¿Quién es el ocupante de este misterioso sarcófago egipcio?
Un ataúd sellado de piedra negra descubierto en Egipto ha despertado la imaginación de Internet. Pero ¿quién es su probable —o improbable— dueño ?
Dos semanas después de su hallazgo, el sarcófago de granito negro sellado descubierto en una obra en Egipto —que ha captado la atención de Internet y dado pie a innumerables bromas de momias sobre la maldición que podría desatar— todavía tiene que abrirse.
Las autoridades del Ministerio de Antigüedades egipcio parecen estar exasperadas, ya que reciben una infinidad de preguntas de la prensa mundial sobre cuándo y cómo se abrirá el ataúd de piedra, y hasta ahora han rechazado, comprensiblemente, especular sobre quién podría ser su ocupante.
Pero para acotar las posibilidades, los arqueólogos locales, cuyos nombres no desvelaremos porque no están autorizados para hablar con National Geographic en nombre del ministerio, comparten sus ideas sobre a quién es probable que no pertenezca el sarcófago.
El relato del 1 de julio del descubrimiento en el periódico estatal egipcio Al Ahram fue bastante directo: un gran sarcófago de piedra —aún sellado— fue hallado durante una inspección de una obra en la ciudad de Alejandría, en la costa mediterránea de Egipto. Cerca, se descubrió la cabeza de alabastro desgastado de un hombre, el posible ocupante del ataúd, y se cree que la sepultura data del periodo Ptolemaico (ca. 323-30 a.C.).
El sarcófago de casi 2,7 metros de largo y 1,5 de ancho, es el mayor ataúd antiguo descubierto en la ciudad, según un comunicado oficial. Se ha especulado que podría ser el lugar de reposo de una persona rica o poderosa, quizá incluso el de Alejandro Magno, que fundó esta ciudad homónima en el 331 a.C.
Aunque algunos relatos históricos afirman que el gran conquistador macedonio fue enterrado en Alejandría tras su muerte en el 323 a.C., su tumba nunca se encontró.
Dos arqueólogos que trabajan en Alejandría y tienen información del descubrimiento hablaron de forma independiente con National Geographic. Ambos sospechan que el propio sarcófago podría datar de una dinastía faraónica anterior en la larga historia de Egipto, en parte por sus proporciones inusualmente grandes.
Uno de los dos arqueólogos cree que, como Alejandría no se fundó hasta el siglo IV a.C., el enorme sarcófago podría haberse traído a la ciudad vacío desde un lugar de un periodo dinástico anterior Nilo abajo —como Menfis— y a continuación se habría reutilizado para enterrar a alguien más adelante.
El otro arqueólogo cree que la propia sepultura también podría datar del periodo romano, que sigue al periodo ptolemaico, basándose en su «gran» elevación (el sarcófago se descubrió a solo 4,5 metros bajo la superficie de la calle actual). Este arqueólogo también señala que el lugar del enterramiento está fuera de los límites de la antigua Alejandría, por eso es muy improbable que enterraran aquí a un miembro de la realeza del antiguo Egipto.
Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que cuando se abra finalmente el sarcófago, será una hazaña de la ingeniería. Se estima que el ataúd de granito pesa unas 30 toneladas.
En una entrevista con Egypt Today, Waad Abul-Ela, director del sector de proyectos del Ministerio de Antigüedades, planteó dos posibles métodos para extraer el hallazgo: uno, rodear el sarcófago de tierra de relleno protectora y sacarlo del agujero con un buldócer; o dos, abrir el ataúd in situ y retirar la tapa y la base por separado con una grúa.
Todavía no se sabe si este espectáculo se retransmitirá en directo por Internet para deleite —y horror— del Twitterverso.