5 cosas que hay que saber sobre Catar, anfitrión del Mundial 2022
La pequeña nación, con poca tradición futbolística, es el primer país de Oriente Medio que acoge el mayor torneo de fútbol del mundo y su elección sigue rodeada de polémica.
Doha ha crecido rápidamente desde 2010, cuando Qatar fue elegido para albergar la Copa del Mundo de este año. Muchos de sus icónicos rascacielos se construyeron en la última década.
Este mes se espera que más de un millón de personas aterricen en la pequeña nación de Catar, aumentando su población en más de un 30%. Las multitudes tendrán una cosa en mente: el mayor torneo de fútbol del mundo, la Copa Mundial de la FIFA, que se inició el 20 de noviembre con la derrota de la selección anfitriona por 2-0 ante Ecuador.
Desde que el país fue seleccionado como anfitrión en 2010, Catar se ha visto envuelto en la polémica, desde la preocupación internacional por las condiciones inhumanas de los trabajadores migrantes que según muchos informes internacionales han provocado miles de muertes, hasta las preguntas sobre la seguridad de los visitantes LGBTQ en un país donde la homosexualidad puede ser castigada con la muerte.
Sin embargo, el primer país de Oriente Próximo que acoge la Copa del Mundo, pese a su escasa tradición futbolística, pretende mostrar lo mejor de sí mismo al mundo durante la competición, que se celebra del 20 de noviembre al 18 de diciembre.
Tras marcar un hito histórico en su primer partido -ha sido la primera vez en la historia del mundial que el país anfitrión pierde en el partido inaugural-, aquí van otros cinco datos interesantes sobre Catar.
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1. Hace calor, mucho calor
Catar es uno de los lugares más calurosos de la Tierra, con una temperatura media en verano de 35 grados centígrados y con picos de temperatura de 50 grados.
Como consecuencia de este calor, el Mundial de Qatar 2022 se disputa en noviembre y diciembre en lugar del pico habitual del verano. Pero los anfitriones no dejan nada al azar: aunque se espera que las temperaturas en el exterior sólo alcancen los 23 grados, los sistemas de refrigeración de bajo consumo en el campo pretenden mantener la mayoría de los estadios a unos cómodos 20 grados.
El calor abrasador de Catar ha empeorado con el cambio climático provocado por el hombre, y la falta de tierras cultivables, lluvias y bosques agrava los efectos. Con el aumento de las temperaturas en los últimos años, Catar ha recurrido incluso a la climatización de los espacios exteriores, como los recintos deportivos y los patios de los restaurantes. En la capital, Doha, por ejemplo, una pista de atletismo recién inaugurada con aire acondicionado introduce el aire frío en una estructura con paneles solares que da sombra a los atletas.
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2. Es un país pequeño
Catar es un poco más grande que el Principado de Asturias. Los 11 566 kilómetros cuadrados del país abarcan una península rodeada por el Golfo Pérsico y el Golfo de Bahréin.
La logística de la Copa del Mundo de este año refleja el pequeño tamaño de Catar: todos sus estadios de la Copa Mundial están a menos de 33 kilómetros del centro de su capital. En la última década, Catar ha realizado grandes inversiones en infraestructuras para ayudar a los visitantes del Mundial (y a sus propios ciudadanos) a desplazarse. El país está a medio camino de un plan de transporte a largo plazo que incluye un nuevo sistema de metro, mejoras en su flota nacional de autobuses y taxis, y kilómetros de nuevas autopistas.
3. Es diversa
No te dejes engañar por su diminuto tamaño: en Catar viven personas de muchos orígenes étnicos, lingüísticos y culturales. Aunque el idioma oficial de la nación es el árabe, el inglés también es de uso común, y también se escuchan el malayam, el urdu, el hindi, el farsi y otras lenguas del sur y el sudeste asiático.
El Islam tampoco es su única religión: la nación alberga un número considerable de miembros de minorías religiosas, como budistas, hindúes, coptos egipcios y seguidores de la fe bahá'í.
La diversidad del país se debe a los emigrantes, que constituyen el 94% de la mano de obra de Catar. Se calcula que siete de cada 10 habitantes de Catar emigraron de países como India, Pakistán, Nepal e Irán. La mayoría de ellos trabajan en oficios o en empleos no cualificados.
Catar ha pregonado su diversidad a lo largo de su candidatura a la Copa del Mundo, pero el país se ha enfrentado a fuertes críticas por su historial de derechos humanos. Los grupos de defensa de los derechos de los trabajadores denuncian que los obreros de la construcción que levantaron los estadios del Mundial, en su mayoría inmigrantes, han sufrido discriminación, abusos y robos de salarios. Y una investigación de The Guardian descubrió que 6500 trabajadores inmigrantes han muerto desde que Catar fue elegido como sede del torneo.
4. Es un mundo de hombres
Catar tiene la mayor proporción de hombres por mujer del mundo, con un número de hombres superior al de mujeres de casi tres a uno. Esta cifra se ha disparado desde la década de 1970, en parte debido a su dependencia de los trabajadores inmigrantes, en su mayoría hombres.
Esa disparidad de género, las leyes cataríes y las costumbres conservadoras locales crean un entorno en el que la discriminación y la violencia contra las mujeres se han convertido en algo demasiado común, según los grupos de derechos humanos. Las mujeres deben tener el permiso de los hombres para hacer cosas como casarse o viajar al extranjero, y en un informe de 2021, Human Rights Watch dijo que esas políticas de tutela masculina violan tanto el derecho local como el internacional.
Pero la opresión no es la única realidad para las mujeres cataríes, que han conseguido avances en la educación, han impulsado los derechos civiles y ahora participarán en el proceso político del país. Este año, las mujeres árbitro estarán presentes por primera vez en un Mundial- Aunque se habló de que el primer partido lo arbitraría la francesa Stephanie Frappart, finalmente la organización por el italiano Daniele Orsato.
5. Su riqueza se remonta a tiempos antiguos
Hoy en día, Catar es conocido por su dinero: es una de las naciones más ricas del mundo, con un PIB estimado de 179 600 millones de euros en 2021. Esa opulencia se exhibirá en los estadios recién construidos y renovados de Catar, uno de los cuales fue diseñado como instalación temporal para ser desmantelado y reutilizado en otras formas. En total, las estructuras tienen un precio de entre 5 000 y 10 000 millones de euros, y el Mundial de 2022 costará, según los informes, un total de 220 000 millones de euros, lo que empequeñece la anterior Copa del Mundo más cara, la de Brasil de 2014, de 15 000 millones de euros.
Conocida por su riqueza moderna, con una de las mayores reservas de petróleo y gas del mundo y su generosa normativa económica, la ajetreada economía del país también prosperó en la antigüedad.
Debido a su ubicación costera en destacadas rutas comerciales, Catar desempeñó un papel importante en el comercio antiguo y albergó asentamientos humanos desde el sexto milenio a.C. Allí se producía y vendía de todo, desde cerámica hasta perlas, lo que alimentó la prosperidad. En la década de 1970, los arqueólogos realizaron excavaciones en yacimientos del segundo milenio a.C. en la península catarí, donde descubrieron montones de conchas de mariscos y caracoles, prueba de la producción de un tinte púrpura (extraído de la mucosa de los animales) muy apreciado en toda Europa, Oriente Medio y Asia.
Los planes de Catar para el Mundial pueden ser modernos, pero se desarrollarán en un contexto histórico en el que el comercio y la mezcla de culturas están muy presentes, cualidades que seguirán creciendo a medida que los aficionados de todo el mundo acudan a Catar este otoño.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.