Las comunidades vuelven a unirse por recuperar la casi extinguida industria cafetera de Zimbabue

Con temperaturas frescas, precipitaciones abundantes y suelo fértil, los exuberantes valles de las Tierras Altas Orientales de Zimbabue son idóneos para cultivar café Arábica. En el valle del Honde, en el distrito de Mutasa, hay ya más de 300 caficultores activos. Durante los últimos dos años, el Programa AAA Sustainable Quality™ de Nespresso ha formado a los pequeños productores en prácticas agrícolas y técnicas de procesado para ayudarles a producir café de la mejor calidad y a desarrollar sus propios negocios. 
 

Jesca Kangai, de 35 años, vive en el pueblo de Pangeti, en el distrito de Mutasa. Lleva cerca de veinte años cultivando café, y lo hizo durante un periodo en el que muchos otros caficultores de la zona decidieron cosechar otros productos, como el plátano, debido al deficiente acceso que tenían al mercado cafetero. En unos tiempos en los que el café no parecía un proyecto con futuro, Jesca perseveró y ahora sus habilidades, el incremento del rendimiento y el aumento de los ingresos, han conseguido que su pasión y resiliencia merecieran la pena. 
 

Jesca y su familia decidieron cultivar café a finales de los 90 y ha demostrado ser una empresa prometedora. La plantación de Jesca cuenta actualmente con 3500 cafetos; los beneficios que ha obtenido le han permitido reinvertir ingresos adicionales en animales de granja como cabras y pollos, y ha podido enviar a su hijo a la mejor escuela de la comunidad, algo que considera un gran logro personal. 
 

Jesca cuida con cariño de sus plantas. Su dedicación y aptitud detallista en los puntos más sutiles de riego y rociado la han llevado a mejorar tanto su producción de café como sus ingresos. Aunque en Zimbabue hay poca moneda en circulación (y mayoritariamente se utilizan bonos y pagarés en vez de efectivo), los caficultores AAA reciben los pagos por su cosecha en dólares americanos. Como forma de pago aceptada a nivel internacional, estos dólares tan bien ganados aportan a los caficultores como Jesca un mejor acceso a los productos y servicios que continuarán ayudándoles a hacer crecer su negocio. 
 

Aquí, el agrónomo Tafadzwa Nyakuchena ofrece lecciones prácticas sobre el terreno. En estas parcelas de demostración, los caficultores pueden observar directamente el impacto de la adopción de mejores prácticas. Tafadzwa también está recogiendo los frutos de trabajar en el Programa AAA. No solo está disfrutando con poder ayudar a los caficultores a mejorar su vida, plantando más de 1.000 plantones para dárselos a aquellos que quieran incorporarse a este sector en crecimiento; sino que también está construyendo una casa para él y su mujer. 
 

La recuperación del sector cafetero de Zimbabue se ha convertido en una causa que ha unido a los caficultores. Los que asisten a las sesiones de formación para sus prácticas de café también suelen hablar de cómo contribuir al desarrollo de la comunidad. Hay mucho de que hablar ahora que el café vuelve a ser una cosecha perenne que ha despertado el crecimiento económico en la zona. Entre los temas que se debaten está el de la creación de empleos, ya que los caficultores han aumentado sus ingresos y los utilizan contratar a personal adicional para sus fincas. 
 

Zachariah Mukwinya, de 38 años, vive en el pueblo de Chavhanga y es el caficultor focal de esta zona. Asiste a reuniones con el Programa AAA Sustainable Quality y la Coffee Commodity Association, donde obtiene asesoramiento y comparte lo que aprende con su grupo de caficultores. Recibe formación, cuenta con el valioso apoyo de sus profesores y disfruta ayudando a los miembros de su comunidad a mejorar como caficultores. Incluso ha creado un vivero para suministrar plantones de cafetos a otros agricultores. 
 

Zachariah ha visto un gran cambio en el conocimiento de las prácticas agrónomas por parte de los caficultores desde que Nespresso lanzó el Programa AAA Sustainable Quality. El programa ha tenido un impacto tan positivo en el valle del Honde que se ha ampliado a las regiones cercanas de Chimanimani, Chipinge y Vumba. Parece que las historias de éxito se dan a conocer muy rápido, porque una vez que el programa arrancó en estas zonas, los productores recibieron a los agrónomos diciendo, «¿Dónde estabais? ¡Os estábamos esperando!». 
 
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