¿Curas con IA?: así es como la tecnología está reinterpretando las religiones

Las aplicaciones para teléfonos inteligentes, las redes sociales y la inteligencia artificial están ayudando a que la religión sea más accesible. ¿Será suficiente para frenar el reciente declive de las creencias religiosas?

Por Daniel S. Levy
Publicado 27 dic 2024, 15:19 CET
Jóvenes coreanos de Seúl participan en un campamento de formación budista

Jóvenes coreanos de Seúl participan en un campamento de formación budista y utilizan gafas 3D y teléfonos inteligentes para aprender sobre su fe.

Fotografía de Lee Jin-man, AP Photo

Si se observan los datos demográficos, es posible descifrar una sencilla historia reciente sobre la religión en Estados Unidos, España y otros países occidentales: está en declive.

Según Gallup, el 98% de los estadounidenses creía en Dios en 1952, y sólo el 81% lo hacía en 2022. El 22% de los estadounidenses de un estudio de 2023 del Pew Research Center se identificaron como personas espirituales pero no religiosas; el 28% en 2024 se describieron a sí mismos como ateos, agnósticos o nada en particular. En Norteamérica y Europa, cifras similares reflejan un descenso generalizado de personas afiliadas a una religión organizada (aunque las cifras son bastante diferentes en Oriente Medio, el sur de Asia y América Latina, donde la religión está creciendo). 

España, por su parte, atraviesa mínimos históricos, con apenas un 19% de la población declarando ser católico practicante. Según el Observatorio del Pluralismo Religioso en España: "Desde el inicio del siglo XXI hasta 2021, las personas católicas han pasado de representar un 84,7% a un 61,4% de la sociedad española. [...] Las personas no creyentes y ateas han pasado del 9% y 4% respectivamente, al 21% y al 13% de la población".

La hermana Ilia Delio, profesora de teología en Villanova (Estados Unidos), ha observado de cerca los cambios en la fe, las creencias y la percepción. Y aunque ha analizado las tendencias, no cree que la fe en Dios esté desapareciendo. “No ha desaparecido, pero aparece de una forma nueva”, afirma. “Esto cambia realmente nuestra forma de pensar sobre estas cuestiones de Dios o la fe”, añade.

La tecnología (teléfonos inteligentes, redes sociales e incluso inteligencia artificial) está impulsando gran parte de este cambio, alterando la forma en que la gente encuentra enseñanzas religiosas,o personas afines o el modo en que reza. Hay sacerdotes robot que guían a la gente en busca de respuestas a las grandes preguntas, y una iglesia suiza incluso acaba de presentar a un Jesús de inteligencia artificial en uno de sus confesionarios. ¿Podrían estas nuevas formas tecnológicamente asistidas de llegar a las masas conducir a un renacimiento religioso? El futuro de la religión podría ser mucho más extraño de lo que sugieren los datos demográficos.

(Relacionado: ¿Qué es la religión?)

En Tiktok, la religión te encuentra

Lo cierto es que los datos demográficos ocultan una historia más matizada sobre el futuro de la religión.

Dios y la religión parecen estar en todas partes en el ciberespacio. En un ordenador o un teléfono, puedes encontrar una confesión o religión que se ajuste a tus valores, o simplemente un conjunto de ideas que te parezcan más adecuadas. Hace 50 años, si tenías alguna duda sobre tu fe, podías preguntar a tu líder religioso o a una persona destacada de tu comunidad. “Antes siempre se acudía al rabino local para hacerle una pregunta. Hoy no, sino que se le pregunta a Google”, dice Pinchas Goldschmidt, Presidente de la Conferencia de Rabinos Europeos.

Por supuesto, la mezcla de tecnología y religión no es nada nuevo. La introducción de la imprenta en la Europa del siglo XV hizo posible la producción masiva de libros. Los grupos protestantes recién formados la utilizaron para difundir sus ideas revolucionarias sobre el cristianismo, mientras la Iglesia Católica trataba de prohibir las obras consideradas herejía. En la actual era de la información, impulsada por Internet, la Hermana Ilia señala: “Tenemos todo a nuestra disposición. Así que es como elegir. Si no me gusta, no lo cojo. Si me gusta, lo cojo”.

