22 de junio de 2011
Disfrutemos de nuestro inquieto Sol mientras dure. Los científicos han anunciado hoy que cuando finalice el último ciclo de manchas solares, es muy posible que el astro entre en hibernación.
Tres estudios independientes sobre la superficie, el interior y la atmósfera superior del Sol coinciden en que el siguiente ciclo solar se retrasará mucho, si es que llega a tener lugar. Normalmente, el siguiente ciclo debería comenzar aproximadamente en 2020.
Los datos indican que pronto tendrá lugar lo que se conoce como mínimo solar, un periodo de baja actividad solar.
Este «letargo solar» ha sido comparado con el mínimo solar más profundo que tuvo lugar entre 1645 y 1715, conocido como Mínimo de Maunder.
Este periodo de aproximadamente 70 años coincidió con la etapa más fría de la pequeña Edad de Hielo, cuando se congelaban los canales europeos y los glaciares eran comunes en los pueblos de montaña.
«Tenemos algunos datos interesantes que indican que la actividad solar está relacionada con el clima, pero no comprendemos esa relación», comentó Dean Pesnell, científico del Observatorio Dinámico Solar (SDO) de la NASA.
Además, aunque existiera realmente una relación con el clima, Pesnell no cree que otro mínimo solar produjera un letargo frío.
«Hemos añadido cantidades considerables de dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera», dijo Pesnell, que no participó en los nuevos estudios sobre el Sol.
«No creo que viéramos hoy los mismos efectos si el Sol viviera otro periodo como el Mínimo de Maunder».
Las manchas solares pierden fuerza
Las manchas solares son marcas oscuras y frías con intensa actividad magnética. Algunas pueden tener un tamaño superior al de la Tierra.
Durante siglos los científicos han utilizado las manchas solares para detectar los niveles máximos y mínimos de magnetismo del Sol.
Por ejmplo, los astrónomos del siglo XVII Galileo Galilei y Giovanni Cassini detectaron por separado manchas solares y descubrieron la falta de actividad durante el Mínimo de Maunder.
En el siglo XIX los científicos descubrieron que las manchas solares van y vienen de forma regular en ciclos que duran unos 11 años. En la actualidad nos encontramos en el Ciclo Solar 24 y en 2013 tendrá lugar un máximo de actividad solar.
Matt Penn, del Observatorio Solar Nacional, y sus colegas analizaron 13 años de datos de manchas solares tomados por el Telescopio Solar McMath-Pierce de Kitt Peak (Arizona).
Descubrieron una tendencia a largo plazo de debilitamiento de las manchas solares que, de continuar, podría provocar que el campo magnético del Sol no fuera lo suficientemente fuerte para producir manchas solares durante el Ciclo Solar 25, según afirmó el equipo.
«Las manchas oscuras se están volviendo más brillantes», afirmó Penn durante una reunión informativa para la prensa.
Basándose en sus datos, el equipo afirmó que el ciclo solar actual, cuando finalice, habrá sido «la mitad de intenso que el Ciclo 23 y el próximo podría no tener manchas solares».
También se ralentizan las «corrientes en chorro» del Sol
Frank Hill y sus colegas, del Observatorio Solar Nacional, han llevado a cabo un estudio independiente de los ciclos solares a través de una técnica llamada heliosismología. Este método estudia las vibraciones de la superficie del Sol causadas por olas acústicas para trazar su estructura interior.
El equipo ha seguido el rastro de «corrientes en chorro» enterradas llamadas oscilaciones de torsión. Estos flujos de material aparecieron cerca de los polos del Sol y migraron hacia el ecuador. Se cree que juegan un importante papel en la creación del campo magnético del Sol.
Las manchas solares suelen producirse en las líneas de estos flujos y el Sol suele ser más activo a medida que los flujos se acercan al Ecuador, por lo que pueden indicar cuándo se desarrollarán los ciclos solares.
«La oscilación de torsión para el Ciclo Solar 24 apareció por primera vez en 1997», afirmó Hill hoy durante una reunión informativa para la prensa. «Lo que significa que el flujo del Ciclo 25 debería haber aparecido en 2008 ó 2009, pero no ha sido así».
De acuerdo con Hill, sus datos parecen indicar que el inicio del Ciclo Solar 25 podría retrasarse hasta 2022 (unos dos años más tarde) o incluso podría no llegar a tener lugar».
Por otra parte, Richard Altrock, director del programa de investigación de la corona del Sol para el Observatorio Solar Nacional (NSO) de las Fuerzas Aéreas Norteamericanas, ha observado cambios reveladores en el fenómeno magnético en la corona (la capa más tenue de su atmósfera superior).
Este rápido movimiento hacia los polos de elementos magnéticos en la corona está relacionado con el aumento de la actividad solar: un ciclo alcanza su máximo cuando la actividad magnética alcanza unos 76 grados de latitud norte y sur del ecuador del Sol.
El movimiento hacia los polos también está relacionado con el hecho de que el Sol «barra» el campo magnético vinculado al ciclo solar anterior, dado dando paso a un nuevo campo magnético y a un nuevo ciclo de manchas solares.
En la actualidad, sin embargo, este movimiento hacia los polos es más bien lento, lo que significa que es posible que se alcance un máximo solar muy débil en 2013, y podría retrasar o incluso evitar el inicio del próximo ciclo solar.
El letargo, un buen momento para la investigación
Juntos, estos tres estudios dan a entender que el Ciclo Solar 25 podría no tener lugar, según han comentado los científicos hoy durante una reunión de la Sociedad Astronómica Americana que se celebró en Las Cruces (Nuevo México).
Sin embargo, el posible letargo del Sol no es motivo de alarma, según afirmó Hill. «Ha ocurrido con anterioridad y la vida sigue su curso. No estoy preocupado, al revés, es emocionante».
La falta de actividad magnética puede ser de ayuda para la ciencia. Las tormentas solares fuertes pueden emitir descargas de partículas que interfieren en la comunicación por radio, afectan a las redes eléctricas e incluso pueden producir un arrastre excesivo en los satélites.
«El arrastre es un factor importante para las personas como yo que trabajamos en la NASA», comentó Pesnell, «porque nos gusta mantener a nuestros satélites en el espacio».
Por otra parte, la disminución de manchas solares no significa necesariamente que disminuyan otras características solares, como las prominencias, que pueden producir eyecciones de masa coronal dando lugar a las auroras. «De hecho, se registraron auroras de forma regular durante el Mínimo de Maunder», confirmó Pesnell.
Pesnell cree, además, que estos inusuales cambios de los ciclos de actividad solar ofrecen una oportunidad sin precedentes a los científicos para evaluar teorías sobre cómo el Sol crea y destruye campos magnéticos.
«Tenemos ahora mismo una gran cantidad de satélites y observatorios esperando saltar a la acción», añadió, «es el momento perfecto para que el Sol haga algo diferente».