6 de julio de 2011
Desde nuestro pequeño mundo hemos observado con atención el océano cósmico durante miles de años. Los astrónomos de la antigüedad observaron puntos de luz que parecían moverse entre las estrellas. Llamaron a esos objetos “planetas”, con el significado de “paseantes”, y los bautizaron siguiendo los nombres de los dioses Romanos, Júpiter, rey de los Dioses; Marte, rey de la guerra; Mercurio, mensajero de los dioses, Venus, la diosa del amor y la belleza, y Saturno, padre de Júpiter y dios de la agricultura. Los observadores también vislumbraron cometas con colas centelleantes, y meteoritos o estrellas fugaces que aparentemente caían del cielo.
Desde la invención del telescopio, se han descubierto tres planetas más en nuestro sistema solar: Urano (1781), Neptuno (1846), y ahora, descendido a la categoría de planeta enano, Plutón (1930). Además, hay miles de pequeños cuerpos, como son los asteroides y los cometas. La mayoría de los asteroides orbitan en una región entre la órbita de Marte y Júpiter, mientras que el hogar de los cometas lo encontramos más allá de la órbita de Plutón, en la Nube Oort.
Los cuatro planetas más cercanos al sol, Mercurio, Venus, la Tierra y Marte, se llaman los planetas terrestres porque tienen superficies sólidas y rocosas. Los cuatro planetas más allá de la órbita de Marte; Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, se llaman los gigantes gaseosos. Enano, y distante, Plutón tiene una superficie sólida pero más helada que los planetas terrestres.
Casi todos los planetas y algunas de las lunas tienen una atmósfera. La atmósfera de la Tierra está compuesta principalmente de nitrógeno y oxígeno. Venus tiene una gruesa atmósfera de dióxido de carbono, con restos de gases venenosos como es el dióxido de sulfuro. La atmósfera de dióxido de carbono de Marte es extremadamente fina. Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno son principalmente hidrógeno y helio. Cuando Plutón está cerca del sol, tiene una atmósfera fina, pero cuando se traslada a las regiones más lejanas de su órbita, la atmósfera se congela y cae sobre la superficie del planeta. En ese sentido, Plutón se comporta como un cometa.
Lunas, Anillos y Magnetosferas
Hay 140 satélites naturales conocidos, también llamados lunas, en órbita alrededor de los planetas de nuestro sistema solar, y van desde tamaños superiores al de nuestra propia luna hasta pequeños trozos de desecho.
Desde 1610 a 1977, se pensó que Saturno era el único planeta que tenía anillos. Ahora sabemos que también Júpiter, Urano, y Neptuno tienen sistemas de anillos, aunque Saturno es de lejos el más grande. Las partículas que hay en esos anillos van desde el simple polvo o pedruscos, incluso hasta ser del tamaño de una casa, y pueden tener consistencia rocosa y/o helada.
La mayoría de esos planetas tienen campos magnéticos, que se extienden hacia el espacio y forman una magnetosfera alrededor de cada planeta. Esas magnetosferas ruedan con el planeta, trasladando con ellas partículas cargadas. El sol tiene un campo magnético, la heliosfera, que envuelve todo nuestro sistema solar.
Los astrónomos de la antigüedad creían que la Tierra era el centro del universo, y que el sol y otras estrellas giraban en torno a la Tierra. Copérnico demostró que la Tierra y otros planetas en nuestro sistema solar orbitan alrededor de nuestro sol. Poco a poco estamos dibujando el universo, y surge una cuestión obvia: Acaso hay otros planetas donde pueda existir vida? Los astrónomos tienen desde hace poco tiempo las herramientas para detectar de manera indirecta grandes planetas alrededor de otras estrellas en los sistemas solares cercanos a nosotros.
Texto cortesía de la NASA/JPL