El espejito 'mágico' de la corte de Isabel I tenía un origen místico azteca
Un espejo negro usado por el asesor de la reina Isabel I de Inglaterra John Dee para 'hablar' con los ángeles era originariamente un artefacto profético de Mesoamérica, según un nuevo estudio.
Un espejo de obsidiana que se supone que usaba en el siglo XVI el ocultista y asesore de la reina Isabel I de Inglaterra tiene orígenes aztecas, ha descubierto los investigadores.
El "espejo de los espíritus" que se cree que usaba John Dee, el famoso asesor político de la reina Isabel I de Inglaterra, se hizo en México hace casi 500 años, según han descubierto los investigadores. El hallazgo, publicado el 6 de octubre de 2021 en la revista Antiquity, refuerza la idea de que el espejo lo usaba el ocultista isabelino para intentar comunicarse con los ángeles.
Dee era un asesor en la corte de la reina inglesa del siglo XVI, pero también era un reconocido alquimista, astrólogo, cartógrafo y matemático, cuya fama llega hasta nuestros días. Se cree que fue su figura la que inspiró el personaje de Prospero, el mago de La Tempestad de William Shakespeare.
Retrato de John Dee (1527-1608). “Dee empezó a caminar por la fina línea entre la 'magia' natural, que se consideraba una ciencia, y la magia demoníaca, que se consideraba una perversión religiosa. Terminó por cruzarla", escriben los investigadores.
Son numerosas las historias sobre las aventuras ocultistas de Dee, incluidas la adivinación o la conjura de ángeles y espíritus mediante herramientas de clarividencia como cristales y espejos. Este "espejo de los espíritus", que ya en la década de 1650 se confirmó como parte de la colección de adivinación de John Dee, lo terminó comprando en el siglo XVIII Horace Walpole, que creía que pertenecía al erudito renacentista inglés, que lo usaba en sus rituales mágicos.
El Museo Británico compró el espejo a finales del siglo XIX y en la actualidad se exhibe en su Enlightenment Gallery (dedicada al conocimiento científico surgido de la expansión del Imperio Británico entre 1680–1820).
Los investigadores han usado un escáner de flourescencia de rayos-x para examinar el espejo de Dee, al igual que otros tres objetos de obsidiana (dos espejos circulares casi idénticos y una losa rectangular pulida) que adquirió el Museo Británico de coleccionistas de México en el siglo XIX.
Dado que sus elementos químicos brillan de menara distinta con los rayos-x, el escáner pudo determinar una "huella" geoquímica para cada objeto de obsidiana basado en sus proporciones de titanio, hierro, estroncio y otras sustancias que contenía cada uno. Los resultados muestran que la obsidiana del espejo de John Dee y la de uno de los otros espejos solo podrían venir de la región de Pachuca, en el centro de México. El otro espejo y la losa de obsidiana, posiblemente un altar portátil, vendrían de la región de Ucareo, unos 240 kilómetros al oeste.
Códices aztecas, como el Códice Tepetraoztoc del siglo XVI que vemos aquí, describen los espejos de obsidiana. Los antiguos habitantes de Mesoamérica creían que estos espejos servían como portales al mundo de los espíritus.
Ambas regiones estaban bajo dominio de los aztecas, que tenían la tradición de hacer espejos de obsidiana con fines mágicos, dice el arqueólogo Stuart Campbell, de la Universidad de Manchester y principal autor del nuevo estudio. Los espejos circulares de obsidiana se describen en códices aztecas escritos poco después de la conquista de los españoles al principio del siglo XVI y en las representaciones del dios Tezcatlipoca ("Espejo Humeante") que tenía, entre otros, poderes de adivinación. Los aztecas creían que los espejos podían mostrar el humo, que después se disiparía para revelar un tiempo o lugar futuro.
Los antiguos mesoamericanos creían que los espejos eran portales espirituales a mundos alternativos, "como Alicia en Alicia a través del Espejo", escribe por email el antropólogo Karl Taube, de la Universidad de California Riverside (EE. UU.); "una vez has mirado en su interior, abres una conexión". Taube ha estudiado los espejos aztecas pero no estuvo involucrado en este nuevo estudio.
El hallazgo de que el "espejo de los espíritus" tiene orígenes aztecas refuerza la teoría de que Dee lo usaba como artefacto para conjurar a ángeles y espíritus, dice Campbell. Es probable que Dee, que estaba muy interesado en la exploración del Nuevo Mundo, supiera de la reputación mágica de estos espejos cuando lo compró, probablemente durante sus viajes por Europa a finales del siglo XVI. Los registros muestran que varios espejos aztecas se enviaron de México a Europa poco después de que Hernán Cortés y sus tropas tomaran Tenochtitlan, la capital azteca, en 1521. Al igual que los aztecas, los europeos de aquel periodo también creían en los poderes mágicos de los espejos, una creencia que pudo llevar a Dee a intentar comunicarse con los ángeles a través del espejo de los espíritus.
La fama de Dee como el proto-científico de época isabelina sigue siendo muy fuerte en el Reino Unido (el líder del grupo Blur compuso una ópera sobre él, por ejemplo). Además, si presencia sigue considerándose clave en muchos de los acontecimientos históricos de aquella época.
"Puedes estar leyendo sobre algo que crees que no tenía nada que ver con él y, de repente, aparece el nombre de John Dee", dice Campbell; "Estuvo involucrado en muchas áreas de conocimiento y en los inicios de muchos enfoques de estudio del mundo natural".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.