La NASA lanza un nuevo telescopio para estudiar agujeros negros
14 de junio de 2012
La NASA lanzó el pasado 13 de junio su nuevo telescopio, que observará los misteriosos rayos X del universo.
Estos rayos X de alta energía, que suelen utilizarse para imágenes médicas y máquinas de seguridad de los aeropuertos, son producidos de forma natural por algunos de los objetos más exóticos del Universo.
El NuSTAR (Nuclear Spectroscopic Telescope Array) buscará estos rayos para tomar imágenes de agujeros negros, estrellas de neutrones y otros cuerpos cósmicos con cien veces mayor precisión y diez veces mejor resolución que otros aparatos.
Los telescopios de rayos X actuales, como el Chandra de la NASA y el XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea, pueden obtener imágenes claras de objetos que emiten rayos X de menor energía, pero debido a problemas técnicos, no pueden mostrar longitudes de onda de mayor energía.
NuSTAR contiene una fila de 133 espejos del tamaño de una uña colocados como muñecas rusas para iluminar detectores de última tecnología y obtener imágenes nítidas.
«Vamos a observar restos de estrellas que explotaron hace tiempo y seremos capaces de responder rápidamente, en el plazo de un día, a cualquier explosión, como las supernovas», afirma la principal investigadora de NuSTAR Fiona Harrison, astrofísica del Instituto de Tecnología de California (Caltech).
Al ampliar nuestro conocimiento del universo de rayos X, «el equipo de NuSTAR hará nuevos y sorprendentes descubrimientos, sin duda», señala Jeffrey Hoffman, astrónomo y antiguo astronauta de la NASA que no forma parte de la misión.
Lanzado desde un avión
El NuSTAR, del tamaño de una nevera, despegará a las 17:30 (hora peninsular) desde el Ronald Reagan Ballistic Missile Defense Test Site situado en Kwajalein (Islas Marshall), entre Hawai y Australia.
Un avión sobrevolará el Pacífico y soltará el cohete Pegasus XL, al que está unido el telescopio, a unos 12.000 metros. Tras caer durante cinco segundos, se encenderá el motor del cohete, que pondrá el satélite en órbita ecuatorial.
Una vez en el espacio, NuSTAR extenderá su brazo de 10 metros de largo y empezará a recopilar datos durante la primera fase de la misión, que durará dos años.
Entre sus objetivos se encuentra el estudio de los agujeros negros de la Vía Láctea.
Los científicos esperan que los datos nos ayuden a comprender mejor cómo se forman los agujeros negros durante las violentas explosiones de estrellas moribundas y cómo crecen al consumir el material que se encuentra a su alrededor, desde polvo y gas hasta planetas y estrellas.
Los agujeros negros suelen definirse como objetos tan masivos que nada, ni siquiera la luz, puede escapar a su atracción. Sin embargo, la materia que cae en uno de estos objetos se vuelve tan caliente que emite mucha radiación, lo que permite detectar objetos que, de otro modo, serían invisibles.
Con la precisión de NuSTAR, «podremos ver más, pues a medida que nos acercamos a los agujeros negros, la energía de la radiación aumenta», señala Hoffman.
«Poder centrarnos en esa energía es algo nuevo que nos ayudará a estudiar la estructura de los agujeros negros».
NuSTAR, además, estudiará el extraño comportamiento de los agujeros negros extremos.
Los blazares, un tipo de núcleo activo galáctico, actúan como aceleradores de partículas cósmicas, lanzando chorros de radiación a casi la velocidad de la luz.
Estudiar los rayos X de estos chorros ofrece una mejor visión de su estructura y composición, permitiendo averiguar por qué algunos agujeros negros supermasivos «se alimentan» mientras que otros permanecen inactivos.
Esperar lo inesperado
La visión de rayos X de NuSTAR permitirá igualmente descubrir cómo las explosiones de estrellas llenan el universo de galaxias, estrellas, planetas e incluso vida.
Cuando una estrella supermasiva se queda sin oxígeno en su núcleo, empieza a fusionar átomos formando elementos cada vez más pesados. Al final la estrella explota en una supernova, que libera átomos de oxígeno, carbono, hierro, etc.
«Elementos como el hierro y el calcio de nuestros huesos se formaron en estrellas y fueron lanzados a las galaxias por supernovas. Somos material ‘estelar’», comenta Harrison, directora de la misión.
NuSTAR también recogerá información de los restos de estrellas «muertas», como las estrellas de neutrones que dejan atrás algunas supernovas, incluidos los magnetares y los púlsares.
Este cementerio estelar puede servir como laboratorio para observar el material en estas situaciones gravitacionales extremas.
Según Harrison, además de estos objetivos bien definidos, la misión está lista para explorar lo desconocido.
«Es muy posible que algunos de nuestros mayores avances científicos no sean lo que hemos predicho», añade.