Fotografías impresionantes de nuestro mundo a vista de pájaro

La fotografía es una actividad meditativa para el fotógrafo de Toronto Gary Cummins. Cummins, que durante el día trabaja en el sector de la construcción, disfruta de sus noches y sus fines de semana explorando su pasión en las alturas. «Para mí, la fotografía es tiempo que paso conmigo mismo. Me da la oportunidad de expresar mi lado creativo y capturar la belleza natural y artificial del mundo», afirma Cummins. La fotografía de Cummins, un reciente participante en el concurso de Fotografía de Viajes 2018, destaca la forma en que prefiere ver el mundo: drones que sobrevuelan intrincadas redes urbanas y paisajes exuberantes e indómitos.

Descubriendo la fotografía

Hace siete años, a Cummins empezó a atraerle la fotografía como una forma de tomarse un respiro de la rutina diaria, viendo su mundo desde una nueva perspectiva y encontrando la belleza en los momentos mundanos que le rodean. «Según lo veo, hay mucha belleza en las cosas sencillas. Solo tienes que verlas desde una perspectiva más estética», afirma Cummins. Cummins, originario de Irlanda, se unió a la comunidad de fotografía dron de Toronto y empezó a ver su entorno desde el cielo. «Pensé que era una forma perfecta de obtener un ángulo diferente de un edificio o un skyline que ha sido fotografiado millones de veces desde el suelo. Introduces un nuevo ángulo y la historia toma una dirección diferente».

Volando por el cielo

A medida que aumenta la legislación respecto a los drones, los fotógrafos como Cummins suelen tener la presión de asegurarse que están volando de forma segura —y legal—, algo de lo que Cummins está muy al corriente. «El aspecto principal que quieres garantizar es la seguridad, para dar un buen nombre a los operadores de drones. Hay que garantizar que las condiciones sean buenas. Hay regulaciones en las ciudades y los operadores de drones tienen una mala reputación en la fotografía urbana, lo que es desafortunado. Esto se debe sobre todo a unas cuantas personas irresponsables que pasan por alto las precauciones y hacen lo que les da la gana. Tienes que actuar con la debida diligencia». Cummins se prepara con antelación, usando Google Maps, por ejemplo, para planear sus sesiones, comprobando la legislación local y controlando el tiempo. «Planeo las fotografías. No corro riesgos innecesarios. Si hace demasiado viento, no vuelo. Si hace mal tiempo, no vuelo. Me ciño a las normas y me divierto», afirma.

Sin fronteras

Cuando empieza a sentir las limitaciones de las ciudades, recorre el mundo, como ha hecho en sus recientes viajes a Irlanda, Reino Unido, las islas Feroe, Islandia, Hong Kong y el suroeste de Estados Unidos. «La naturaleza es diferente. Tienes mucha más libertad, pero es diferente porque hay más perfiles y ríos y belleza natural. Me recuerda a cuando miras por la ventana de un avión y ves todas las montañas y el paisaje, y piensas: “Me encantaría ser piloto porque podría ver estas cosas todo el día”».

Alimenta tu pasión

¿Su consejo para otros fotógrafos? «Tienes que empezar en algún sitio. Coge tu cámara e inténtalo, pero prepárate para fracasar. Usa Internet como una herramienta de aprendizaje. Vivimos en una época en la que todo está al alcance de la mano. Creo que si tienes el presentimiento de que tienes que hacer algo, debes hacer todo en lo que puedas para lograrlo. No te reprimas, debes intentarlo, te lo debes a ti mismo, ¡sal ahí fuera y captúralo!».

Puedes ver más fotografías de Gary Cummins en Nat Geo Your Shot y en Instagram @garycphoto. ¿Quieres participar? Visita el concurso de Fotografía de Viajes 2018 en natgeo.com/travelphotocontest.