Esta democratización del conocimiento está a la vista en Internet, con plataformas de redes sociales como Instagram, TikTok y Douyin repletas de vídeos cortos y hashtags como #diwali o #easter [pascua]. Aunque algunos contenidos son creados por personas con formación religiosa, muchos son producidos por otros con una ferviente vocación de publicar o encontrar personas con ideas afines. Miles de aplicaciones para teléfonos inteligentes ofrecen ayuda para rendir culto de la manera correcta y mucho más. Hay aplicaciones que permiten a los musulmanes localizar espacios de oración y restaurantes halal. Hay una aplicación que muestra a monjes budistas haciendo giros, saltos y volteretas que desafían la gravedad. “Ahora tenemos acceso a ideas y prácticas religiosas de todo el mundo a las que antes no teníamos acceso”, afirma Robert Geraci, Catedrático Distinguido Knight para el Estudio de la Religión y la Cultura del Knox College (Estados Unidos). “Eso te da una nueva perspectiva sobre lo que percibes en particular”, explica.

ShanDien Sonwai LaRance (hopi, tewa, navajo y assiniboine) creció en el oeste de Estados Unidos en la tradición de la danza del aro. La danza del aro hopi es una forma de rezar y de conectar con los espíritus, y LaRance se ha propuesto compartir y explicar la tradición en Instagram, TikTok, YouTube y Facebook.

Melinda Strauss empezó como bloguera de comida kosher y descubrió que a la gente le intrigaba que fuera una judía ortodoxa moderna. “Me di cuenta de que la gente realmente no sabe nada sobre los judíos, ni sobre nuestras costumbres y nuestras leyes. Así que empecé a responder preguntas con vídeos, y despegó de verdad”. Ahora tiene 1,3 millones de seguidores en TikTok y 156 000 en Instagram.

Monjas saltando de un armario o indicando si prefieren la oración de la tarde o de la mañana mientras suena It's Tricky, del grupo de hip-hop Run DMC, no es precisamente algo de lo que cabría esperar encontrar en una congregación profundamente religiosa. Pero las Daughters of St. Paul [Hijas de San Pablo] son una nueva generación de religiosas. Su orden se estableció para seguir el ejemplo del Apóstol, y utilizan los medios de comunicación para difundir la palabra sobre Cristo. Con 157 000 seguidores en TikTok, se han ganado merecidamente el apodo de Monjas Mediáticas. Su misión se ve favorecida por su genuina calidez. Dice la hermana Orianne Pietra René: “No solo estamos compartiéndonos auténticamente a nosotras mismas, porque nos gusta divertirnos, sino que estamos llevando la totalidad de lo que es Cristo a la totalidad de la persona que anhela esa alegría y esa vitalidad, esa plenitud de vida.”

Allá por 2019 Sabah Ahmedi, el imán de la mezquita Baitul Futuh de Londres, estaba en una tetería con un amigo. Ambos discutían sobre ideas erróneas sobre el islam. Esa charla inspiró a Ahmedi a construir su marca de redes sociales Young Imam para “ayudar a la gente a entender mejor el Islam.” Publica casi todos los días. En sus páginas, habla con seriedad y humor de todo, desde de rituales como la ablución (“Tenemos que lavarnos antes de ofrecer nuestra oración, porque es entrar en la mentalidad de la limpieza”) hasta de sus cafés favoritos.

(Relacionado: Cuaresma, Ramadán y Yom Kipur: ¿por qué todas las grandes religiones ayunan?)

La inteligencia artificial ayuda a los líderes religiosos a innovar

Pero más allá de que personas como LaRance, Strauss y el imán Ahmedi recurran a las redes sociales para difundir su mensaje, la religión se está viendo afectada por el extraordinario crecimiento de la inteligencia artificial.

Entre estas complejas tecnologías se encuentran los grandes modelos lingüísticos: sistemas entrenados con grandes cantidades de datos que pueden analizar y procesar el lenguaje y generar respuestas creíbles similares a las humanas.

Algunos líderes religiosos han adoptado este desarrollo. Al sacerdote Caru Das Adhikary, del templo Sri Sri Radha Krishna de Utah, le encanta la interpretación: “Me interesa contar historias, hacer rap y componer canciones. Utilizo la IA para prácticamente todas las composiciones que hago”. Confía en Google Gemini para convertir un verso del texto sánscrito Hare Krishna en rap. Caru Das admite que a veces lo que produce suena banal, por lo que dedica tiempo a corregir y pulir las palabras: “Me pone las pilas. Lo trabajo, lo reivindico. Lo hago mío”.

