¿Quieres que tus hijos se porten mejor? Que les dé el Sol
La mayoría de los padres conocen los beneficios generales de pasar tiempo al aire libre. La ciencia demuestra que puede ayudar a los patrones de sueño de los niños, deshacer el daño causado por el tiempo frente a la pantalla y reforzar su salud mental.
Un niño de cinco años y su hermana mayor de nueve juegan entre risas sobre el césped.
Los miércoles se hacían difíciles para la familia de Zenovia Stephens. Su hijo de cinco años volvía del colegio malhumorado, sin ganas de jugar con su hermano pequeño y con dificultades para la transición de volver de la escuela a casa. Así que abandonó el coche y empezó a acompañarlo a casa desde el colegio, dejándole mucho tiempo para jugar mientras volvían.
Para cuando llegaban a casa, estaba más contento, y cuantas más tardes pasaban así, mejor se adaptaba. Resulta que Stephens, fundadora de Black Kids Adventures, dio con un remedio que no sólo funcionó para su familia, sino que también está respaldado por la ciencia: maximizar la luz solar diurna es fundamental para la salud de los niños.
La mayoría de los padres son conscientes de los beneficios conductuales de sacar a los niños al aire libre, desde una hora de acostarse más fácil hasta menos peleas entre hermanos. Pero las investigaciones demuestran que la luz solar a la que están expuestos los niños también tiene importantes repercusiones biológicas en su estado de ánimo, su sueño y su salud física. Y lo que es mejor: la luz solar puede contrarrestar los efectos negativos de la luz azul artificial de todos esos aparatos que probablemente utilizan tus hijos.
Aquí tienes más información sobre por qué es importante la luz solar y cómo puedes maximizar los beneficios de la diversión al Sol.
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La ciencia detrás de la luz solar
No toda la luz es igual. Los padres han oído una y otra vez que hay que evitar la luz azul, y es cierto que la exposición a la luz azul artificial de los dispositivos por la noche puede afectar al ritmo diario de los niños. Pero la luz solar también está repleta de esta longitud de onda tan discutida, y ambos tipos de luz tienen importantes repercusiones en el reloj circadiano del niño.
Este mecanismo interno que regula los ritmos del cuerpo está íntimamente relacionado con la luz. Según Helen J. Burgess, catedrática de psiquiatría y codirectora del Laboratorio de Investigación del Sueño y el Circadio de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), la luz afecta a todo, desde cuándo hay que estar alerta y cuándo hay que desconectar, hasta el hambre que se tiene a lo largo del día.
La razón por la que la luz azul artificial de los dispositivos puede ser tan perjudicial por la noche es que imita la luz azul natural del sol, lo que confunde el reloj circadiano del cuerpo. Un estudio dirigido por Monique LeBourgeois, profesora asociada de Fisiología Integrativa de la Universidad de Colorado en Boulder (EE. UU.), demostró que la luz azul artificial por la noche reduce drásticamente las hormonas de la melatonina, inductoras del sueño, lo que altera la hora de acostarse y afecta al comportamiento diurno. Pero la misma luz azul del Sol, que contiene un espectro completo de luz beneficioso para la salud, hace lo contrario, y mucho más.
LeBourgeois explica que cuanta más luz azul reciba una persona durante el día, mejor defensa tendrá contra los efectos nocivos de la luz azul nocturna de las pantallas. Añade que la luz solar durante el día crea una acumulación de luz azul que ayuda a contrarrestar las consecuencias de la luz artificial por la noche. En otras palabras, cuanta más luz solar reciba un niño durante el día, mejor podrá su cerebro construir un muro contra los daños de la luz azul artificial más tarde.
Éste no es el único beneficio de la exposición a la luz solar. La vitamina D que produce el cuerpo al absorber la luz ultravioleta del Sol puede contribuir al desarrollo óseo, la prevención de enfermedades y la salud del sistema nervioso. El mismo proceso también produce serotonina, una sustancia química que ayuda a la función cerebral y mejora el estado de ánimo y la felicidad. Además, se ha demostrado que la luz azul natural protege a los niños de la miopía, alivia los síntomas de enfermedades mentales como el TDAH y reduce la tensión arterial.
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Ideas para que tus hijos tomen algo de Sol
Los expertos coinciden en que exponer a los niños a más luz solar puede mejorar su salud mental y física, y las investigaciones sugieren que entre 30 y 60 minutos de juego al aire libre al día son suficientes para obtener resultados importantes. El reto, por supuesto, es encontrar tiempo para estas actividades centradas en la luz solar. Según los datos preliminares de un próximo estudio dirigido por LeBourgeois, los niños de cinco a seis años pasan alrededor del 82% de sus horas de vigilia dentro de casa durante el curso escolar.
La buena noticia es que las actividades breves al aire libre pueden aportar grandes beneficios. "No siempre se trata de vivir una aventura épica", dice Adrianna Skori, directora general de Kids Who Explore. En su lugar, los expertos sugieren encontrar formas de exponer a los niños a la luz solar a través de tus actividades diarias. He aquí 10 ideas.
Saluda al día
Deja que los niños corran a sus anchas durante unos minutos nada más despertarse. Si tienes un horario fijo, pon un cronómetro y avisa a tus hijos desde el principio de que tienen 10 minutos para estar al aire libre antes de prepararse para el día.
Desplázate al aire libre
Deja el coche en casa y elige un medio de transporte que te permita estar al aire libre. Lleva a tus hijos al colegio andando o en bici cada día para asegurarte de que tienen las máximas posibilidades de estar al Sol sin añadir un paso más a tu horario.
Tómate un momento
Cada minuto marca la diferencia. Puede que no tengas tiempo para ir al parque todos los días, pero dejar que tus hijos pasen cinco o diez minutos en el patio del colegio después de recogerlos puede ser muy beneficioso.
Lleva un proyecto artístico
Prepárales una manualidad para hacer fuera mientras preparas la cena. Mira por la ventana mientras dibujan una obra maestra con tiza o pintan rocas para mascotas en el patio trasero.
Come fuera
Invierte en una mesa de picnic o un juego de patio (o simplemente coge una manta) y sal a desayunar y cenar fuera para tomar el Sol mientras comes. Sacar la comida del comedor hará que tus hijos disfruten del resto del día y duerman profundamente por la noche.
Sal a dar un paseo después de cenar
Pon la cena sobre la mesa unos minutos antes para poder salir con la familia a dar un paseo por el barrio, o incluso por la calle y volver. O...
Organiza un paseo por el barrio
Planifica un encuentro semanal con otras familias para dar un paseo rápido por el barrio. "Es una buena manera de ponerse al día con los amigos, estar al aire libre y dejar que los niños corran un rato", dice Sara McCarty, fundadora y redactora jefe de Run Wild My Child.
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Toma el Sol en casa
Si, a pesar de tus mejores intenciones, sigues encerrado en casa, elige una actividad de interior que permita a tus hijos estar bajo una gran ventana con mucha luz y alejados de las pantallas. Mantén la conexión con la naturaleza sustituyendo los juguetes típicos por sus equivalentes naturales, como usar ramas o piedras para construir en lugar de bloques.
Convierte las tareas en aventuras
Involucra a los niños en las tareas domésticas al aire libre para que puedan tomar el Sol al mismo tiempo. Pídeles que lleven el correo al buzón por la tarde o que barran el porche por la mañana.
Marca tu calendario
Para aprovechar mejor el tiempo al aire libre, crea un calendario de seguimiento para tu familia. Anota tus minutos matutinos y extraescolares, compara las semanas y toma nota de lo que influye en tu tiempo al aire libre cada día para encontrar tendencias útiles.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.