¿Cómo y por qué desapareció Agatha Christie? Las cuatro teorías sobre una de las desapariciones más mediáticas
Agatha Christie es quizá la escritora de novelas de misterio más emblemática de todos los tiempos. Pero al principio de su carrera, la novelista fue el centro de su propio misterio cuando desapareció sin dejar rastro durante 11 días, desatando un frenesí mediático mientras la policía y el público por igual trataban de investigar lo que le había ocurrido.
A las 21.45 horas del viernes 3 de diciembre de 1926, la prometedora escritora de novelas de misterio Agatha Christie metió en su coche Morris Cowley una pequeña maleta, su carné de conducir, una foto de su hija pequeña y una gran cantidad de dinero en efectivo, y se adentró en la fría noche de Berkshire, Inglaterra.
A la mañana siguiente, el coche abandonado, con la maleta y el abrigo de piel todavía dentro, apareció en una cantera de tiza con los faros encendidos; no había ni rastro de la escritora, de 36 años.
Durante 11 días, la búsqueda, cada vez más frenética, se convirtió en un circo mediático mundial, con titulares sensacionalistas diarios en las portadas de los periódicos y 15 000 ciudadanos detectives voluntarios recorriendo la campiña inglesa.
Las teorías oscilaban entre el suicidio, el asesinato, la crisis nerviosa o una arducia publicitaria de una escritora que llevaba publicadas seis novelas de misterio en seis años. Aunque gozaba de un éxito modesto, Agatha Christie aún no era un nombre conocido ("Misterio por la desaparición de una novelista", rezaba un titular del Daily Mail).
Finalmente, Christie fue encontrada a unos 350 kilómetros de distancia, en el Swan Hydropathic Hotel de Harrogate, Yorkshire, el 15 de diciembre. Registrada bajo seudónimo, parecía sufrir amnesia y fue vista leyendo un periódico en el que su propia desaparición era noticia de primera plana. Cuando su marido llegó a recogerla, Christie lo reconoció como familiar, pero dijo que no podía ubicarlo. Los dos se sentaron a cenar incómodamente mientras los periodistas tomaban notas para la portada del día siguiente.
"Resuelto el misterio de la novelista desaparecida", rezaba un titular. Pero no podían estar más equivocados. Un siglo después, los biógrafos de Christie y los detectives en la vida real siguen intentando resolver un misterio centenario: ¿por qué desapareció la escritora más famosa del mundo durante 11 días en 1926?
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Sabuesos en busca de Agatha Christie el 12 de diciembre de 1926. Unos 15 000 detectives ciudadanos voluntarios se unieron a la policía para rastrear la campiña inglesa en busca de rastros de la escritora desaparecida.
Teoría 1: Buscaba vengarse de su marido
Un detective inteligente como Hércules Poirot, su creación más famosa, daría sin duda con el sospechoso más probable en un caso de desaparición: el marido de Christie, el elegante oficial de aviación Archibald Christie, con quien llevaba casada 12 años y tenía una hija de siete años, Rosalind.
¿Fue feliz su matrimonio? Así se lo aseguró Archie a los investigadores, que en un principio consideraron al marido un caballero y un héroe de guerra. Un marido del que, no obstante, fueron sospechando cada vez más. Una pista pertinente: su esposa había dejado una nota, dijo Archie a la policía, pero él ya la había leído y destruido.
Sin embargo, Archie tenía una coartada corroborada: ese fin de semana había visitado a unos amigos en una casa de campo cercana. No mencionó a los investigadores que la ocasión era una fiesta de compromiso con su amante y futura nueva esposa, una amiga de la familia mucho más joven llamada Nancy Neele.
Resulta que Agatha estaba al corriente de la aventura de su marido y que la pareja había discutido por ello el mismo día de su desaparición. En su biografía de 1977, Agatha citaba a su marido: "Me he enamorado de [Nancy], y me gustaría que me dieras el divorcio tan pronto como se pueda arreglar" (naturalmente, no dijo nada de esto a la policía).
¿Podría la futura exseñora Christie, enfurecida por la aventura de su marido y humillada por su fiesta de "compromiso", haber urdido un plan para sabotear los festejos inculpándole de asesinato? Muchos biógrafos a lo largo de los años así lo creen. Su desaparición, perfectamente sincronizada, exigió el regreso inmediato de Archie, arruinando la celebración y arrojando sospechas sobre su marido, que se vio obligado a fingir públicamente el matrimonio feliz que Agatha deseaba desde el principio.
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Teoría 2: Intentó suicidarse y luego trató de encubrirlo
El complicado esquema anterior, sin embargo, requeriría que la mente de la escritora fuera aguda y sana, lo que probablemente no era el caso. 1926 no había sido bueno para Agatha Christie; su madre había muerto, su mejor amiga Charlotte se había marchado y Archie, en lugar de ayudar a su mujer sobrellevar estas pérdidas, pasaba más tiempo en el extranjero.
"Por primera vez en mi vida me encontraba realmente enferma", escribió Christie en su autobiografía, citando las lágrimas, el olvido y el insomnio como “el principio de un ataque de nervios”. La noche de la desaparición, en una carta a Charlotte entregada a la policía, Christie escribió su necesidad de "salir de aquí" porque "no es justo".
La autobiografía de Christie, por lo demás reveladora, omite por completo su extraña desaparición, de la que sólo habló públicamente una vez para defenderse durante su turbio divorcio. "Sentí que no podía más", dijo en una breve entrevista a The Daily Mail. "Aquella noche salí de casa en un estado de gran tensión nerviosa con la intención de hacer algo desesperado", añadió.
