Sigue el aterrizaje del róver Perseverance de la NASA en Marte

La agencia espacial seguirá de cerca su último róver, el Perseverance, durante su angustioso descenso por la atmósfera marciana.

Por Jay Bennett
Publicado 18 feb 2021, 15:57 CET, Actualizado 19 feb 2021, 9:58 CET
Ilustración del róver Perseverance de la NASA

En esta ilustración aparece el róver Perseverance de la NASA deshaciéndose de la etapa de crucero de la nave, minutos antes de entrar en la atmósfera marciana. Cientos de eventos críticos en la secuencia de entrada, descenso y aterrizaje del róver deben ejecutarse a la perfección y en el momento exacto para que el róver aterrice en Marte sano y salvo el 18 de febrero del 2021.

Fotografía de NASA, JPL Cal-tech
Adéntrate en el proceso que ha hecho posible este histórico momento con el documental Perseverance Rover: Objetivo Marte. El viernes 19 a las 16:40h, el sábado a las 00:30h y el domingo a las 9:30h y a las 14:20h, en National Geographic.

A las 15:55 en horario del este de América del Norte (21:55 en hora española peninsular), el róver de más de una tonelada —el objeto más pesado enviado a la superficie de otro planeta— debería plantar sus ruedas sobre la tierra rojiza del cráter Jezero para comenzar su búsqueda de señales de la vida pasada. Pero para llegar al suelo, el róver deberá soportar lo que la NASA denomina los siete minutos de terror. La nave que transporta el róver ha volado de la Tierra a Marte y se precipitará por la atmósfera a gran velocidad. En un periodo de unos siete minutos, la nave deberá ralentizar su descenso y asentarse con cuidado en la superficie.

«Para aterrizar en Marte hay que encontrar una forma de parar», afirma Allen Chen, ingeniero jefe del sistema de entrada, descenso y aterrizaje (EDL, por sus siglas en inglés) del Perseverance. «El Perseverance entrará en la atmósfera a más de 19 000 kilómetros por hora, pero necesita tocar tierra a unos tres kilómetros por hora».

Para aterrizar, el Perseverance utilizará una grúa aérea, un sistema diseñado por la NASA y empleado en el 2012 para depositar con éxito el róver Curiosity en el cráter Gale de Marte. Y, por primera vez, cámaras de vídeo y micrófonos capturarán todo el descenso de una nave conforme aterrice en Marte. «Esta vez queremos que la gente nos acompañe en este viaje y que vea cómo es aterrizar en otro planeta», afirma Chen.

 

Puedes seguir la transmisión en directo del aterrizaje en NASA TV a partir de las 20:15 en hora española peninsular, mientras el equipo de control de misión del Laboratorio de Propulsión a Chorro, en California, sigue el descenso de la nave. Con todo, el vídeo y el audio del aterrizaje del Perseverance tardarán más tiempo en transmitirse a la Tierra. Debido a la distancia actual entre ambos planetas, enviar hasta una señal de radio básica a la Tierra llevará unos 11 minutos y medio. Y antes de poder transmitir audio o vídeo, el róver debe indicar que está sano y salvo. A continuación, tendrá que realizar otras tareas durante sus primeros días en Marte, como iniciar su software de operaciones en superficie y desplegar un mástil con sus cámaras científicas primarias. 

Si todo sale según lo planeado, mañana el róver enviará una imagen en la que aparecerá el Perseverance desde arriba. Para el lunes, el equipo espera publicar un vídeo desde la misma perspectiva. Los datos de vídeo de alta calidad tardarán más en transmitirse y procesarse, así que la NASA debería publicar un vídeo en alta resolución de toda la secuencia de aterrizaje en las próximas semanas.

Pero primero la nave tiene que llegar sana y salva a la superficie.

Entrada, descenso y aterrizaje

Protegido por un escudo térmico, el róver empezará a ralentizarse cuando entre en la atmósfera, «como un meteoro que atraviesa el cielo», afirma Chen. Los propulsores guiarán la nave hacia el lugar de aterrizaje mientras su cuerpo produce sustentación, «como un avión en cierto modo».

