Las fuerzas británicas hacen explotar 7000 toneladas de excedentes de munición en la isla de Helgoland

Recordando la vez que los británicos intentaron volar una isla con bombas no atómicas

Se suponía que una de las mayores explosiones no nucleares planificadas de la historia iba a arrasar una isla del Mar del Norte más pequeña que la Casa de Campo de Madrid. ¿Qué ocurrió en realidad?

En una de las mayores detonaciones no nucleares planificadas de la historia, las fuerzas británicas hicieron explotar 7000 toneladas de excedentes de munición en la pequeña isla de Helgoland, en el Mar del Norte, durante la "Operación Big Bang", el 18 de abril de 1947.

Fotografía de dpa, picture alliance, Getty Images
Por Tom Metcalfe
Publicado 18 ene 2024, 12:44 CET

La diminuta isla alemana de Heligoland, en el Mar del Norte, es hoy un idilio turístico y el centro de una floreciente industria de turbinas eólicas marinas. Pero esta aparentemente inofensiva porción de tierra supuso en su día una amenaza tan grave que uno de los mayores imperios del mundo intentó volarla.

Heligoland (o Helgoland, en alemán) está estratégicamente situada a unos 48 kilómetros de la costa noroeste alemana, al borde del Mar del Norte, y reyes daneses y duques alemanes se la disputaban desde la época medieval. Su nombre puede significar "tierra santa", quizá porque allí se veneraba en la antigüedad a la diosa germánica de la fertilidad Nerthus, y ocupa menos de 2,5 kilómetros cuadrados (casi cuatro veces más pequeña que la Casa de Campo de Madrid). Normalmente no es visible desde el continente y se considera la única isla offshore de Alemania. Actualmente viven en ella unas 1200 personas, mientras que a 400 metros de distancia hay una isla aún más pequeña y deshabitada.

Cómo pasó Heligoland de islote abandonado a amenaza especial

En 1807, durante las guerras napoleónicas, Gran Bretaña arrebató la isla a Dinamarca tras imponer un bloqueo naval a Europa. Los británicos vieron en Heligoland una moneda de cambio para convencer a la neutral Dinamarca de que se aliara contra Francia, pero acabaron gobernando la isla.

A finales de siglo, sin embargo, el Almirantazgo británico apenas le daba utilidad y en 1890 la canjeó por el control de Zanzíbar, una isla del océano Índico gobernada entonces por Alemania.

El Kaiser Guillermo II, nuevo líder de la recién unificada Alemania, equipó con orgullo su reciente adquisición con fortificaciones y cañones para proteger otra nueva creación: el Canal de Kiel, terminado en 1895 para unir el Mar del Norte con el Báltico.

Bomba británica de 5 toneladas sin explotar recuperada en una playa de Helgoland en 1961. Este tipo de bomba fue una de las más grandes utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial.

Fotografía de Gerd Herold, picture alliance, Getty Images

Heligoland fue considerada una amenaza especial para las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania construyó fortificaciones e instalaciones adicionales en la isla para apoyar a su flota naval durante la Batalla del Atlántico, incluyendo túneles subterráneos, artillería costera, un aeródromo militar y hangares de almacenamiento fuertemente reforzados para los submarinos nazis.

Pero Heligoland desempeñó un papel secundario en la guerra hasta que fue bombardeada intensamente por Gran Bretaña en 1945 y Alemania evacuó a los aproximadamente 2000 isleños al continente. Gran Bretaña ocupó entonces la isla desierta, y después de la guerra utilizó sus túneles subterráneos para almacenar peligrosas cantidades de excedentes de munición. Dos años más tarde, en 1947, las autoridades británicas vieron la oportunidad de deshacerse para siempre de la problemática isla, que ahora veían como un bastión naval potencial para los enemigos británicos del siglo XX, especialmente Alemania.

La "Operación Big Bang" (codificada con el típico eufemismo británico) tuvo lugar el 18 de abril de 1947, con la detonación en la isla de más de 7000 toneladas de excedentes británicos de munición de guerra, incluidos proyectiles navales y bombas aéreas, almacenados en la isla de Heligoland.

Quienes se oponían al plan, tanto en Gran Bretaña como en Alemania, temían que la explosión hiciera añicos la porosa arenisca de la isla y la destruyera por completo. La idea era especialmente común en la Alemania de posguerra, donde la ocupación continuada de la isla por los británicos se había convertido en una afrenta nacional para un país derrotado.

Pero los británicos no esperaban que Heligoland fuera completamente arrasada, dice Jan Rüger, historiador de la Universidad Birbeck de Reino Unido y autor de Heligoland: Britain, Germany, and the Struggle for the North Sea [Heligoland: Gran Bretaña, Alemania y la lucha por el Mar del Norte].

"No podían estar completamente seguros de lo que ocurriría, pero su intención era, en primer lugar, destruir todas las instalaciones militares que quedaban en la isla", afirma. "Y en segundo lugar, era mostrar al público nacional y extranjero (especialmente en Alemania) que la tradición del militarismo alemán había llegado a su fin".

La explosión fue equivalente a 3,2 kilotones del explosivo TNT y fue la mayor explosión artificial no nuclear de la historia mundial hasta la pruebas Minor Scale de la Agencia Nuclear de Estados Unidos en 1985.

Sólo un edificio quedó en pie en la isla: una torre antiaérea alemana que fue reconstruida como faro. La red de túneles subterráneos de Heligoland y otras instalaciones militares fueron reducidas a escombros.

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      Izquierda: Arriba:

      Vista de Helgoland antes de la Operación Big Bang de 1947. Los británicos ya habían dañado gravemente la isla durante una serie de ataques aéreos en abril de 1945.

      Fotografía de epd-Bild, picture alliance, Getty Images
      Derecha: Abajo:

      Unos 2000 habitantes de Helgoland fueron evacuados a la Alemania continental durante la II Guerra Mundial; regresaron a su isla después de que los británicos la devolvieran a Alemania en 1952. Aquí, un hombre junto a su casa en ruinas tras regresar a Helgoland ese año.

      Fotografía de Jochen Blume, picture alliance, Getty Images

      Rüger afirma que la forma de la isla cambió drásticamente con la operación Big Bang. "Pero siguió en pie y se convirtió en un símbolo para los alemanes después de la guerra, a quienes les gustaba verse a sí mismos como víctimas y no como autores", señala.

      Uno de los pocos helgolándicos que aún viven de aquella época recuerda haber oído la explosión como un "estruendo, como un trueno" en la ciudad costera alemana de Cuxhaven, a unos 60 kilómetros de distancia. "En ese momento, todos lo tuvimos claro: Heligoland había volado por los aires", declaró el guía turístico Olaf Ohlsen a Der Spiegel en 2017.

      Ohlsen tenía 11 años y regresó con otros isleños en 1952, cuando Gran Bretaña devolvió Heligoland a Alemania. Recordó haber buscado un cementerio donde se suponía que debía depositar flores, pero no pudo encontrarlo en medio de la destrucción. "Ni siquiera pude encontrar la iglesia", recuerda; "la vista era horrible".

      Pero una cosa consiguió sobrevivir a la operación Big Bang: una morera prominente y nudosa que sobrevivió a la explosión de 1947 y que hoy se conoce como el "Milagro de Heligoland".

      El árbol representa la resistencia de la isla, declaró Ohlsen a Der Spiegel: "Es el símbolo de nuestra voluntad de sobrevivir, de nuestra voluntad de volver a empezar".

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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