¿Quién fue realmente la primera reina negra de Inglaterra?
Los historiadores siguen debatiendo si Carlota de Inglaterra fue realmente la primera reina negra de Gran Bretaña. Un nuevo 'spin-off' de Netflix de la popular 'Bridgerton' deja claro que el interés por su vida es más fuerte que nunca.
El retrato del pintor escocés Allan Ramsay de la reina Carlota con sus ropajes de coronación ha inspirado el debate sobre si fue la primera reina negra de Gran Bretaña, una cuestión que persiste hoy en día, siglos después de que gobernara sobre Gran Bretaña e Irlanda.
Cuando Sofía Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, de 17 años, vio por primera vez el palacio londinense que sería su hogar en 1761, palideció. En pocas horas se convertiría en Reina de Gran Bretaña e Irlanda, pero nunca había pisado Inglaterra ni conocido a su futuro esposo.
Lo que ocurrió a continuación es historia de la realeza y el tema de La Reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton. La nueva serie de Netflix ficciona la vida de la tímida niña alemana destinada a gobernar Inglaterra, y de la que se rumorea que fue su primera reina negra. Pero, ¿quién fue la verdadera reina Carlota?
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Cómo se convirtió Carlota en reina de Gran Bretaña
Justo debajo de este retrato ovalado de Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, verás las iniciales de la pareja real: G de Jorge III y C de Carlota. A pesar de la timidez inicial de la reina, los historiadores afirman que la monarca tuvo un matrimonio feliz.
Nacida en 1744 en Mecklemburgo-Strelitz, un ducado en lo que hoy es el norte de Alemania, la princesa tuvo una infancia anodina en lo que otros miembros de la aristocracia europea consideraban un ducado mediocre y provinciano. Pero esto jugaría a favor de la joven cuando un príncipe lejano se convirtió en rey.
En 1760, el abuelo de Jorge III murió, convirtiéndole en rey de Inglaterra y haciendo de su soltería un asunto de alarma nacional. Sus consejeros decidieron que Jorge necesitaba una esposa, y la necesitaba rápido, por lo que organizaron una búsqueda desesperada de una princesa protestante que compartiera su vida y engendrara un heredero.
Carlota era desconocida y se pensaba que no tenía conexiones ni objetivos políticos. Esto fue visto como una ventaja por los asesores políticos de Jorge, que querían que los intereses británicos prevalecieran tras el matrimonio del rey. Y así, aunque Jorge nunca había conocido a Carlota, en 1761 un emisario le propuso matrimonio en su nombre. Carlota aceptó, y el matrimonio concertado se celebró apenas seis horas después de que la joven princesa llegara a Inglaterra.
Aunque no hablaba inglés y nunca había conocido a su marido antes del día de su boda, Carlota era ahora reina de Gran Bretaña e Irlanda. Todo el mundo quería saludar a los nuevos reyes: en su coronación, se agolparon tantos admiradores que la procesión tardó dos horas en llegar de la calle a la Abadía de Westminster. Pronto, Carlota tuvo su primer hijo, una niña. Durante su largo matrimonio tendría 15 hijos.
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¿Estaban enamorados la reina Carlota y el rey Jorge?
Según todas las crónicas, el rey y la reina tuvieron un matrimonio inusualmente feliz, y Jorge III fue un padre y marido devoto. Pero la vida en la corte fue difícil para Carlota, que chocaba con su suegra por las normas formales de la aristocracia británica y encontraba agotadora la expectativa de tener muchos herederos. Cuando ya había dado a luz a 14 de sus 15 hijos, escribió: "No creo que un prisionero pueda desear más ardientemente su libertad que yo librarme de mi carga".
Aunque Carlota luchó contra el aburrimiento y el confinamiento de la vida en la corte, encontró sus propias maneras de hacer frente a las aplastantes expectativas de su nuevo papel. Al año siguiente de su matrimonio, Jorge le compró una gran finca propiedad de los duques de Buckingham. Buckingham House, ahora conocido como Palacio de Buckingham, se llamaba la "Casa de la Reina", y allí vivió en una cómoda domesticidad, leyendo, haciendo labores de aguja y tocando el clavicordio.
Compartía el amor por la botánica y las plantas con su marido, que llegó a ser conocido como "el Granjero Jorge" debido a sus intereses agrícolas.
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La "locura" del Rey Jorge
Pero la felicidad de la pareja no duró mucho. En 1765, Jorge sufrió un ataque de enfermedad mental tan grave que sus ministros propusieron que Carlota ocupara temporalmente el trono mientras el rey estaba incapacitado.
Aunque el rey se recuperó pronto, sufrió una recaída tras otra, y finalmente quedó claro que su enfermedad mental no pasaría. El rey sufría manías, depresión, alucinaciones y convulsiones, y los historiadores cuentan que atacaba e incluso agredía sexualmente a miembros de su familia.
Estos ataques de enfermedad devastaron a la reina. "La reina está casi dominada por un terror secreto", escribió Francis Burney, uno de los asistentes de Carlota, en 1788. "Me afecta más allá de toda expresión en su presencia, ver qué luchas hace para mantener la serenidad". Con el tiempo, los ataques se convirtieron en episodios prolongados, y el rey fue aislado e incluso encarcelado.
El estigma social y la falta de comprensión de las enfermedades mentales hacían casi imposible ayudar al rey "loco" u obtener el tipo de apoyo que ahora se considera clave para los cuidadores y seres queridos de las personas con enfermedades mentales.
Finalmente, el hijo de Carlota, Jorge (más tarde Jorge IV), asumió el trono como regente. Pero su marido seguiría enfermo el resto de su vida, y en 1789 el pelo de la reina "se había vuelto blanco bajo el estrés de la enfermedad del rey". Cuando Carlota murió en 1818, su marido estaba tan enfermo que no comprendió que su esposa había muerto.
Jorge III y la reina Carlota posan con sus hijos. La reina dio a luz a 15 hijos, una responsabilidad de su cargo que le resultaba especialmente agotadora.
¿Fue realmente Carlota la primera reina negra de Gran Bretaña?
Hoy se recuerda a Carlota como una esposa fiel y una figura trágica relacionada con la enfermedad mental del rey. Pero algunos la consideran digna de mención por otra razón: afirman que fue la primera reina negra o birracial de Gran Bretaña. Durante décadas, los historiadores han debatido si los lazos ancestrales de Carlota con la aristocracia portuguesa significaban que tenía la piel morena, algunos describen su ascendencia como mora.
Los que creen que tenía ascendencia negra señalan retratos que muestran lo que describen como rasgos "africanos" y afirman que otras representaciones de la época que muestran a la reina como de piel clara habrían ocultado su ascendencia para ajustarse a los ideales de belleza eurocéntricos de la época. Pero otros afirman que la ascendencia de la reina era tan lejana que probablemente no afectó a su aspecto, y sostienen que las concepciones modernas de la raza son las que impulsan la creencia de que Carlota era negra.
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Dado que es imposible determinar cómo era Carlota en la vida real, es probable que la discusión nunca quede zanjada. Tampoco lo hará el interés público por la vida de Carlota, como demuestra la nueva serie de Netflix, que ha ganado adeptos, encantado a los críticos y atraído una nueva atención sobre la vida de la trágica reina. Pero como dice la narradora Julie Andrews en la propia serie: "Es ficción inspirada en hechos reales".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.