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    Una vez se ralentice hasta aproximadamente el doble de la velocidad del sonido, el Perseverance desplegará un paracaídas de 21 metros de diámetro. «Se despliega el paracaídas de la parte trasera del vehículo con un cañón, básicamente», explica Chen. Una nueva tecnología denominada Range Trigger desplegará el paracaídas según la cercanía de la nave al lugar de aterrizaje, lo que permitirá que el Perseverance se dirija hacia una zona de aterrizaje más pequeña que la del Curiosity, que desplegó su paracaídas cuando alcanzó una velocidad determinada. La nave se separará de su escudo térmico y echará un primer vistazo al suelo con un radar y otro nuevo sistema llamado navegación relativa al terreno.

    «La navegación relativa al terreno proporciona ojos al sistema, casi literalmente», afirma Chen. Al sacar fotos de la superficie y compararlas con los mapas a bordo, creados a partir de fotografías obtenidas por una sonda que orbitaba Marte, el Perseverance puede aterrizar con bastante precisión en una zona llena de rocas e inclinaciones empinadas.

    «En realidad, el lugar de aterrizaje al que vamos a ir en Jezero se rechazó como lugar de aterrizaje para el Curiosity por ser demasiado inseguro», afirma Chen. Pero con la navegación relativa al terreno y el sistema Range Trigger, el Perseverance puede ir allí donde ningún otro róver marciano ha ido.

    Aunque el paracaídas haya ralentizado el róver, todavía caerá en picado hacia el suelo a unos 260 kilómetros por hora. «Es la máxima velocidad que puede alcanzar un paracaidista que se precipite hacia el suelo sin paracaídas, aquí en la Tierra», explica Chen. En la rala atmósfera marciana, donde la densidad del aire es menos de un uno por ciento que la de la Tierra, un paracaídas no puede ralentizar más la nave.

    A unos dos kilómetros de la superficie, la nave se separará del paracaídas y después encenderá los motores de los cohetes de la etapa de descenso para alcanzar una velocidad de unos 2,7 kilómetros por hora. A 21 metros sobre el suelo, la etapa de descenso realizará la maniobra de la grúa aérea: el sistema de aterrizaje bajará el róver a la superficie con correas, después las cortará y saldrá volando para estrellarse lejos del róver.

    «El Perseverance descenderá de ese jetpack impulsado por cohetes que se llama etapa de descenso, desplegará las ruedas —ese es nuestro tren de aterrizaje— y tocará tierra a más lentitud que yo cuando camino», dice Chen.

    Ojos y oídos en otro planeta 

    Como parte de la misión, la NASA planea capturar el aterrizaje en Marte como nunca antes. Una cámara del róver Curiosity grabó parte del aterrizaje en el 2012, pero el aterrizaje del Perseverance se grabará desde todos los ángulos. En varias fases, y a veces de forma simultánea, varias cámaras apuntarán desde la etapa de descenso hacia el paracaídas y el róver, y desde el róver hacia la grúa aérea y el suelo.

    «Es el tipo de cosas que siempre he intentado imaginar», afirma Chen. El primer vídeo, en el que aparecerá el róver tocando tierra desde arriba, podría publicarse el lunes y el vídeo de alta resolución de todas las cámaras se publicará en las próximas semanas.

    El Perseverance también grabará audio del descenso con uno de sus dos micrófonos. Está previsto que un micro, fijado al lado izquierdo del vehículo sobre la rueda intermedia, grabe los sonidos de los motores encendiéndose, los dispositivos pirotécnicos del sistema EDL volando tornillos y cortando cables, las ráfagas de viento y, con suerte, «el ruido de las ruedas al tocar la superficie de Marte», afirma David Gruel, director de operaciones de ensamblaje, pruebas y lanzamiento del Perseverance.

    Y después, por primera vez en la historia, las personas podrán escuchar cómo suena otro planeta. «El micrófono estará ahí, sobre la superficie de Marte, fijado al róver, escuchando el sonido ambiente», afirma Gruel. Estará encendido durante casi un minuto después del aterrizaje y podría volver a encenderse para sesiones de grabación breves, siempre y cuando sus partes sensibles a la temperatura sobrevivan a las gélidas noches marcianas.

    Hay un segundo micrófono unido a la SuperCam del róver, un instrumento que cuenta con un láser para vaporizar rocas y determinar su composición. Ese micro escuchará las descargas del láser sobre las rocas y quizá hasta el crujir de las ruedas del Perseverance al recorrer la tierra seca del mundo alienígena.

    «Utilizamos muchas imágenes, pero nunca hemos utilizado el sonido para ser partícipes, como si uno estuviera en otro planeta», dice Gruel. «Quién sabe la de cosas emocionantes que podríamos descubrir con él».

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
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