Hallada en Marte una misteriosa capa púrpura sobre las rocas

El color aparece en casi todos los lugares en los que ha mirado el explorador Perseverance, y podría contener pistas sobre el potencial de vida antigua del planeta.

Por Maya Wei-Haas
Publicado 14 ene 2022, 12:22 CET
El roverance de la NASA tomó este selfie sobre una roca apodada Rochette el 10 de ...

El roverance de la NASA tomó este selfie sobre una roca apodada Rochette el 10 de septiembre de 2021, el 198º día marciano, o sol, de la misión. Se pueden ver dos agujeros donde el róver utilizó su brazo robótico para perforar muestras de roca.

Fotografía de NASA, JPL Cal-tech, Msss

El polvo rojo pinta Marte con tonos rojizos, desde la superficie hasta el cielo. Pero el robot Perseverance de la NASA ha detectado franjas de otro color entre los tonos rojizos. En casi todos los lugares que visita el geólogo robótico, la paleta marciana incluye el color púrpura.

Este color forma una fina y suave capa en algunas piedras, y deja manchas como de pintura en otras. Otras rocas parecen haber sido parcialmente glaseadas con magenta, dice Ann Ollila, geoquímica del Laboratorio Nacional de Los Álamos de Nuevo México (Estados Unidos) que presentó un primer análisis de las capas en una reciente conferencia de la Unión Geofísica Americana (AGU).

El color afecta a rocas de todas las formas y tamaños; incluso los guijarros más pequeños no han escapado a los estallidos de púrpura. Pero, ¿cómo se formaron exactamente estos revestimientos? "No tengo una buena respuesta", dice Ollila.

El rover de la NASA capturó esta imagen de la roca Nataani en mayo de 2021

El vehículo Perseverance de la NASA capturó esta imagen de la roca Nataani en mayo de 2021, que incluye una mancha púrpura cerca del borde derecho del encuadre. Cinco pequeños agujeros atraviesan el revestimiento, en el cual se utilizaron una serie de disparos láser para estudiar la composición de la roca.

Fotografía de NASA, JPL Cal-tech

Los científicos están ansiosos por saber más. "Hay mucho que esperar a medida que seguimos haciendo análisis", dice Nina Lanza, jefa del equipo de Exploración Espacial y Planetaria del Laboratorio Nacional de Los Álamos (EE. UU.), que ha estado estudiando los revestimientos junto con Ollila.

El origen de las misteriosas manchas podría ayudar a revelar pistas sobre el pasado de Marte, incluida la posibilidad de que haya albergado vida con anterioridad. Cuando se formaron los revestimientos, podrían haber codificado información sobre las condiciones circundantes en su composición química y mineral, lo que ayudaría a los científicos a reconstruir entornos ya desaparecidos. También podrían contener pruebas más directas de vida: en la Tierra, los microbios contribuyen a la formación de muchas capas pétreas similares.

El estudio de este tipo de costras también puede ayudar a los científicos a comprender mejor cómo funcionan otros mundos. "¿Cómo de universales son los procesos geológicos y cómo cambian de un planeta a otro?", se pregunta Cassandra Marnocha, microbióloga medioambiental de la Universidad de Niágara, en Nueva York (Estados Unidos).

Pintado de púrpura

Los revestimientos marcianos de color púrpura se encontraron en el cráter Jezero, una mancha de 45 kilómetros de ancho que fue destruida por el impacto de un meteorito hace miles de millones de años y que en su día albergó un antiguo lago. Perseverance aterrizó en el cráter en febrero de 2021 y desde entonces lo ha recorrido. En casi todas las paradas de la ruta del róver, han aparecido destellos de color púrpura en sus imágenes.

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    Aunque los revestimientos de las rocas no son un descubrimiento nuevo en Marte, las frecuentes manchas púrpuras de Jezero han dejado a los científicos rascándose la cabeza.

    "Estas manchas púrpuras en particular no se han visto en misiones anteriores", dice Bradley Garczynski, de la Universidad de Purdue en Indiana (Estados Unidos), que también presentó un análisis de los revestimientos en la reciente conferencia de la AGU. Garczynski está estudiando los revestimientos utilizando imágenes de un par de cámaras conocidas como Mastcam-Z, que son "esencialmente los ojos científicos del róver", dice. Al capturar imágenes utilizando una variedad de filtros que bloquean ciertas longitudes de onda de la luz, los científicos pueden tener una idea aproximada de la composición de la roca.

    Ollila y sus colegas están examinando aún más de cerca los revestimientos mediante la SuperCam del róver, que puede disparar un láser a una roca para vaporizar un pequeño trozo de material y averiguar su composición elemental. Cada disparo del láser crea una pequeña fosa en la superficie y produce un sonido parecido a un chasquido. Un micrófono en el róver capta el ruido, lo que permite a los científicos escuchar cuándo el láser atraviesa el revestimiento y llega a la roca. Estos sonidos también revelan pistas sobre algunas de las propiedades de la roca, como su dureza.

