11 años de guerra en Siria: así es el día a día
En Siria se avecina una inestabilidad aún mayor después de que Rusia, uno de los principales partidarios del régimen de Assad, haya dirigido sus fuerzas y su atención a la invasión de Ucrania
Un grupo de mujeres arreglan el pelo de una niña frente a un edificio dañado en Raqqa, Siria, en 2021. Antigua capital del Estado Islámico entre 2014 y 2017, Raqqa fue el centro de intensos combates entre las fuerzas kurdas y los yihadistas del Estado Islámico. Según la ONU, el 80% de las infraestructuras de la ciudad han sido destruidas.
Mientras el mundo observa la continua violencia en Ucrania, en Siria se conmemora un amargo aniversario: el país entra en su segunda década de guerra civil. El conflicto (desatado por la detención de presuntos grafiteros antigubernamentales a principios de marzo de 2011) ha dejado unos 400 000 muertos y ha dividido el país en un tenue mosaico de territorios, en su mayoría aliados al gobierno de Bashar al-Assad en el oeste, y fuerzas independientes sirias, kurdas y del Gobierno turco en el este.
Uno de los mayores focos de tensión sigue estando en el noreste de Siria, dice el fotógrafo William Keo, que viajó a la región tras la caída del Estado Islámico en 2019. El objetivo de Keo era documentar la reconstrucción de una sociedad que salía de cinco años de dominio extremista. Pero en su lugar se encontró en medio de una nueva ofensiva después de que las tropas turcas lanzaran operaciones transfronterizas en Siria contra las fuerzas alineadas con los kurdos.
"Comprendí que esta era otra guerra que comenzaba", dice Keo; "una guerra larga que no sería como los primeros 10 años".
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Esta nueva década de guerra será demoledora. Y mientras las fuerzas kurdas rastrean las células durmientes del ISIS en una de las regiones más inestables del país, Deir-Ez-Zor, en el este de Siria, el grupo sigue siendo poderoso en la zona. Ahora, se avecina una inestabilidad aún mayor, ya que Rusia, uno de los principales partidarios del régimen de Assad, dirige sus fuerzas y su atención a su invasión de Ucrania, mientras que las nuevas sanciones dificultan su apoyo financiero a este conflicto de Oriente Medio.
Keo, que volvió al noreste de Siria en 2021, habló con National Geographic la semana pasada desde la ciudad ucraniana de Lviv. Según él, Siria debería servir como un recordatorio prudente sobre a dónde puede llevar el conflicto de Ucrania. También le preocupa que la crisis de los refugiados que se desarrolla actualmente en Europa desvíe la atención del mundo de los desplazados de Siria: que las imágenes de las víctimas de la guerra en Ucrania resuenen más que las de Raqqa o Qamishli. Su objetivo es documentar la universalidad de los momentos, retazos de la vida que continúan independientemente del caos circundante.
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"Ir al mercado con tus hijos puede ser muy universal", observa Keo. "Sólo intento contar una historia compleja con imágenes sencillas".
William Keo es un fotógrafo franco-camboyano y nominado a los premios Magnum Photo 2021 con sede en París, cuyo trabajo se centra en el pasado de los refugiados de su familia: la migración, la exclusión social y la intolerancia intercomunitaria. Desde 2016, ha documentado la crisis de los refugiados sirios en Oriente Medio antes de cubrir Siria tras la caída de la organización Estado Islámico. Descubre más sobre su trabajo en su sitio web.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.