Ed Stetzer, decano de la Facultad de Teología Talbot de la Universidad de Biola (Estados Unidos), preparó hace poco un sermón sobre una doctrina de la Reforma llamada Solus Christus, o sólo en Cristo. Pidió a ChatGPT citas de los padres de la Iglesia de los siglos II y III relacionadas con la doctrina. AI ofreció algunos ejemplos, pero, como dice Stetzer, la IA no siempre acierta: “Me pone sobre la pista. Eso tiene su fuerza”.

Otros son más circunspectos. Dado que las tecnologías de IA se están desarrollando al margen de las instituciones y comunidades religiosas establecidas, las personas que acceden a ellas no están interactuando con alguien que las conozca a ellas, a su familia o el motivo por el que buscan algo. Por ejemplo, los que buscan respuestas desde una perspectiva judía pueden no estar interesados en una que ofrezca una interpretación bautista del sur. “Estamos perdiendo el toque personal y también la emoción”, dice el rabino Goldschmidt, que tiene un máster en informática por la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos). “¿Cuál es el contexto social? ¿Cuál es la situación espiritual y material del ser humano que hace esta pregunta? No hay una pregunta absoluta. No hay respuesta absoluta”, reflexiona.

(Relacionado: El zoroastrismo y sus particularidades, una de las religiones más antiguas)

Sacerdotes robot guiando a los fieles

Algunas religiones están empezando incluso a incorporar la tecnología a su culto en forma de sacerdotes robot. Gabriele Trovato creció en la ciudad portuaria italiana de Livorno. De joven daba por sentada la iconografía religiosa que impregna esa nación mayoritariamente católica. “En mi ciudad hay mucho arte sacro. Las estatuas forman parte del paisaje. Incluso en medio de las calles se ven hornacinas con la Virgen María”, afirma. Basándose en esas estatuas, Trovato, profesor asociado del Instituto Tecnológico Shibaura de Tokio (Japón), creó SanTO (Sanctified Theomorphic Operator, que traducido significa Operador Teomórfico Santificado).

El pequeño robot tiene el aspecto de un santo neoclásico. Está diseñado para ser accesible a personas mayores, aisladas o con problemas de movilidad. Las personas pueden tocar las manos de SanTO con una vela eléctrica y hacerle una pregunta, accediendo así a una extensa base de datos que contiene conocimientos sobre la Biblia, oraciones y la vida de los santos.

En el templo Longquan de Pekín hay un robot llamado Xian'er. Luce una túnica amarilla y tiene una mirada algo perpleja mientras entona mantras budistas y explica los principios básicos de la fe. Un elefante robótico de tamaño real sustituyó recientemente a uno vivo y encadenado, y participa en rituales libres de crueldad en el templo Irinjadappilly Sree Krishna de Thrissur (India).

Androide Mindar en el el templo Kodaiji de Kioto (Japón)

El androide Mindar se creó para el templo Kodaiji de Kioto (Japón) con el fin de enseñar budismo a quienes visitan el santuario.

Fotografía de Sipa USA, AP Photo

Mientras tanto, en la tranquila serenidad del templo Kodaiji de Kioto (Japón), del siglo XVII, se alza Mindar, un robot de más de 1,8 metyros de altura con piel color porcelana, cabeza, manos, brazos que pueden moverse y un esqueleto de aluminio expuesto. Un androide mecatrónico de mirada contemplativa que representa a Kannon, la bodhisattva de la compasión, y puede dialogar. El budismo zen era el objetivo de Tensho Goto, antiguo administrador jefe de Kodaiji: quería algo con un rostro que proyectara una sensación afectuosa de cercanía, para que la gente se sintiera cómoda con él.

“Esta era la esperanza original de Mindar, algo que pudiera utilizar el aprendizaje automático basado en antiguos textos budistas”, afirma Daniel White, investigador asociado de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) que estudia máquinas programadas con inteligencia emocional. “¿Podrían crear una inteligencia artificial y una forma de vida artificial que respondiera a nuestras preguntas sobre la naturaleza de la realidad, sobre Buda, de un modo que tal vez se ajustara más a lo que Buda enseñaría en realidad?”, se pregunta. Para sorpresa de White, muchos creyentes que se acercaron a Mindar parecían abiertos a lo que decía.

