La IA acaba de descifrar parte de un antiguo pergamino "ilegible": esto es lo que dice
Los pergaminos de Herculano resultaron tan dañados por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. que los eruditos temieron que la antigua biblioteca se perdiera para siempre. Eso acaba de cambiar con la ayuda de la tecnología y un premio millonario.
Un rollo de papiro carbonizado desenterrado de una villa de la rica ciudad de Herculano, destruida por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Los investigadores han anunciado esta semana un importante paso adelante en la "lectura" de los textos grabados en estas frágiles cáscaras, que podrían incluir obras literarias y filosóficas desconocidas hasta ahora.
La comunidad investigadora ahora es capaz, con ayuda de la inteligencia artificial, de leer pasajes del texto de 2000 años de antigüedad de un pergamino carbonizado en la erupción del Vesubio del año 79 d.C. que durante mucho tiempo se consideró ilegible. El avance fue anunciado el lunes por los organizadores del Desafío del Vesubio, una competición mundial que ofrece cerca de un millón de euros en premios a quienes consigan resultados significativos en la aplicación de técnicas de aprendizaje automático para extraer textos perdidos hace mucho tiempo de los famosos pergaminos de Herculano, una antigua biblioteca que se daba por perdida para siempre.
Unos 1800 rollos de papiro (que se cree que contenían obras literarias y filosóficas de los siglos I y II a.C.) fueron descubiertos en 1752 por unos obreros que excavaban en la antigua ciudad de Herculano, cerca de Pompeya. Los pergaminos habían quedado reducidos a trozos quebradizos y carbonizados por el calor y los gases de la erupción, y los que los trabajadores no tiraron hace más de 250 años han languidecido desde entonces en los almacenes, clasificados como curiosidades indescifrables.
Los avances tecnológicos de las dos últimas décadas han ayudado a los investigadores a acercarse a la posibilidad de poder "leer" los frágiles pergaminos. Pero sólo la reciente aceleración de la inteligencia artificial y la informática han hecho posible por fin empezar a desvelar sus secretos, todo ello sin abrirlos.
Esta semana, el Desafío, respaldado por inversores de Silicon Valley, concedió su último premio, 700 000 dólares (649 000 euros), a un equipo de tres competidores (un estudiante universitario estadounidense, un estudiante egipcio de posgrado en Alemania y un ingeniero suizo de robótica) que trabajaron juntos para desvelar 15 columnas de texto con un total de más de 2000 caracteres de un pergamino intacto.
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Delicias epicúreas
Los papirólogos han elaborado una transcripción preliminar del texto recién revelado, que representa aproximadamente el 5% del contenido del pergamino. Todavía están trabajando para analizar el texto, pero han compartido algunos fragmentos que equivalen a un "blog de 2000 años de antigüedad sobre cómo disfrutar de la vida", según los organizadores del concurso.
Los caracteres griegos πορφύραc, que deletrean la palabra "púrpura", se encuentran entre los caracteres y múltiples líneas de texto que han extraído los concursantes del Desafío del Vesubio Luke Farritor y Youssef Nader.
Basándose en lo que han averiguado hasta ahora, los papirólogos sospechan que el escriba anónimo era Filodemo, seguidor del filósofo griego Epicuro, que valoraba el placer por encima de todo. Un pasaje, por ejemplo, contempla cómo la abundancia o la escasez pueden afectar a fuentes de placer como la música y la comida. "No creemos de inmediato que las cosas escasas sean absolutamente más placenteras que las abundantes", escribe el autor.
Los historiadores sospechan que Filodemo era el filósofo residente en la villa de Herculano donde se encontraron los pergaminos carbonizados, probablemente propiedad del suegro de Julio César. El texto descifrado menciona a Xenophantos, por ejemplo, que podría ser el mismo músico que Filodemo menciona en otros escritos. El autor también criticó a sus adversarios (probablemente los estoicos) por no tener "nada que decir sobre el placer, ni en general ni en particular, cuando se trata de una cuestión de definición".
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"Los pergaminos son legibles"
Los nuevos pasajes revelados se basan en "πορφύραc", una sola palabra del pergamino, que dos de los tres competidores ganadores revelaron de forma independiente en octubre. Esta colorida palabra del griego antiguo hace referencia al tinte púrpura o a la ropa de color púrpura, un color estrechamente asociado con la realeza y el poder.
"Sabíamos que si podíamos leer un solo [pergamino], todos los demás estarían disponibles con el mismo método o con algún método aumentado", dijo en octubre Brent Seales, informático de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos) que lleva 20 años intentando descifrar los pergaminos de Herculano y dirige la Iniciativa de Restauración Digital de la universidad: "Ahora estamos demostrando no sólo a nosotros mismos, sino a toda la comunidad mundial, que los pergaminos son legibles".
