Esta mujer podría haber sido una poderosa lideresa hace 4000 años, según sugieren los hallazgos en un yacimiento de Murcia

Los investigadores señalan que el descubrimiento de un ajuar en La Almoloya podría socavar la idea de que el poder estatal es casi exclusivamente un producto de las sociedades dominadas por hombres.

Por Tom Metcalfe
Publicado 11 mar 2021, 11:14 CET

La diadema de plata aún adornaba el cráneo de una mujer cuando se descubrió su tumba de 3700 años en el yacimiento de La Almoloya, en Murcia.

Fotografía de J.A. Soldevilla, Cortesía del Grupo de Investigación en Arqueoecología Social Mediterránea, Universitat Autònoma de Barcelona

Según un estudio publicado en la revista Antiquity, el hallazgo de un ajuar compuesto por joyas, entre ellas una diadema de plata, sugiere que una mujer enterrada hace casi 4000 años en la actual Murcia era la gobernante de las tierras circundantes que podrían haber tenido el poder de un estado. El descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre el papel de las mujeres en la Europa de principios de la Edad del Bronce y desafía la idea de que el poder estatal es casi exclusivamente un producto de las sociedades patriarcales, afirman los investigadores.

Los restos de la mujer, junto a los de un hombre que podría haber sido su consorte, fueron desenterrados en el 2014 en La Almoloya, un yacimiento arqueológico entre unas colinas forestadas a unos 56 kilómetros al noroeste de Cartagena. La datación por carbono radiactivo sugiere que los enterraron en torno al 1700 a.C. y su riqueza apunta que ella, no él, habría estado en lo alto de la cadena de mando local.

«Hay dos formas de interpretar esto», afirma Roberto Risch, arqueólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona y uno de los coautores del estudio. «O bien decimos que es la mujer del rey, o decimos que no, que es una personalidad política en sí misma».

El ajuar argárico demuestra que las mujeres eran consideradas adultas a una edad mucho menor que los chicos; niñas de solo seis años han sido enterradas con cuchillos y herramientas, pero los niños solo eran enterrados así en la adolescencia. Las tumbas de algunas de las mujeres de El Argar se reabrieron generaciones después para enterrar a otros hombres y mujeres, una práctica inusual que probablemente otorgaba un gran honor. Asimismo, la investigación publicada por Risch y sus colegas en el 2020 demostró que las mujeres de la élite en las tumbas argáricas consumían más carne que otras mujeres, lo que sugiere que tenían un poder político real.

«No sabemos exactamente cuál era su poder político», afirma. «Pero esta tumba de La Almoloya cuestiona el papel de las mujeres en la política [de la Edad del Bronce]... cuestiona gran parte de la sabiduría popular».

Una «princesa» antigua enterrada con estilo

La mujer, apodada la «Princesa de La Almoloya», pertenecía a la cultura argárica, denominada así por el yacimiento arqueológico de El Argar, a unos 80 kilómetros al sur. La cultura argárica prosperó en el sudeste de la península ibérica entre el 2200 y el 1500 a.C. Su pueblo utilizó el bronce mucho antes que las tribus vecinas; muchos vivían en grandes asentamientos en la cima de colinas, en lugar de en pequeñas granjas aisladas, y los ajuares hallados en los cementerios indican que tenían clases estratificadas según la riqueza y la posición social, entre ellas una clase gobernante.

Risch dice que es probable que el hombre de la tumba fuera un guerrero: el desgaste de sus huesos sugiere que pasó mucho tiempo a caballo y su cráneo muestra que tenía cicatrices profundas de una lesión facial grave, posiblemente una herida sufrida en combate. Se ataba su largo cabello con coleteros de plata y llevaba dilatadores de oro en los lóbulos de las orejas que indican que era alguien distinguido.

En la tumba de La Almoloya hay a un hombre y una mujer enterrados bajo el suelo de una gran sala dentro del palacio, que contaba con bancos para hasta 50 personas.

Fotografía de Grupo de Investigación en Arqueoecología Social Mediterránea, Universitat Autònoma de Barcelona

Pero la mujer de la misma tumba fue enterrada poco después con especial esplendor: pulseras, dilatadores, anillos, espirales de plata y la diadema de plata, que todavía adornaba su cráneo cuando desenterraron la tumba. Coincide con otras seis diademas halladas en mujeres ricas en tumbas argáricas; todas tienen una proyección distintiva en forma de disco y normalmente las llevaban hacia abajo para cubrir el ceño y la nariz.

Según precio de la plata indicado en registros mesopotámicos de la época, los arqueólogos estiman que el ajuar de la mujer de La Almoloya habría valido el equivalente a decenas de miles de euros actuales. Otras tumbas de mujeres de alto rango de El Argar también apuntan a una gran riqueza, pero los hombres nunca fueron enterrados con tanta opulencia. «Esto sugiere que cuando [las mujeres] vivían, desempeñaban un papel muy importante en la administración política de la comunidad», afirma Risch.

La ubicación de la tumba también indica que la mujer tenía un papel político. Muchos de los difuntos en las comunidades de El Argar fueron enterrados bajo los edificios y su tumba fue hallada bajo el piso de una sala con bancos para hasta 50 personas que los investigadores han llamado el «parlamento». La propia sala formaba parte de un edificio elaborado que podría haber sido el palacete más antiguo conocido de la Europa occidental continental, dice Risch, un lugar donde la élite dirigente vivía y desempeñaba sus funciones.

Las mujeres en la cultura argárica

La idea de que las comunidades argáricas pudieran haber estado gobernadas por mujeres tiene sentido para la arqueóloga e historiadora Marina Lozano, profesora de la Universitat Rovira i Virgili en Tarragona e investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), que no participó en este último estudio.

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    Se cree que el enorme edificio de la Edad del Bronce en el yacimiento de La Almoloya era un centro del poder político y económico.

    Fotografía de Grupo de Investigación en Arqueoecología Social Mediterránea, Universitat Autònoma de Barcelona

    Explica que esto respalda su estudio del 2020, en el que determinó que muchas mujeres argáricas participaban en la producción de telas de lino y lana, que, junto a la metalurgia, era un sector valioso de la economía. De eso se desprende que las mujeres podrían haber sido dirigentes: «Las mujeres de El Argar fueron una parte activa de su economía... una gobernante es otro ejemplo de la importancia de las mujeres en esta sociedad», afirma.

    Otros expertos de la cultura argárica son más precavidos con las nuevas interpretaciones. «Los hallazgos son espectaculares... es arqueología de primera», afirma el antropólogo Antonio Gilman, profesor emérito de la Universidad del Estado de California en Northridge.

    Con todo, cuestiona si la opulencia de la tumba debería considerarse la riqueza de una dirigente y si el edificio de La Almoloya debería considerarse un palacio cuando era mucho menos sofisticado que los edificios de la Edad del Bronce del este de Europa, como el palacio minoico de Cnosos, en Creta. «Pero eso no quita que estos sean hallazgos muy importantes», añade.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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