo previsto. Hubo que hacer un par de ajustes pequeños, pero en general hemos tenido suerte».

Una despedida agridulce

La víspera del regreso de la Crew Dragon a la Tierra, los directores de la misión seleccionaron las aguas de Pensacola de entre siete lugares de amerizaje posibles cerca de la costa de Florida. La decisión se vio determinada por las condiciones meteorológicas y del océano, que tienen que ser lo bastante tranquilas para que las lanchas y el barco de recuperación puedan llegar y recoger la cápsula rápidamente.

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    «Lo que parece tierra en realidad es una nube de polvo del Sáhara que circula sobre el océano Atlántico y se acerca al mar Caribe», tuiteó Hurley junto a esta foto sacada el 21 de junio.

    Fotografía de Doug Hurley

    «Saqué esta foto de la tormenta [huracán Hanna] en el golfo de México el viernes, cuando empezaba a tener una estructura observable desde la Estación Espacial Internacional», tuiteó Hurley junto a esta foto sacada el 26 de junio.

    Fotografía de Doug Hurley

    «Dos de los mejores paseantes espaciales [Bob Behnken, izquierda, y Chris Cassidy] en su décima EVA [actividad extravehicular] de hoy. Felicidades por un logro asombroso», tuiteó Hurley en honor a sus colegas astronautas, que salieron de la estación espacial para llevar a cabo trabajos de mantenimiento el 21 de julio.

    Fotografía de Doug Hurley

    A primeras horas, Cassidy y sus compañeros en la EEI, los cosmonautas rusos Anatoly Ivanishin e Ivan Vagner, celebraron una ceremonia de despedida para Behnken y Hurley. Cassidy otorgó a Hurley una bandera estadounidense, la misma que los astronautas transportaron al espacio durante la primera misión del transbordador espacial en 1981 y que Hurley llevó a la estación espacial cuando pilotó el último vuelo del transbordador en 2011.

    «Esta bandera ha pasado mucho tiempo aquí arriba, unos nueve años desde que la dejamos», dijo Hurley. «Estoy muy orgulloso de que la bandera vuelva a casa y de ver qué le depara el futuro».

    A continuación, los dos astronautas se desacoplaron de la EEI en la cápsula espacial, que han apodado Endeavour como guiño al primer transbordador espacial en el que volaron ambos como astronautas novatos, Behnken en 2008 y Hurley en 2009.

    «Es relativamente pequeña, así que, si intentásemos meter a una tripulación de siete personas, como en los días del transbordador espacial, dentro de ese volumen, tendríamos que quedarnos sentados en nuestro sitio», dijo Behnken. «No diría que es como una cabina de teléfono, pero es cómoda si viajaran hasta cuatro personas».

    Tras una serie de encendidos de motor para separarse de la estación espacial, la Endeavour fijó rumbo a la Tierra. La cápsula se desprendió de su maletero desechable, un compartimento de casi tres toneladas lleno de basura situado bajo la cabina de tripulación, para que ardiera en la atmósfera terrestre.

    Sin embargo, la parte tripulada del Endeavour atravesó la atmósfera a más de 28 000 kilómetros por hora, protegida por un escudo térmico que antes estaba cubierto por el maletero. La resistencia durante la reentrada ralentizó la cápsula hasta aproximadamente 560 kilómetros por hora y, a continuación, liberó una serie de paracaídas para disminuir aún más su velocidad. Finalmente, solo tuvo que amerizar en el golfo de México. Después, un barco recogió a los astronautas, que volarán a Houston.

    Con el cono frontal abierto para el acoplamiento, la Crew Dragon de SpaceX hace su aproximación histórica a la Estación Espacial Internacional el 31 de mayo. De fondo vemos el sudoeste de Turquía.

    Fotografía de NASA

    Históricamente, los amerizajes han provocado mareos a los astronautas, ya que los viajeros espaciales a largo plazo ya se sienten desorientados por el retorno de la gravedad, que puede afectar drásticamente a los fluidos del oído interno, cruciales para la orientación y el equilibrio. Habiendo reconocido este problema, Behnken y Hurley indicaron que la Endeavour contaba con el «hardware adecuado» para afrontar estos mareos.

    «Hay bolsas si las necesitas y las tenemos a mano. Es probable que también tengamos unas toallas a mano», dijo Hurley. «La verdad es que no sería la primera vez que ocurre en un vehículo espacial».

    Pero además de las posibles náuseas, Behnken y Hurley han vuelto sanos y salvos a la Tierra. Los dos astronautas veteranos dicen estar ansiosos por superar los reconocimientos médicos y reunirse con sus familias.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

    Los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley regresan a la Tierra en una cápsula Dragon de SpaceX tras más de dos meses en el espacio.

    Fotografía de NASA

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