Descubierto en una playa el mensaje en una botella más antiguo del mundo
El mensaje de casi 132 años de antigüedad formaba parte de un experimento realizado por marineros alemanes para seguir la trayectoria de las corrientes oceánicas.
El 21 de enero, la familia Illman y algunos amigos conducían por una playa al norte de la isla Wedge en la costa oeste de Australia, a unos 160 kilómetros al norte de Perth. Cuando el coche no pudo continuar por la arena, Tonya Illman y su amiga Grace Ricciardo decidieron salir a pasear.
Cuando regresaban a su coche, se detuvieron para recoger basura. Illman cogió una botella marrón con letras en relieve, pensando que podría usarla como elemento decorativo.
En el coche, Illman le dio la botella de aspecto antiguo a la novia de su hijo, Bree Del Borrello, para poder ayudar a su marido a sacar el coche de la arena. Al mirar el interior de la botella, Del Borrello vio lo que parecía un cigarrillo.
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Sacó el frágil objeto de la botella y comprobó que estaba enrollado y envuelto con un trozo de cuerda. Cuando volvieron a su casa de Lanceline, pusieron el papel húmedo en el horno para secarlo y desenrollarlo. Más adelante, sabrían que el papelito de 20 por 15 centímetros era el mensaje en una botella más antiguo del mundo descubierto hasta la fecha.
«Fue pura casualidad», contó a The Guardian el marido de Illman, Kym.
Un mensaje de socorro... o no
Al principio, los Illman se mostraron escépticos. Pero dos días después del hallazgo, se dirigieron al Museo de Australia Occidental, donde conocieron a Ross Anderson, comisario adjunto de arqueología marítima.
Anderson cotejó el texto oscuro del papel envejecido y de material barato con muestras de la caligrafía de escritos de capitanes y determinó que el mensaje databa del 12 de junio de 1886. Eso significa que, cuando lo encontraron, tenía una antigüedad de 131 años y 223 días. Añadió que la botella había sido tirada por la borda del navío alemán Paula mientras surcaba el océano Índico en un viaje desde Cardiff, Gales, hacia la actual Indonesia. Los hallazgos fueron confirmados por expertos del Observatorio Naval Alemán.
Durante esta época, las tripulaciones alemanas estaban llevando a cabo un experimento de 69 años que requería que tiraran miles de botellas por la borda para investigar las corrientes oceánicas globales. Cada mensaje contenía las coordenadas de ubicación del barco en el momento en que arrojaban la botella, así como la fecha y el nombre del barco. Todos estos detalles se encontraban en el mensaje de la botella que descubrió Illman.
A juzgar por las coordenadas del papel, habían tirado la botella por la borda a casi 965 kilómetros de distancia en algún punto al oeste de Sudamérica. Desde allí, la botella probablemente llegó a la orilla un año después, donde quedó enterrada bajo la arena. Anderson dice que el corcho de la botella se secó y se separó de esta tras varias tormentas y precipitaciones intensas. Los análisis revelan que el puerto de origen del Paula estaba en Marsella, Francia.
Hasta la fecha, se han descubierto y devuelto 662 mensajes más del experimento alemán. El descubrimiento más reciente, una postal de 108 años, se produjo en Alemania en abril de 2015.
La familia Illman ha prestado su hallazgo al Museo de Australia Occidental hasta 2020. Actualmente está expuesto al público.
«Ha sido el acontecimiento más destacado de mi vida», escribió Illman en una página web dedicada al hallazgo. «Pensar que esta botella ha permanecido intacta durante casi 132 años y está en perfectas condiciones pese a los elementos, cuesta creerlo».