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Página del fotógrafo
Arturo Rodríguez
Muestra de piroxeno recogida tres días después del inicio de la erupción en La Palma. Estas muestras son parte de una investigación conjunta de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC).
Mineral de anfíbol recogido tres días después del inicio de la erupción en La Palma. Cristales como éste pueden indicar a los científicos qué tipos de ingredientes químicos están presentes en el magma que alimenta una erupción, así como la profundidad a la que procede el material. Estas muestras son parte de una investigación conjunta de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC).
Vista microscópica la muestra de olivino vista bajo luz polarizada. Estas muestras son parte de una investigación conjunta de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC).
Vista microscópica de una muestra de olivino recogida en febrero de 2022, cuando los científicos regresaron al campo tras la erupción, vista bajo luz normal. Estas muestras son parte de una investigación conjunta de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC).
Los trozos cristalizados de lava de la erupción de La Palma, como esta muestra microscópica de piroxeno, contienen detalles sobre las causas de la explosión del volcán, así como posibles pistas para predecir qué tipo de erupciones se producirán en el futuro. Estas muestras son parte de una investigación conjunta de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC).
Vestido con un traje especial, el birgada Armando Salazar, de la Unidad Militar de Emergencias, recorre la colada de lava mientras ayuda a los científicos a recoger muestras en el otoño de 2021 durante la erupción del volcán de Cumbre Vieja, en La Palma; Islas Canarias.
Dos meses después de que el volcán de Cumbre Vieja cobrara vida, la roca fundida sigue fluyendo desde el pico ardiente. Los científicos aún no saben cuándo podría terminar la erupción.
La lava de Cumbre Vieja llegó al pueblo de La Laguna (arriba) a finales de octubre. En pocas horas, había sepultado la mitad del barrio. "Antes había un supermercado, una gasolinera", dice Rodríguez. "Ahora no hay nada. Hay lava".
Lugareños y turistas observan la erupción desde la iglesia de Tajuya, situada a casi tres kilómetros del pico ardiente. Mientras tanto, un niño limpia la ceniza de las líneas de una cancha de baloncesto para jugar. "Este es un lugar relativamente seguro para ver el volcán", dice Rodríguez.
La ceniza volcánica puede acumularse tanto hasta provocar el derrumbe de los tejados. Mucha gente ha añadido soportes adicionales dentro de sus casas, apuntalando sus techos con pilares de madera adicionales, dice Rodríguez. Los voluntarios y los trabajadores públicos siguen limpiando los tejados todos los días, pero es un trabajo agotador y potencialmente peligroso. El 13 de noviembre un hombre de 72 años se convirtió en la primera victima mortal de la erupción cuando realizaba labores de limpieza en su casa.