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Página del fotógrafo
Christophe Fouin
Aunque Luis XV utilizaba el Pabellón del Parque de los Ciervos como "piso de soltero", sus queridas favoritas solían vivir en habitaciones del palacio a las que podía acceder fácilmente por una escalera privada. El Gran Gabinete de Madame de Pompadour estaba decorado con damasco rosa, uno de los colores favoritos de la marquesa.
La intrincada decoración de la Biblioteca de la Reina con tonos verdes y amarillo dorado servía para exhibir los libros de la colección privada de María Antonieta. Aunque las puertas están cubiertas de encuadernaciones falsas, los pomos grabados de los cajones incluyen el emblema de la Casa de los Austrias.
En los apartamentos de las queridas estaba esta elegante biblioteca con vistas al Patio Real. Cuando la última amante de Luis XV, Madame du Barry, vivió aquí, tenía a su loro en esta jaula decorada con flores de porcelana y su propio escudo de armas.
La alcoba simple pero elaborada de la marquesa incluye tapices de seda verde y muebles innovadores, como la mesa mecánica de estilo Borgoña en el centro de la habitación.
En el lado opuesto de los aposentos de las amantes, las habitaciones tienen vistas al patio de los Ciervos, una zona amurallada donde Luis XV colocó esculutras de ciervos en honor a su pasión por la caza.
La Cámara de la Reina se ha restaurado para que tenga el mismo aspecto que cuando María Antonieta huyó de Versalles en octubre de 1789 por la puerta secreta de la habitación. La seda de flores de las paredes y la paleta de colores claros —que cambiaban según la estación del año— reflejan su decoración de verano, aunque por aquel entonces era otoño.
Las decisiones más importantes para el país entre 1682 y 1789 se tomaron desde la residencia real, en el Gabinete del Consejo. Solo el rey se sentaba en el sillón de terciopelo, mientras que el resto de los miembros del consejo se sentaban en banquetas plegables. Durante estas conversaciones, un ujier vigilaba las puertas por si había algún fisgón.
El salón de Hércules, el más grande del palacio, tiene paneles de mármol rojo y verde y albergó varios bailes y banquetes, como uno en honor de la hija mayor de Luis XV. Debido a las multitudes y las miles de velas que atestaban la sala aquella noche, tuvieron que romper las ventanas para soportar calor que generaban.