Parejas de la historia

A lo largo de la historia, estas parejas aprovecharon su pasión y ambición para gobernar en su época, construir imperios, crear obras de arte y traspasar fronteras.

Por Redacción National Geographic
¡Feliz día de San Valentín!
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Este artículo fue publicado el 1 de abril de 2016 y ha sido actualizado el 11 de febrero de 2022. 

De Pierre Curie  y Marie Curie a Juana "La Loca" y Felipe "El Hermoso", las parejas más influyentes de la historia transformaron sus mundos cuando se unieron y separaron. 

Alejandro Magno y Hefestión

Alejandro Magno y su general Hefestión eran amigos de la infancia y fueron compañeros cercanos durante toda su vida. Muchos historiadores creen que eran amantes, pero pusieron fin a la faceta amorosa de su relación cuando llegó la hora de casarse y fundar una familia.

Hefestión siguió siendo un compañero de confianza de Alejandro a lo largo de su carrera. Su muerte repentina en el 324 a.C. afectó profundamente a Alejandro, que lo lloró abiertamente. Se dice que se parecían mucho y que algunas personas no podían distinguirlos.

Cleopatra y Marco Antonio

Marco Antonio se dirigió a las provincias orientales, para pacificar una revuelta en Judea, y con la idea de atacar al imperio parto (territorio que hoy día es Irán), un plan ideado previamente por César. Durante su viaje a Oriente, se encontró con la reina Cleopatra VII de Egipto. Fue un flechazo. Tras el encuentro se convirtieron en amantes.  Antonio pasó el invierno de ese año en su compañía, en Alejandría.

Cuando Marco Antonio regresó a Roma, Cleopatra dio luz a gemelos Cleopatra Selene II y Alejandro Helios. Pasaron cuatro años hasta que Marco Antonio regresó a Egipto y contrajo matrimonio con Cleopatra. Tuvieron otro hijo, Ptolomeo Filadelfo.

El 2 de septiembre 31 a. C. se libró la batalla naval de Actium, en la cual la flota de Antonio y Cleopatra fue vencida por la de Octaviano. Marco Antonio, pensando que Cleopatra había muerto se suicidó arrojándose sobre su propia espada.

Octavio quiso tomar a Cleopatra como prisionera y exhibirla para mostrar la superioridad del pueblo Romano. Ella, conociendo el final que le esperaba, decidió poner fin a su vida. Antes de fallecer escribió una misiva a Octavio en la que le comunicaba su deseo de ser enterrada junto a Marco Antonio.

Teodora y Justiniano 

Teodora y Justiniano I acabaron gobernando el Imperio bizantino en el siglo VI d.C. Teodora se convirtió en una de las mujeres más poderosas de su época y su marido confió en sus consejos en cuestiones domésticas. Juntos, acallaron los disturbios de Niká, avanzaron los derechos de las mujeres y construyeron algunos de los monumentos más emblemáticos de Constantinopla, como Santa Sofía.

Isabel de Castilla y Fernando II de Aragón

Estuvieron casados durante 35 años y unieron fuerzas para convertir España en la potencia dominante del siglo XV. Unieron el país política y religiosamente, derrotaron el último bastión musulmán en Europa occidental e iniciaron la era de la exploración respaldando a Cristóbal Colón, lo que sentó las bases del Imperio español.

Juana “La Loca” y Felipe “El Hermoso”

 Juana I de Castilla fue reina de Castilla de 1504 a 1555, y de Aragón y Navarra desde 1516 hasta 1555. Sin embargo, desde 1509 vivió encerrada en Tordesillas, primero por orden de su padre, Fernando el Católico, y después de su hijo, el rey Carlos I.

Juana y Felipe a pesar de estar prometidos no se conocían, pero se enamoraron perdidamente durante su primer encuentro. Se casaron en 1496. Felipe pronto perdió el interés en la relación lo que generó celos en Juana. El amor que Juana le profesaba a su marido era enorme. Sin embargo, la joven era correspondida con infidelidades. A pesar de sus ataques de celos y de las continuas discusiones, la pareja tuvo seis hijos.

Madame de Beauharnais y Napoleón Bonaparte

Tras sufrir un matrimonio infeliz y un encuentro cercano con la guillotina, Madame de Beauharnais tuvo suerte de salir con vida en 1794. Una década después, la conocerían como Josefina, emperatriz de Francia y esposa de Napoleón Bonaparte.

Ambos gobernaron un imperio gigantesco mientras mantenían una relación tormentosa. Napoleón se divorció de ella en 1810 porque Josefina no podía darle un heredero, pero conservaron una buena relación. Se dice que, en su lecho de muerte, en 1821, las últimas palabras de Napoleón fueron «Francia, el ejército, Josefina».

