Nurarihyon, el mítico demonio japonés que ha inspirado al manga 'Demon Slayer'
A menudo representado como un yokai (ser sobrenatural) anciano con cabeza en forma de calabaza y ataviado con una túnica tradicional kesa, Nurarihyon ha servido de inspiración para las narraciones modernas desde el siglo XVIII.
Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba, una serie manga japonesa lanzada en 2016, se ha convertido rápidamente en una de las franquicias mediáticas más exitosas hasta la fecha. La historia sigue al adolescente Tanjiro Kamado, que se convierte en cazador de demonios después de que su familia sea masacrada y su hermana pequeña Nezuko se convierta en un demonio.
A lo largo de la serie, Tanjiro y sus compañeros se enfrentan a diversos monstruos, muchos de los cuales se asemejan a los demonios (también llamados oni ) del folclore japonés. En el centro de todos ellos está Muzan Kibutsuji, el enigmático rey demonio que refleja el poder, la influencia, el engaño y las habilidades para cambiar de forma de Nurarihyon, un legendario yokai ( criatura sobrenatural).
"[Los yokai] suelen ocupar una zona espiritual intermedia entre los kami (dioses o espíritus del Shintō) y los oni", afirma John Pavel Kehlen, profesor de literatura asiática en la Universidad Soka de América (en California, EE. UU.): "No residen ni en el cielo ni en el infierno, sino que viven en el mundo humano porque tienen algún apego persistente, ya sea ira, obsesión romántica, ansia o el deseo de engañar a la gente".
Aunque los orígenes de Nurarihyon son turbios, ha influido en el manga y el anime del siglo XXI. Aparece en series de anime como GeGeGe no Kitarō, Nurarihyon no Mago y Hozuki no reitetsu, el cuasi demonio también desempeñó un papel esencial en novelas gráficas como Nura, el señor de los yokai (traducción del manga y animé Nurarihyon no Mago) y La libreria encantada: portal a un universo paralelo.
Desde inspirar personajes y temas hasta dar forma a la estética visual y el contexto cultural, he aquí cómo esta antigua criatura sigue cautivando al público.
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Orígenes confusos
Las imágenes de Nurarihyon, comúnmente representado como una figura anciana con una cabeza prominente y redondeada, aparecieron por primera vez durante el periodo Edo de Japón en Hyakkai Zukan, de Sawaki Sūshi, y Gazu Hyakki Yagyō [Desfile nocturno de los cien demonios], de Toriyama Sekien.
Según Michael Dylan Foster, profesor de lenguas y culturas de Asia Oriental en la Universidad de California (Estados Unidos) y autor de The Book of Yokai: Mysterious Creatures of Japanese Folklore [El libro de los yokai: criaturas misteriosas del folclore japonés], Nurarihyon suele aparecer en el folclore como un yokai benigno que se cuela en las casas para disfrutar del té u otras comodidades mientras sus ocupantes están ausentes.
Sin embargo, con el tiempo se ha ganado la reputación de ser astuto y taimado, y utiliza sus habilidades para cambiar de forma y manipular para burlar a los humanos y a otros yokai. Zack Davisson, escritor y folclorista japonés, afirma que el cambio de personalidad podría tener su origen en el cuento de Koshoku Haidokusen sobre un hombre casado que se enamora de una prostituta. En el cuento, Nurarihyon se presenta como una "criatura sin rostro, tipo pez gato, que es el espíritu del engaño".
Esta narración suscitó teorías que proponían una correlación con las legendarias criaturas marinas esféricas del mar interior de Seto, en la prefectura de Okayama, comúnmente llamadas umi bozu. Estos bulbos, del tamaño de la cabeza de un ser humano, provocan y eluden a los pescadores, sumergiéndose justo fuera de su alcance antes de resurgir burlonamente, dice Foster, lo que podría aludir a la naturaleza enigmática de Nurarihyon.
Davisson añade que la representación que hizo Mizuki Shigeru de Nurarihyon en el anime GeGeGe no Kitarō desempeñó un papel crucial en la creación de los yokai que vemos en la cultura pop actual. En la serie, Nurarihyon es el comandante supremo de todos los seres sobrenaturales y el líder del desfile nocturno de los yokai.
Según Foster, el folclorista Fujisawa Morihiko etiquetó una imagen de Nurarihyon en su libro con la leyenda "yōkai no oyadama", que podría traducirse como "líder de los yokai", "jefe yokai" o "jefe yokai".
Foster afirma que la forma en que Nurarihyon ha mantenido su relevancia en la actualidad puede deberse a la naturaleza única de los yokai.
"Quizá sea la indeterminación folclórica de Nurarihyon (el hecho de que sea una figura de aspecto interesante pero sin características claras) lo que le ha permitido convertirse en una especie de figura mutable que puede desarrollarse de diversas formas en los materiales de la cultura popular", afirma.
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Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.