La sonda de la NASA tiene una cita con un cometa el día de San Valentín
21 de febrero de 2011
La NASA ha preparado una cita entre una nave espacial y un cometa maltrecho y helado a 336 millones de kilómetros de la Tierra.
El cometa, llamado Tempel 1, no es un desconocido para la nave espacial: la misión de la NASA Deep Impact se acercó lo bastante en 2005 como para lanzar un aterrizador al centro o núcleo del objeto helado, lo que provocó una nube de escombros.
La nave espacial sacó numerosas fotografías, que serán objeto de estudio, antes de dirigirse a su siguiente cita.
Desde ese momento, el Tempel 1, de 6 kilómetros de ancho, ha tenido muchísimo tiempo para superar su primer “amor”, ya que ha hecho un viaje completo alrededor del Sol.
El Tempel 1 saldrá con una nueva compañera de baile, la sonda de la NASA Stardust, que tiene el tamaño de una mesa de oficina. El encuentro cósmico permitirá a los astrónomos ver cómo la superficie del cometa se ha visto alterada durante su periodo en órbita.
“El mayor misterio al que nos enfrentamos es saber qué le pasa al núcleo de un cometa una vez que rodea al Sol”, dice Peter H. Schultz, co-investigador del Stardust y astrogeólogo de la Brown University en Rhode Island.
“Ésta será la primera misión en la que tendremos la oportunidad de ver si el paisaje ha cambiado, y si hay nuevos trazos o parches de hielo”.
¿Verá Stardust cómo han sanado las cicatrices del cometa?
Durante su acercamiento más próximo, la nave y el cometa se encontrarán a 193 kilómetros el uno del otro. En ese momento, Stardust sacará 72 fotografías de alta resolución y comprobará la densidad y composición del polvo que rodea al cometa.
Si Schultz y su equipo han calculado bien, la sonda también será capaz de ver el cráter que provocó Deep Impact hace cinco años y medio: una novedad para la ciencia.
Durante la misión de 2005, los restos que se encontraban “en el aire” debido al impacto impidieron obtener una imagen del cráter, comenta el miembro del equipo Stardust Don Brownlee, astrónomo en la Universidad de Washington en Seattle.
“Deberíamos obtener imagines tanto del cráter como de cualquier otro cambio producido desde que se efectuó el descenso sobre el Deep Impact. También obtendremos imágenes estéreo del cometa y de ciertas regiones que se encontraban en sombra durante la última pasada”.
El perseguidor de cometas podría escapar, pero sobrevivirá
La cita no será el primer abrazo con un cometa para la nave Stardust, que ha estado recorriendo el sistema solar durante los últimos 12 años.
En 2004, Stardust recogió muestras del cometa Wild (pronunciado "Vilt") 2. Cuando la nave pasó sobre la Tierra en 2006, arrojó la cápsula de muestras, convirtiéndose en la primera sonda en proporcionar trozos de un cometa.
Sin embargo, el encuentro de esta noche en el día de San Valentín puede que sea la última cita cósmica para la valiente sonda. Stardust funciona sin propulsor, lo que significa que pronto la nave no podrá dirigir sus paneles solares hacia el sol para cargar la batería.
Cuando no le quede combustible, el viejo perseguidor de cometas seguirá dando vueltas alrededor del Sol, a menos que una interacción gravitacional con un cuerpo mayor altere su rumbo.
“Su destino más probable, como el de los cometas a los que estudia, es que Júpiter lo desvíe a una órbita fuera del sistema solar”, dice Brownlee.
“Una vez fuera del sistema solar, puede que dure billones de años, más que el mismo planeta Tierra”.