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Página del fotógrafo
Shaul Schwarz
Un hombre descansa junto a una capilla junto a la carretera en Tijuana, México. La capilla conmemora a Jesús Malverde que, según se dice, fue un forajido ahorcado por las autoridades hace más de un siglo.
Un hombre descansa junto una capilla a un lado de la carretera en Tijuana, México. La capilla conmemora a Jesús Malverde quien, según se dice, fue forajido ahorcado por la policía hace más de un siglo.
La familia Pech’ Puc despierta a las 5:30 a.m. Trece personas viven en esta casa de adobe con techo de paja, ubicada en una aldea de agricultores que cultivan lo mismo que sus ancestros: maíz, frijoles y calabaza. El estado, Quintana Roo, ingresó casi 9.000 millones de euros del turismo el año pasado, pero poco de ese dinero ha llegado hasta las comunidades mayas más pequeñas.
En las aguas antaño sagradas de un cenote, Karla y Justin Petraitis posan tras una boda de temas mayas y New Age. El evento solo fue simbólico y la pareja se había casado antes en Tennessee. Su planificador de bodas organiza una docena de celebraciones como esta al año.
Un chamán reza en un altar rectangular, que simboliza la forma de cuatro esquinas del universo maya, pidiendo que llueva en la aldea de Yaxuná. Durante esta antigua ceremonia, los hombres caminan en círculos con ofrendas de comida, mientras los niños agachados imitan los sonidos que emiten las ranas cuando llueve.
Los niños de la aldea de Yaxuná se refrescan en un cenote. Una escalera de 20 metros les permite salir tras el chapuzón. La estatua es la versión de un artista local de un espíritu embaucador del folclore maya. Los aldeanos la colocaron allí para los turistas, con la esperanza de que hagan una parada cuando visiten los lugares arqueológicos de la zona.
En el parque temático de Xcaret, al sur de Cancún, un señor de la muerte maya se pasea entre los turistas antes de una recreación espectacular de las peregrinaciones antiguas. El evento anual —con viaje en canoa— es un homenaje a Ixchel, la diosa de la fertilidad. Dichos vínculos con el pasado atraen a los visitantes del resto de México y más allá a Yucatán.
La muerte no es el final para los traficantes de drogas mexicanos enterrados en estos mausoleos dell cementerio de Culiacán, el corazón del cártel de Sinaloa. La mujer en primer plano es la esposa de un trabajador de la construcción.