    Los primeros resultados de estos análisis muestran que el color púrpura parece ser una capa más blanda y químicamente distinta de la roca inferior. Las imágenes de la Mastcam-Z insinúan que las capas pueden contener tipos de óxido de hierro, dice Garczynski. Y los análisis de la SuperCam sugieren que están enriquecidos en hidrógeno y ocasionalmente en magnesio, dice Ollila.

    La presencia de hidrógeno sugiere que el agua desempeñó un papel en la formación de las manchas moradas. El óxido de hierro también apunta al agua, como el óxido que se forma en una bicicleta dejada bajo la lluvia. Un estudio más profundo podría desvelar un tesoro de información sobre el pasado húmedo del planeta rojo, incluyendo el tiempo que permaneció el agua en el cráter Jezero y, quizás, la química del propio lago. "La presencia de recubrimientos podría ser una parte clave de esa historia", dice Garczynski.

    Sin embargo, la ubicación de las manchas púrpuras presenta un poco de misterio. La ruta actual de Perseverance no atraviesa sedimentos lacustres, sino rocas que se formaron a partir del enfriamiento del magma. El modo en que las rocas llegaron a su ubicación actual en el suelo del cráter -y cuándo y cómo entró en contacto el agua- sigue siendo incierto. "Si tuviera que adivinar dónde se encontrarían los revestimientos en todo este paquete de materiales en Jezero, probablemente no sería aquí", dice Lanza.

    Hasta ahora, el equipo sólo ha analizado unas pocas muestras, y todavía se enfrenta a muchos retos. Las diferentes lecturas químicas de SuperCam y los cambios en los sonidos del láser no siempre parecen coincidir, señala Ollila. Separar las firmas químicas de los revestimientos, la roca subyacente y el polvo siempre presente en la superficie marciana es complejo. Y los fuertes vientos de Marte limitan el momento en que los científicos pueden escuchar los chasquidos del láser.

    "Marte no nos lo pone fácil", dice Lanza.

    Protector solar microbiano

    En la Tierra, este tipo de capas suelen estar ligadas a la vida, lo que significa que los revestimientos de las rocas marcianas podrían ser una gran ayuda para los astrobiólogos.

    Los recovecos de una roca pueden crear un diminuto refugio para los microbios en entornos difíciles, explica Marnocha, proporcionando nutrientes, un escudo contra el sol o humedad en paisajes que de otro modo serían secos. Algunos de estos microbios ayudan a crear revestimientos metabolizando los metales arrastrados por la superficie de la roca o disueltos en el agua. En Marte, los revestimientos podrían incluso ayudar a preservar las pruebas de los antiguos microbios mucho tiempo después de su muerte, evitando que la intensa radiación solar de Marte degrade las delicadas estructuras orgánicas.

    Los primeros indicios de recubrimientos rocosos en Marte se detectaron durante las misiones Viking, que aterrizaron en el planeta rojo a mediados de la década de 1970. Pero han hecho falta muchos más ojos sobre el terreno para identificar las manchas oscuras como revestimientos y no como manchas en la superficie, afirma Marnocha.

    El descubrimiento de revestimientos oscuros ricos en manganeso en el cráter Gale, donde el rover Curiosity está escudriñando la superficie marciana, ha sido especialmente emocionante. El hallazgo recuerda en cierto modo a un tipo particular de revestimiento de roca en la Tierra conocido como barniz, que suele estar plagado de formas de vida diminutas. En un estudio reciente de los barnices de Estados Unidos, los científicos encontraron "el quién es quién de las bacterias conocidas resistentes a la radiación", dice Chris Yeager, microbiólogo medioambiental del Laboratorio Nacional de Los Álamos.

    Yeager y sus colegas descubrieron que un tipo particular de cianobacteria parece ser la clave del contenido de manganeso del barniz, concentrando el metal para protegerlo de la radiación solar dañina, algo así como un protector solar.

    Los nuevos revestimientos encontrados en Jezero no tienen el manganeso necesario para ser considerados un barniz, pero eso no significa que no puedan estar asociados a una antigua vida microbiana, dice Lanza. "¿Quién sabe lo que hacen los microbios marcianos?".

    El equipo espera seguir desentrañando la química de los revestimientos y buscar materia orgánica asociada a las costras marcianas, lo que podría insinuar la presencia de microbios. Pero traer las rocas a la Tierra para analizarlas en el laboratorio es una de las pocas formas de precisar definitivamente cómo se formaron las manchas púrpuras.

    El Perseverance ha estado perforando muestras de rocas marcianas a medida que atraviesa el cráter, sellándolas en tubos que se guardarán en la superficie de Marte para una futura misión de retorno a la Tierra. Aunque los revestimientos púrpura son frágiles, Ollila espera que algunos puedan resistir el proceso de toma de muestras para que los científicos puedan echar un vistazo más de cerca en el futuro.

    Mientras tanto, el equipo está entusiasmado por continuar su trabajo mientras Perseverance se dirige al delta de Jezero, un extenso abanico de sedimentos depositados por antiguos ríos que fluyen hacia el cráter. "Todavía es muy pronto", dice Lanza. "Éste es sólo un tipo de material que probablemente encontremos, y creo que nos queda mucho por descubrir".

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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