A medida que avancen en el desciframiento de los pergaminos de Herculano, los investigadores sospechan que encontrarán muchas más reflexiones epicúreas. Un estudioso comparó al dueño de la villa, obsesionado con Epicuro, con "el tipo de persona que colecciona todos los discos de un grupo y todas las portadas de ese grupo, pero nada más".
Pero, más allá de eso, lo único que pueden hacer los estudiosos es hacer conjeturas y elaborar sus listas de deseos. Quizá los pergaminos contengan otros tipos de filosofía griega, como obras de Aristóteles o textos estoicos. O tal vez literatura latina o escritos desaparecidos hace mucho tiempo de autores como Safo, Homero y Sófocles. Algunos investigadores sugieren que los pergaminos también podrían aportar nuevos conocimientos sobre el cristianismo primitivo. Pero eso sólo lo dirá el tiempo, y el desenvolvimiento y transcripción virtuales.
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Vista de Herculano, una rica ciudad turística situada en el flanco occidental del Vesubio, que fue destruida junto con Pompeya en la erupción del año 79 d.C.
Leyendo los pergaminos de Herculano
Desde mediados del siglo XVIII se ha intentado leer algunos de los pergaminos menos dañados de Herculano. Un método consistía en cortar los pergaminos por la mitad y raspar las capas una a una para ver el texto del interior; otro consistía en desenrollar lentamente los pergaminos con una máquina especialmente construida para ello. Aunque estos métodos de los siglos XVIII y XIX permitieron a los conservadores copiar algunas de las palabras del interior, a menudo dañaron (o, lo que es peor, destruyeron por completo) muchos de los pergaminos en el proceso.
Entre 500 y 600 pergaminos carbonizados de Herculano (conservados en museos, universidades y colecciones nacionales de Inglaterra, Francia e Italia) permanecen sin abrir, aunque es difícil calcular la cifra exacta porque muchos están fragmentados. Los pergaminos restantes son extremadamente frágiles, lo que significa que desenrollarlos físicamente no es una opción viable. "Si se te cae uno, se rompe como el cristal", explica Seales.
Los avances tecnológicos desde principios de la década de 2000 han ayudado a los investigadores a superar este obstáculo, por ejemplo mediante el uso de tomografías computarizadas para obtener imágenes en 3D de los pergaminos antiguos. A partir de ahí, el equipo de la Iniciativa de Restauración Digital de Seales desarrolló un software que podía "desenvolver virtualmente" las imágenes 3D para producir segmentos aplanados. Este método les permitió leer el texto hasta entonces oculto del pergamino de Ein Gedi, un pergamino carbonizado y fragmentado de Oriente Próximo datado en el siglo III o IV d.C.
Sin embargo, cuando los investigadores intentaron utilizar este método para leer los pergaminos carbonizados por el Vesubio, se toparon con otro obstáculo. La tinta utilizada en el pergamino de Ein Gedi contenía metal, por lo que las letras eran visibles en la tomografía. Los pergaminos de Herculano, en cambio, estaban escritos con tinta a base de carbono, lo que, para el ojo humano, hace que los símbolos no se distingan del papiro carbonizado en las tomografías.
Sin inmutarse, los investigadores se preguntaron si los escáneres de mayor resolución de los pergaminos producidos por un acelerador de partículas podrían proporcionar una visión aún más detallada del papiro carbonizado. Efectivamente, a resoluciones muy altas, los escáneres revelaron zonas visibles en las que la tinta había alterado ligeramente la forma y la textura de las fibras del papiro. "La tinta a base de carbono rellena los agujeros que forman la cuadrícula del papiro, los recubre y los hace un poco más gruesos", explica Seales.
Seales y sus colegas de la Iniciativa de Restauración Digital desarrollaron y entrenaron un modelo de aprendizaje automático para detectar estas sutiles diferencias en las superficies carbonizadas del papiro. Pero para llevar el proyecto más lejos, necesitaban la ayuda de seres humanos. Ahí es donde entra en juego el Desafío Vesubio. Con la esperanza de aprovechar el poder colectivo de los ciudadanos científicos de todo el mundo, Seales se asoció con inversores de Silicon Valley y subió a internet los datos, el código y los métodos de su equipo para que cualquiera pudiera acceder a ellos. ¿El argumento del reto? Después de 275 años, el enigma de los pergaminos de Herculano se ha reducido a un problema de software al que, en teoría, cualquier persona con acceso a un ordenador podría contribuir.