Frederick Douglass y Anna Murray

Frederick Douglass, líder abolicionista, descubrió la libertad en los brazos de su mujer, Anna Murray. Anna nació en Maryland, la primera de los 12 hijos de sus padres liberados que nació libre. Se mudó a Baltimore con 17 años para hacer fortuna. En 1838, Anna conoció a Frederick, que entonces era un esclavo. Se enamoraron y ella lo ayudó a huir a la libertad en Nueva York.

Juntaron su dinero y recursos (ella cosió su traje de marinero) para poder viajar al norte, donde se reunieron y se casaron. Se embarcaron en una misión —escribieron, hablaron y establecieron una parada del ferrocarril subterráneo— para poner fin a la esclavitud en los Estados Unidos.

Sissi y Francisco José

Famosa por su belleza y enorme gusto por la moda se la conocía desde pequeña como Sissi. Su nombre real fue Elisabeth Amalie Eugenie Herzogin.

Su madre quiso emparejar a su hermana mayor Helena con su sobrino Francisco José, emperador de Austria. Pero en lugar de Helena, Francisco José se enamoró perdidamente de Sissi. El 24 de abril de 1854 contrajeron matrimonio.

La emperatriz cambió su vida rural por el estricto protocolo de la corte vienesa. No le fue fácil adaptarse a la vida como esposa de un hombre, que a pesar de amarla, tenía que gobernar un imperio de 50 millones de personas.

Pierre Curie  y Marie Curie

Fue una alianza de mentes y almas, una fuente inagotable de ciencia. En 1894 Marie Curie aceptó una beca de la Fundación Alexandrowitch para financiarse sus estudios de Matemáticas. Ese mismo año conoció a Pierre Curie. Pierre era profesor de Física. Se impresionaron mutuamente y se casaron en 1895.

Pasaron la luna de miel recorriendo la campiña francesa en bicicleta, antes de volver al laboratorio y dedicarse a su investigación científica. En 1895, la pareja descubre los rayos X y en 1896 la radiactividad natural. Marie es animada por Pierre para realizar la tesis  sobre este último descubrimiento. Su trabajo valió la pena: en 1903, se les concedió el premio Nobel.

Alice B Toklas y Gertrude Stein 

A principios del siglo XX, los expatriados estadounidenses en París clamaban por recibir una invitación al salón de Alice B Toklas (izquierda) y Gertrude Stein (derecha). Las mujeres se enamoraron en 1907, cuando Toklas se mudó a Francia.

Stein, una destacada dramaturga, poeta y novelista, llevaba viviendo allí desde 1903. Se fueron a vivir juntas al número 27 de la Rue de Fleurus. Las reuniones en su salón darían forma al arte y la literatura modernas. Picasso, Hemingway, Matisse y Fitzgerald fueron solo algunas de las personalidades que buscaron su compañía.

Simon de Beauvoir y Jean Paul Sartre

La historia de amor de estos dos grandes intelectuales del siglo XX tuvo lugar en París durante el otoño de 1929. Entonces estudiantes de filosofía, ambos se convirtieron en dos de los pensadores más influyentes de su época.

Su conexión intelectual y amorosa se extendió a lo largo de medio siglo como una de las más famosas y menos convencionales: ambos se negaron a casarse y hablaban sobre la naturaleza abierta de su relación, símbolo de amor libre y liberación sexual en los años 70. 

Por su parte, Simone de Beauvoir, filósofa, profesora y escritora francesa, fue una activista feminista cuya su obra El segundo sexo​ se considera fundamental en la historia del feminismo. A lo largo de su vida, escribió novelas, ensayos y biografías  sobre temas políticos, sociales y filosóficos, enmarcada en la corriente filosófica del existencialismo

También exponente del existencialismo, Jean Paul Sartre fue un escritor francés que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1964. Sin embargo, decidió rechazarlo en una carta a la Academia Sueca para ser coherente con su pensamiento de que el hombre y la cultura debían desarrollarse libremente, sin tintes institucionales.

Frida Kahlo y Diego Rivera 

Frida Kahlo y Diego Rivera, dos de los artistas visuales más importantes de siglo XX, eran una combinación volátil de polos opuestos. Se casaron en 1929, cuando ella tenía 22 años y él, 42. Ella era pequeña, él, enorme. La familia de Frida no aprobaría la unión y los llamarían «el elefante y la paloma».

Rivera trabajaba a lo grande: murales y frescos que abarcaban paredes enteras. Kahlo trabajaba en pequeño: era una maestra del detalle y la complejidad en sus complejos autorretratos. Su relación resultó turbulenta, pero ambos admitieron que fueron los amores de sus vidas.

Raniero III de Mónaco y Grace Kelly

Grace Kelly era una estrella de Hollywood y él un príncipe. Ella era símbolo de elegancia y sofisticación. Dejó lo que más le gustaba, rodar películas, para contraer matrimonio con el príncipe de Mónaco y se convirtió en Su Alteza Serenísima la Princesa Gracia de Mónaco.

El matrimonio fue considerado por los medios de prensa como la Boda del Siglo. Grace murió en un accidente de coche en 1982. Rainero nunca logró superar la pérdida.

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