Incluso si "algo desesperado" implicaba el suicidio, ella mantuvo que en absoluto lo intentó, una distinción crucial, ya que el suicidio era tanto un crimen como un pecado que podía hacer perder a la futura divorciada la custodia de su hija. En su lugar, la autora describió una escena dramática: "El coche golpeó algo con un tirón y frenó bruscamente. Salí despedida contra el volante y mi cabeza chocó contra algo. Hasta ese momento yo era la Sra. Christie". ¿Después de ese momento? Afirmó que el golpe le produjo amnesia temporal.
Tras haber viajado al mismo lugar donde Christie abandonó su coche, la biógrafa Laura Thompson está (casi) convencida de que Agatha planeó suicidarse. "Es un lugar espeluznante e inquietante, con agua por todas partes, en medio de la nada", dice Thompson (el coche de Agatha, que conste, estaba dañado pero se podía conducir, con el depósito lleno).
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Teoría 3: Realmente sufría una rara forma de amnesia
Si la señora Christie desapareció en el momento en que fue arrojada contra el volante, ¿quién se dirigió entonces a la estación de tren, compró un billete a Harrogate y se registró en el lujoso Swan Hydropathic Hotel?
Agatha Christie apareció por fin el 15 de diciembre en el famoso hotel Old Swan de Harrogate, en North Yorkshire (Inglaterra). Registrada bajo seudónimo, parecía sufrir de amnesia, leyendo un periódico en el que su propia desaparición era noticia de primera plana.
Técnicamente, una misteriosa viajera de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, llamada "Sra. Teresa Neele". Sí, Neele; de todos los seudónimos que Christie podría haber elegido, escogió el apodo de la amante de su marido y lo firmó con su propia y distintiva letra. Dependiendo de cómo se mire, la jugada es una pista deliberada, un error tonto o una acción sin sentido que prueba la historia oficial de Christie: "confusión" y “pérdida de memoria”.
En la mencionada carta a Charlotte, Christie señaló un preocupante síntoma físico que podría apuntar a un raro fenómeno psiquiátrico: "Me estalla la cabeza".
Alrededor del 85% de las personas con trastornos disociativos sufren fuertes dolores de cabeza y, dentro de este grupo, la poco conocida "fuga disociativa", en la que un trauma emocional provoca una amnesia temporal. Los afectados suelen deambular y viajar, aparentando normalidad ante espectadores desprevenidos. En este caso, y muy al contrario de la idea de que Christie estaba abatida, la "señora Neele" pasaba el tiempo fuera interactuando con los clientes, cantando y bailando el charlestón, durmiendo hasta tarde y disfrutando del desayuno en la cama.
Aunque aparentemente se lo pasaba en grande, Christie sufría un "colapso cataclísmico" causado por una "angustia mental aguda", dice Thompson. Pero aunque algunos biógrafos han argumentado que esto resuelve el misterio, Thompson dice que no se cree la historia de la amnesia ni por un minuto: "En absoluto. Creo que fue algo que se les ocurrió como tapadera". Si la escritora no quería tener que volver a explicar nada, la pérdida de memoria era una excusa infalible.
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Teoría 4: Fue el mayor y mejor truco publicitario que el mundo había visto jamás
Durante los 11 días que Christie estuvo desaparecida, Archie desató otra teoría en una entrevista a The Daily Mail. "Mi esposa había discutido la posibilidad de desaparecer a voluntad (...) la ingeniería de una desaparición había estado rondando por su mente, probablemente con el propósito de su trabajo".
En el momento de su desaparición, Christie era una escritora de éxito, pero aún no una sensación literaria. Acababa de publicar su sexta novela, El asesinato de Roger Ackroyd, que llamó la atención por su (alerta de spoiler) impactante giro final: el propio narrador es el asesino.
Aunque esto no pueda parecer gran cosa ahora que existen películas como El club de la lucha o Perdida, los narradores poco fiables eran una novedad en 1926, y los lectores se sintieron engañados. Como dice la biógrafa Lucy Worsley en Agatha Christie: A Very Elusive Women [Agatha Christie: una mujer muy esquiva], la autora tenía "una creciente reputación de astucia".
Algunos han sostenido que la desaparición de Agatha Christie, que duró once días, no fue más que una maniobra para dar publicidad a su floreciente carrera como escritora de novelas de misterio. Y, de hecho, los tabloides británicos informaron sin descanso sobre su caso, incluido este artículo de The Daily News en el que se especula sobre cómo la escritora podría haberse disfrazado.
La idea de que todo el incidente fue un truco publicitario para hacerse famosa sigue siendo popular hoy en día y, de ser cierta, funcionó espectacularmente: los periódicos publicaron sus novelas por entregas junto a la noticia de su desaparición, y las ventas de libros se duplicaron de inmediato. Christie dejó de percibir humildes ingresos residuales de las pequeñas editoriales y firmó un exorbitante contrato de seis libros en 1930.
Planeada o no, la desaparición convirtió a Christie en uno de los primeros ejemplos de lo que Worsley denomina "autor-celebridad", lo cual no fue necesariamente bueno. Christie se hizo rica y famosa, pero la tercera autora más vendida del planeta (sólo superada por Shakespeare y la Biblia) vivió con el sombrío hecho de que su fabulosa carrera existió en gran parte gracias a su peor humillación. "Fue accidental y profundamente desagradable, pero se convertiría en uno de los pilares de su enorme éxito", escribe Worsley.
A diferencia de todos los demás misterios que Agatha Christie dio al mundo, éste no termina con Hércules Poirot deduciendo y concluyendo qué ocurrió, cómo y por qué. No es de extrañar que los detectives de Christie sigan rastreando la historia en busca de pistas: a pesar de todos los complicados personajes, giros argumentales, motivos secretos y pistas falsas, Christie dejó deliberadamente sin resolver su mayor historia de misterio: la suya propia.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.