11 de julio de 2016
Desde que la NASA anunció su futura misión a Marte para establecer los primeros asentamientos humanos, se ha desatado toda una revolución: los fans del espacio siguen de cerca la preparación de Mars One, los posibles candidatos a astronautas se entrenan para un viaje sin retorno, los científicos trabajan sin descanso para intentar hallar soluciones a todos los obstáculos en el camino de los futuros astronautas que formarán parte de la primera colonia marciana…
Con una atmósfera sin apenas oxígeno y una radiación extrema, en Marte habrá poco margen para la improvisación, por lo que será esencial que los astronautas lleguen ya preparados. Y uno de los principales problemas a los que se enfrentarán será la necesidad de producir alimento en un entorno hostil para la vida.
Durante un tiempo los astronautas podrán sobrevivir con las provisiones que lleven, pero el espacio de almacenamiento para un viaje espacial de larga duración es limitado. Por ello tendrán que optimizar los recursos, mediante técnicas como el reciclaje o directamente obteniéndolos una vez lleguen a su destino. Afortunadamente, se están realizando experimentos para facilitar esta tarea, y muchos de ellos ofrecen ya resultados prometedores.
Los primeros vegetales comestibles
Uno de estos experimentos es el llevado a cabo por equipo de científicos de la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos. Este grupo de ecologistas y expertos en cultivos ha logrado hacer crecer hasta 10 vegetales diferentes simulando las condiciones que se pueden encontrar en Marte.
Estos cultivos, sometidos a la radiación ultravioleta de Marte, pueden contener metales pesados como plomo, arsénico o mercurio, e incluso hierro, elementos que son nocivos para los humanos.
Sin embargo, los resultados del experimento son prometedores, ya que tras analizar los alimentos obtenidos no se han descubierto niveles peligrosos de dichos metales, por lo que serían aptos para el consumo.
Pero la radiación es solo uno de los múltiples desafíosa los que se enfrentarían los astronautas en Marte a la hora de intentar que crecieran alimentos en el planeta. Otro de los mayores obstáculos es la necesidad de una fuente de energía. En la Tierra utilizamos el calor y la luz del Sol, pero el Planeta Rojo está mucho más alejado de nuestra estrella. Según los resultados de las mediciones llevadas a cabo por un estudiante de la Universidad de Colorado, a Marte llega solo el 43% de la luz solar que recibe la Tierra.
En lo que respecta a la tierra de cultivo, el suelo de Marte está básicamente compuesto de arena procedente de restos rocosos, por lo que carece de los nutrientes necesarios para propiciar el crecimiento de los vegetales. El proyecto holandés utiliza una tierra desarrollada por la NASA que imita las condiciones del suelo marciano. Es en este “simulador” de tierra para cultivo donde han conseguido que broten los vegetales.
Debido a que el suelo de Marte es estéril, la tierra necesitaría un añadido para ser apta para el crecimiento. Estos añadidos son bacterias y hongos beneficiosos que viven en simbiosis con las plantas, ayudándolas a crecer, y también materia orgánica. Dicha materia orgánica puede obtenerse de las deposiciones de los futuros astronautas que viajen a Marte, ya que servirían perfectamente como abono una vez esterilizadas –ya que contienen bacterias del cuerpo humano–.
El agua marciana como fuente de riego
¿Y qué hay del agua? La disponibilidad de agua será muy limitada en Marte, pero algunos científicos de la NASA ya han comenzado a elaborar hipótesis sobre la ventaja que supondría el reciente hallazgo de agua en este planeta. Cabe la posibilidad de que el agua marciana, pese a no ser pura, pueda servir para alimentar estos cultivos.
De hecho, el experimento holandés utiliza una técnica conocida como agricultura hidropónica, algo que es sumamente útil cuando no se dispone de suelos o sustratos que propicien el cultivo. Consiste en el uso de soluciones minerales en vez de suelo agrícola, de donde las plantas recibirían los nutrientes esenciales. Esta solución se puede aplicar en superficies inertes como es el suelo de Marte (o la arena, la grava, etc.).
Además, pretenden ser capaces de crear un pequeño ecosistema, unapequeña colonia de organismos que se encarguen de la polinización, como por ejemplo abejas, según afirma uno de los científicos, Wieger Wamelink.
Entre los cultivos que han prosperado se encuentran rábanos, tomates, guisantes o centeno. Por otra parte, la NASA también ha realizado experimentos para poder cultivar patatas, que son una fuente de hidratos de carbono, y soja, una fuente de proteína vegetal.
Aunque todavía queda mucho camino hasta por fin estar preparados, la perspectiva es alentadora para los futuros habitantes del Planeta Rojo. Quién sabe, quizá algún día podremos echar raíces en Marte, literalmente.