La Peste Negra que asoló la Europa medieval no es sólo la pandemia más devastadora hasta el momento: parece que es responsable de algunos casos de peste actuales.
Este descubrimiento se basa en el estudio de esqueletos rescatados de un cementerio del siglo XIV de víctimas de la Peste Negra de Londres (Inglaterra). La excavación fue llevada a cabo por el Museo Arqueológico de Londres.
Kirsten I. Bos, de la Universidad McMaster de Ontario (Canadá,) y Verena J. Schuenemann, de la Universidad de Tübingen (Alemania), investigaron la secuencia del genoma del patógeno de la Peste Negra, Yersinia pestis, rescatado de los cuerpos del cementerio.
Tras examinar el patógeno Yersinia pestis de muestras de 46 dientes y 53 huesos, el equipo confirmó que la variante no ha cambiado mucho, genéticamente hablando, en más de 600 años.
Según el estudio, el resultado «indica que el Yersinia pestis actual tiene su origen en la era medieval».
Del suelo a los humanos
La peste evolucionó a partir de una bacteria que vivía en el suelo, pues la versión del patógeno de la Peste Negra cuenta con un segmento de ADN adicional que le permite infectar a humanos.
Una vez que el patógeno dio el salto a los humanos, se extendió con rapidez a través de las pulgas de las ratas, pasajeras habituales de barcos y otros medios de transporte. Al llegar a Europa en la década de 1340, la enfermedad mató en cinco años entre 30 y 50 millones de personas, casi la mitad del continente.
Cuando una persona es infectada por el Yersinia pestis, ésta puede desarrollar la peste bubónica, una infección de los ganglios linfáticos, o una peste neumónica más rara, una infección secundaria de los pulmones.
La peste moderna sigue una evolución lineal
En la actualidad la peste sigue extendiéndose a través de las pulgas de roedores. Esta enfermedad afecta a casi 3.000 personas en todo el mundo, siendo más común en Estados Unidos, Madagascar, China, India y América del Sur.
Con el tratamiento adecuado, sin embargo, el 85 por ciento de las víctimas actuales sobreviven a la enfermedad.
El hecho de que el genoma de la bacteria cambie tan lentamente sugiere que el conocimiento médico moderno y la vulnerabilidad ante la enfermedad (no es una versión menos virulenta del Yersinia pestis) podrían ser el motivo por el que la peste ya no acaba con poblaciones enteras.
Es posible que cambie tan lentamente debido a que sólo existe una cepa de peste en el mundo, por lo que la bacteria únicamente puede desarrollarse de forma lineal.
En cambio, la gripe «cambia muy rápidamente debido a la recombinación entre cepas cocirculantes, que provocaron la cepa extremadamente peligrosa de 1918», afirmó el coautor del estudio Hendrik Poinar, de la Universidad McMaster.
La gripe de 1918 mató al menos a 50 millones de personas, más que la Primera Guerra Mundial, y fue especialmente grave porque afectaba a adultos sanos más que a ancianos o niños.
Gracias a la lenta evolución de la peste, los antibióticos actuales son efectivos contra el moderno Yersinia pestis, y también lo habrían sido contra la Peste Negra.
«Esto nos hace ver la importancia de la medicina actual y de los antibióticos que tenemos a nuestro alcance», comentó Poinar.
El estudio del ADN de la Peste Negra aparece en el número de esta semana de la revista Nature.