Ciencia ciudadana
En marzo de 2023, el equipo del Desafío del Vesubio publicó miles de imágenes en 3D de dos pergaminos enrollados de Herculano, así como un algoritmo de aprendizaje automático entrenado para detectar las letras y símbolos invisibles escritos en las capas de papiro carbonizado. También ofrecieron un premio de un millón de dólares para incentivar a los participantes a desarrollar la tecnología de IA y, en última instancia, acelerar el descifrado.
Brent Seales y su equipo escanean en 3D un pergamino de Herculano con líneas láser rojas en el Instituto de Francia. Los pergaminos de Herculano se encuentran entre los más emblemáticos e inaccesibles de la vasta colección mundial de manuscritos dañados.
Tres competidores extrajeron las nuevas columnas de texto trabajando en colaboración: Luke Farritor, estudiante de la Universidad de Nebraska-Lincoln (EE. UU.); Youssef Nader, estudiante de doctorado de la Freie Universität de Berlín; y Julian Schilliger, que acaba de obtener su máster en robótica por la ETH de Zúrich (Suiza). Se reparten el gran premio de 700 000 dólares por ser los primeros competidores en revelar al menos cuatro pasajes separados de 140 caracteres cada uno, sin que falte ni sea ilegible más del 15 por ciento de los caracteres, antes de finales de 2023.
Los tres habían ganado premios anteriores en el concurso. Farritor y Nader compartieron el premio de 50 000 dólares a las "primeras letras" por revelar por separado el πορφύραc (Farritor obtuvo 40 000 dólares por ser el primero, mientras que Nader se llevó los 10 000 restantes). Schilliger, por su parte, ganó tres premios de progreso más pequeños por un total de 14 500 dólares.
Aunque ya se ha concedido el gran premio de 2023, el concurso está lejos de terminar. Los organizadores han anunciado nuevos incentivos para 2024, entre ellos 100 000 dólares para la primera persona o equipo que consiga desvelar el 90% del texto de cada uno de los cuatro pergaminos proporcionados por el Desafío. Los organizadores creen que esto sentará las bases para poder leer todos los textos antiguos.
Los ciudadanos científicos pueden encontrar en Internet todo lo que necesitan, desde la historia de los propios pergaminos hasta datos, algoritmos y tutoriales descargables. Y aunque el concurso está abierto a todo el mundo, se trata de un trabajo técnico que hasta ahora ha atraído sobre todo a informáticos ya versados en el aprendizaje automático. Los concursantes están ayudando a avanzar en el proyecto desenvolviendo virtualmente secciones adicionales de pergaminos mediante software y métodos desarrollados por Seales; también están trabajando para mejorar el modelo de aprendizaje automático proporcionándole ejemplos de entrenamiento adicionales a partir de los segmentos digitales de papiro recién desenvueltos.
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Curiosidad y prestigio
Los competidores (entre 1500 y 2000 en total, según Seales) han hecho su parte. En menos de un año, han dado pasos de gigante hacia la resolución de un rompecabezas que ha tenido a la gente aturdida durante siglos. "Hemos visto 10 o 20 años de trabajo por persona de estos competidores", dice Seales.
¿Qué motiva a los concursantes a dedicar horas y horas de su tiempo al proyecto? El premio en metálico es un factor importante, pero, además, a algunos concursantes simplemente les intrigan los pergaminos en sí. "Cuando las cosas se ponían un poco frustrantes y no funcionaban, me sentía incapaz de rendirme porque sentía demasiada curiosidad: realmente necesito saber qué está pasando aquí", dice Nader.
También está el atractivo de trabajar en un proyecto respaldado por empresarios e inversores de Silicon Valley. Nat Friedman, antiguo CEO de GitHub, lanzó el concurso junto con Daniel Gross, inversor de capital riesgo; otros fundadores de startups e inversores también aportaron dinero para los premios. "Hay una especie de prestigio de Silicon Valley", dice Farritor, que pasó el verano pasado haciendo prácticas en SpaceX.
A partir de aquí, el modelo de aprendizaje automático debería seguir mejorando aún más y revelar más letras hasta que, idealmente, los investigadores puedan descifrar todos los pergaminos de Herculano. Estos esfuerzos podrían allanar el camino para futuras excavaciones en Herculano, donde los expertos creen que aún hay más pergaminos enterrados y más textos perdidos de escritores antiguos.
"Algunos pensarán: '¿Para qué os tomáis tantas molestias? "Se trata de un periodo asombroso de la historia de la humanidad. Estamos hablando de tener más obras de ese periodo. Sí, quiero más, lo quiero todo".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.