Estas pinturas rupestres representan la caza de ballenas hace 1.500 años
Las pinturas se corresponden con objetos históricos que sugieren que los cazadores partían en pequeños barcos con arpones improvisados.
Empleando barcos y arpones improvisados, unos cazadores atacan a una enorme ballena. Habría sido una presa preciada para los cazadores-recolectores que vivieron hace 1.500 años en una de las regiones más secas del mundo, el desierto de Atacama, en Chile.
Ese momento y otros similares han quedado plasmados en el tiempo gracias a artistas antiguos de hace 1.500 años. En estas pinturas rupestres pintadas con óxido de hierro todavía pueda verse la antigua tradición de la caza. Según los arqueólogos, entre las representaciones hay ballenas, peces espada, leones marinos y tiburones.
Un nuevo estudio publicado en la revista Antiquity, describe la importancia de la caza marina para los cazadores-recolectores en esta época y cómo el arte rupestre cuenta su increíble historia.
Los primeros hallazgos
Un grupo de antropólogos descubrió arte rupestre por primera vez en esta zona de Chile en el siglo XX. Situado entre el océano y el desierto hay un valle llamado El Médano, donde se catalogaron las primeras pinturas rupestres en esta región. Durante más de mil años, solo los pueblos nativos que habitaban en la región supieron de la existencia del arte rupestre.
El nuevo estudio se centra en el arte rupestre descubierto a varios kilómetros al norte de El Médano, en un lugar llamado Izcuña, aunque se suele aludir a las pinturas de esta época como arte de El Médano.
Nuevas obras de arte
En el barranco de Izcuña, se descubrieron 328 pinturas distintas en 24 bloques de roca. Muchas se han degradado debido a la humedad que traen las camanchacas, bancos de nubes que se forman sobre la costa chilena y se desplazan tierra adentro. Pero se han conservado pinturas suficientes como para datarlas con otras obras de arte de El Médino.
El tipo de arte más habitual muestra siluetas de peces grandes. Otras imágenes muestran escenas de caza con balsas y armas. También se representan animales terrestres en las pinturas, pero descubrir representaciones de la vida marina en el arte rupestre es más inusual.
El autor del estudio, Benjamín Ballester, señala que los peces o las ballenas siempre aparecen sobredimensionados respecto a los cazadores y sus barcos, lo que convierte a las presas en unas adversarias sobrecogedoras.
«En general, la caza se representa como una práctica especializada, solitaria e individual, dirigida por un grupo selecto de personas», señala el estudio.
Una economía marina
Además de su valor artístico, las imágenes ilustran pruebas arqueológicas de que la caza marina era una parte esencial de la sociedad.
En excavaciones previas, los arqueólogos han descubierto arpones improvisados construidos a partir de varas de madera de tres metros, con puntas de flecha desmontables que se remontan a hace 7.000 años.
Ballester dice que, analizando los objetos y el arte como un todo, los arqueólogos pueden entender mejor la vida en el Chile antiguo.
«La caza marina era uno de los elementos más importantes para su subsistencia, pero también eran grandes pescadores y recolectores de moluscos», afirma.
«Desde sus asentamientos costeros, participaron de forma activa en redes de intercambio a gran escala con comunidades agropecuarias de los oasis y valles interiores de Atacama, sobre todo distribuyendo pescado seco a cambio de productos manufacturados».