Un templo de Japón también ha ofrecido servicios funerarios para robots. A finales de los noventa, Sony presentó un perro mecánico llamado aibo. El público japonés abrazó a sus robots vagabundos. Por desgracia, las máquinas acabaron averiándose. Los fieles de esta nación mayoritariamente budista creen que todas las criaturas, así como los objetos inanimados, tienen alma y merecen funerales apropiados. Como señala White, en lugar de deshacerse de ellos, los llevaron al templo Kofukuji de Isumi, donde se ofrecieron oraciones para desambiguar las almas de los aibos y enviarlos a la Tierra Pura. El sacerdote principal, Ōi Bungen, vio la ceremonia como una forma de enseñar a los participantes los aspectos más profundos de la filosofía budista.

más popular

    ver más
    En Japón se celebran funerales budistas para perros robot
    En un pequeño templo budista, un funeral para perros robot es una expresión conmovedora de la capacidad humana para la conexión emocional y la compasión. Sony introdujo el AIBO en 1999. Los robots podían moverse de maneras complejas y tenían fases traviesas simuladas. Con el tiempo, llegaban a "conocer" a sus compañeros humanos. Algunos dueños de AIBO cogieron cariño a los robots. Sony dejó de producir AIBO en 2006, y en 2014, la empresa cerró el servicio de asistencia de los viejos robots. Fueron noticias traumáticas para algunos de los amantes de AIBO. La empresa de reparaciones A-Fun pronto tuvo una demanda constante de dueños de AIBO que pedían partes de otros AIBO difuntos. Por respeto al vínculo de sus dueños con sus dispositivos "fallecidos", A-Fun decidió celebrar funerales para los "donantes de órganos". Según el sumo sacerdote Bungen Oi, rendir homenaje a estas máquinas es compatible con las creencias budistas. Citando un proverbio, dice: "Todo posee la naturaleza de Buda".

    ¿Transformarán las redes sociales, las aplicaciones para teléfonos inteligentes y los robots con IA la forma en que la gente experimenta la fe?

    A pesar de los mantras de Xian'er y la mirada tranquila de Mindar, los robots son máquinas impersonales programadas para imitar. ¿Cuánta fe pueden depositar los fieles en los algoritmos de IA? ¿Hasta qué punto se puede confiar en una aplicación de smartphone o en un robot que recita oraciones y pronuncia sermones?

    Misa con ChatGPT en la iglesia de San Pablo de la ciudad alemana de Fürth

    En 2023, ChatGPT creó una misa en la iglesia de San Pablo de la ciudad alemana de Fürth, oficiada por avatares en la pantalla.

    Fotografía de Daniel Vogl, picture alliance, Getty Images

    Quizás una señal de que los líderes religiosos de todo el mundo se están tomando en serio estas cuestiones es que llevan varios años debatiéndolas. En julio de 2024, representantes de muchas de las principales religiones del mundo se reunieron en Hiroshima para promover el desarrollo ético de la IA. En una ciudad destruida por la irrupción de una nueva tecnología devastadora, la bomba atómica, 16 nuevos signatarios se sumaron al Llamamiento de Roma por la Ética de la IA. En colaboración con empresas tecnológicas y grupos de reflexión universitarios, el acuerdo aboga por un uso responsable de la IA.

    Como bien saben los líderes religiosos reunidos en Hiroshima, la tecnología puede y debe utilizarse para ayudar a la humanidad. Sin embargo, las tradiciones de sus religiones y de todas las demás del mundo son personales y sagradas. El reto para los creyentes es ser como Miranda, la hija del hechicero Próspero en La Tempestad de Shakespeare, que se deja seducir por los signos de un mundo que nunca conoció mientras exclama: “¡Qué hermosa es la humanidad! Oh, valiente mundo nuevo, que tiene gente así en él”. Podemos acercarnos a estas ideas con una mente curiosa y, al mismo tiempo, contemplarlas con cautela. Sin embargo, Un mundo feliz, de Aldous Huxley (una novela del siglo XX que toma su nombre del discurso de Miranda), es un cuento con moraleja, en el que la vida de los personajes está dictada por una eficiencia distópica en un mundo tecnológicamente avanzado, desprovisto de magia y religión. “Se trata de cómo utilizamos la tecnología, no para desplazar a la religión, sino para potenciarla”, dice la hermana Ilia sobre la fe en la era digital. “¿Cómo podemos ser más conscientes de que pertenecemos los unos a los otros? ¿Cómo podemos ser más conscientes del poder de la vida que llamamos Dios?"

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved