Un agujero negro engulle una estrella, según indican las emisiones de rayos gamma
1 de julio de 2011
Una enorme erupción de radiación de un agujero negro supermasivo indica que el monstruo cósmico devoró recientemente una estrella, dicen los científicos.
Este mismo año los astrónomos contemplaron una explosión de rayos gamma de alta energía que emanaba de una galaxia enana a 3.8 millones de años luz. La explosión, poco habitual, apodada Sw 1644+57, es una de las explosiones de rayos gamma más brillantes y duraderas (GRBs en inglés) jamás vistas.
Con luz visible y longitudes de onda infrarrojas, la explosión tiene el resplandor de cien mil millones de soles.
“Creemos que este evento explosivo ha sido causado por un agujero negro supermasivo de un tamaño diez millones de veces la masa del sol, destruyendo una estrella que se acercó demasiado a su influjo gravitacional”, afirmó el jefe del estudio Joshua Bloom, astrónomo de la Universidad de California, Berkeley.
“La masa de la estrella cayó en el agujero negro, pero en el proceso se fue calentando y produjo una explosión de energía en forma de chorro de radiación, que pudimos detectar mediante observatorios espaciales”.
Mientras se cree que los agujeros negros supermasivos existen en el corazón de las galaxias más extensas, eventos como que una estrella sea engullida pueden ocurrir sólo una vez cada cientos de millones de años en una galaxia determinada.
“Lo que convierte este evento en algo más excepcional aún es que no sólo pudimos ver una explosión de emisiones de rayos x de la estrella engullida, sino que parte de ella fue escupida por el agujero negro en forma de chorro de rayos gamma, y justo estábamos mirando a través de ese chorro en ese instante”, dijo Bloom.
“Así que yo diría que es una combinación de captar cómo un agujero negro monstruoso estaba alimentándose de una estrella que se acercó demasiado, y que estábamos en ese momento observando en especial geometría con ello”.
La muerte de la estrella causó una inusitada llamarada
El Satélite Swift de la NASA detectó la deflagración el 28 de marzo de 2011, y tanto el Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio de rayos X Chandra siguieron sus progresos.
Inicialmente se pensó que la explosión podía ser una llamarada de rayos gamma ordinaria. Originándose a miles de millones de años luz, estos eventos se ven con cierta regularidad a través del universo, y se cree que ocurren cuando alguna estrella masiva explosiona o cuando chocan dos estrellas gigantes.
“La mayoría de ellas [deflagraciones comunes rayos gamma] se detectan y desaparecen rápidamente en el transcurso de un día”, dijo Bloom.
“Pero ahora después de dos meses y medio, este nuevo GRB aún sigue con fuerza. Porque además destaca tanto cuando lo observamos, que definitivamente se convierte en algo diferente de cualquier otro tipo de GRB que hayamos visto nunca”.
Además, las deflagraciones comunes de rayos gamma normalmente son observadas en posiciones fuera del centro de las estructuras de las galaxias. Pero Sw 1644+57 se encontró en una ubicación poco habitual, en el núcleo de su galaxia.
“Esa es la principal razón por la que empezamos a sospechar tan pronto que ese agujero negro supermasivo estaba implicado, porque sabemos que en [los núcleos galácticos] es donde residen esas bestias”.
Los científicos ya sabían que los agujeros negros galácticos que se alimentan activamente emiten ingentes cantidades de radiación, porque el material que cae en ellos se calienta muchísimo conforme se acerca a las fauces del agujero negro. Sin embargo, el Sw 1644+57 es sorprendente, por su naturaleza espontánea.
“Lo que es increíble”, dijo Bloom, “es que tenemos aquí un agujero negro famélico, de cualquier otro modo inactivo, pero que ha decidido emprender un frenesí fagocitador durante un corto período de tiempo”
Nuestra propia Vía Láctea también tiene un agujero negro supermasivo en su núcleo. El nuevo descubrimiento muestra que es posible que nuestro monstruo cósmico también emita chorros de poderosa radiación si una estrella callera dentro, añadió Bloom.
Sin embargo, ya que estos eventos son tan infrecuentes, y que las emisiones resultantes tienen un enfoque direccional tan estrecho es muy poco probable que detectemos nada similar al Sw 1644+57 en nuestra galaxia durante millones de años.
El agujero negro engullendo una estrella está descrito en la edición de esta semana de la revista Science.